Ante todo debo decir que en mi familia ni somos religiosos, ni somos demasiado supersticiosos ni mucho menos hombres y mujeres de fe. Más bien somos científicos, diría yo. Científicos con curiosidad y ganas de saber, pero necesitamos pruebas que expliquen y demuestren la realidad y no meros argumentos teóricos.
Pues bien, hace un par de años mi madre vino a mí con el rostro serio y se sentó diciéndome que quería contarme algo. Al parecer, la noche anterior había salido a cenar con sus amigas por el barrio y, al regresar a casa a eso de las doce de la noche, se acercó caminando al portal del edificio mientras buscaba la llave en el bolso. Justo antes de abrir la puerta del portal vio a través de las cristaleras a una mujer que caminaba por el interior, acercándose a los ascensores. La mujer llamó a uno y entró.
Cuando mi madre entró en el portal, tan sólo unos diez o quince segundos después, se acercó al ascensor y lo llamó pensando que ya estaría subiendo con la señora en su interior, pero para su sorpresa las puertas se abrieron ante sus ojos. El ascensor no se había movido de allí y, lo que es más extraño, estaba vacío.
Yo pensé que mi madre habría bebido demasiada cerveza esa noche, y lo cierto es que no le di mayor importancia al asunto hasta anoche, que lo recordé de golpe.
Estaba yo despidiéndome de mi ovejo en el soportal de mi bloque, una especie de "porche" delante de la puerta de cristal, cuando vi a una mujer subir las escaleras que conducen al portal, hacia nosotros. Juanjo, mi ovejo, estaba de espaldas a ella, pero yo la vi perfectamente: una señora normal y corriente, vestida normal y corriente, sin ningún halo traslúcido ni nada que me hiciese asustarme o fijarme en demasía en ella.
La cuestión es que yo volví a girarme hacia Juanjo y abrí mi bolso buscando las llaves para entrar con ella en el portal y cuando volví a mirar LA MALDITA MUJER NO ESTABA. Se había esfumado, y no habían pasado ni 5 segundos. No había dado tiempo humano de irse hacia ningún otro lado calle abajo sin que la hubiésemos visto, es más, calculando mentalmente ya debería estar a nuestro lado... pero no.
Y ahora voy acojonada en el ascensor. Yo, que no creo en fantasmas.
Y todo por culpa de Iker Jiménez y de su miedo atávico.
La gran pregunta es.... ¿Si los fantasmas pueden atravesar paredes para que cogen el ascensor?
ResponderEliminarA lo mejor murió en el ascensor y está condenada a entrar y entrar cada noche...
EliminarLa gran pregunta es: ¿Estaba buena? Y otra pregunta más: ¿habrá descubierto los beneficios para el sistema cardiorrespiratorio que conlleva subir las escaleras o es que iba a visitar al del primero y para eso coger el ascensor es tontería?
ResponderEliminarBesos!!
No estaba buena, era una señora de toda la vida, de las que te imaginas con delantal haciendo croquetas.
EliminarY coger el ascensor, lo coge. Mi madre la vio entrar...
Y si la mujer vive en el primero y no hace uso del ascensor? Como me rebatas esta teoría, me voy ahora mismo radiocasete en mano en busca de la psicofonía.
ResponderEliminarPero ¿cómo desapareció delante de mí? No llegó ni a entrar en el portal. Aparte, mi madre la vio entrar al ascensor y cuando llegó no había nadie. No pudo salir por ningún lado...
EliminarYo también soy "científico", de esos que consideran a Iker Jimenez y los de su calaña unos charlatanes que han venido a aprovecharse de las mentes impactantes. Pero también he de decir que tengo una historia similar, que creo que conté hace años. Trataba de un reloj de péndulo parado que una noche decidió ponerse en marcha él solito...
ResponderEliminarPor cierto, ese reloj lo tiró al suelo y lo rompió uno de mis gatos
Yo creo que está escondida... has probado a correr al portal y decir "Por mí, por todos mis compañeros y por mi primero"???...
ResponderEliminarAparte de coñas... yo de estas cosas no me río, soy de susto fácil. Ana y yo vivimos una cosa parecida con una mujer mayor por la calle hace un montón de años, pero imagínate el cachondeo generalizado cada vez que alguien se acuerda de la historia... más o menos lo que te están respondiendo a ti.
Un beso!!
Fácil, esa vez tú habías bebido demasiado...Ana
ResponderEliminarLlegado el caso, por si resulta que es un espíritu e intenta poseer a alguien de tu entorno, puedo pasarte el número de móvil del Padre Damián J. Karras.
ResponderEliminarMisterios inexplicables. Mejor no darlos vueltas por si nos volvemos locos.
ResponderEliminarMira que a mí me gustan estas cosas, pero me pasa eso y me acojono viva O_o
ResponderEliminar¿Cómo sabes que la que viste tú es la misma mujer que vio tu madre?
ResponderEliminarSeguramente habrá una explicación super chorra que si la supiéramos nos reiríamos. Pero por ahora, menudo mal rollito...