27 mayo 2010

Viajamos contigo.

Martes 25 de Mayo de 2010. A falta de tres días para su viaje a Madrid y tras múltiples intentos fallidos tratando de imprimir sus billetes de tren desde la web de Renfe, aquí servidora opta por llamar al teléfono de atención al cliente.

-Renfe, buenos días, le atiende Alfonsina, ¿en qué puedo ayudarle?
-Pues mire usted, Alfonsina, es que he comprado unos billetes por internet y no consigo imprimirlos, le doy al botoncito pero no sucede nada.
-Dígame su número de localizador, por favor.
-El tal y cual. Me llamo Beatriz Biofrutas.

Un minuto de silencio en el que la escucho teclear...
-Ah, sí, usted es doña Beatriz. 
-Aham... -empiezo a mosquearme- ¿sabe cuál es el problema?
-Puesss...  

Otro minuto de silencio que termina con la vocecita de la buena mujer:
-¿Cuál era su problema, Beatriz? ¿Que no puede imprimirlos?
-Efectivamente,  Alfonsina. Como ya le he dicho, le doy al botón y no imprime.
-Hmm... puesss... esto es que la web está mal, eh. 

Me armo de paciencia, esperando otra respuesta posterior que ilumine mi angustia y me resuelva el problema... y al recibir de nuevo silencio al otro lado de la línea, concluyo:

-Perdone, ¿podría imprimir los billetes en la estación?
-Ah sí, hay máquinas.
-De acuerdo, muchas gracias.

Y cuelgo, turbada.



Hoy. Me despierto con una mala noticia: huelga de Renfe para mañana viernes 28. Pienso que puede que mi tren no salga de la estación y casi me da un yuyu porque estoy muy ilusionada con mi finde friki y eurovisivo, así que miro en la web de RENFE los trenes cancelados y, por si acaso, llamo ipso facto al teléfono que ya me conozco bien rezando por no tener que hablar con Alfonsina.

-Renfe, buenos días, le atiende Paca. 
-Buenos dias, Paca. -bieeeeen, es otra mujén.- Le llamo porque mañana viajo a Madrid desde Cuenca y aunque acabo de comprobar en su web que mi tren no está cancelado, me gustaría confirmarlo.

De nuevo el sonido de un teclado al otro lado,  y Paca se pronuncia:

-¿Está usted delante del ordenador?
-Ehhm...pues sí. -¿me va a preguntar lo que llevo puesto o qué?- Estoy viendo su página web.
-Vale, pues donde habla de la huelga, ponga ahí su localizador.

Frunzo el ceño, porque acabo de decirle que todo ésto ya lo he hecho... pero decido darle una segunda oportunidad a mi amiga Paca, a ver si me cuenta algo nuevo y me estoy adelantando.

-Ya está, me dice que mi tren no sufrirá cancelaciones ni retrasos.
-Pues eso es todo, buenos días y gracias por viajar con nosotros.





Estupefacta, me hallo. ¿Por qué narices no tengo trabajo?

25 mayo 2010

Día del Orgullo

Ser friki significa pertenecer a una comunidad amplia, sana y divertida.
Significa sentir pasión por nuestros hobbies, disfrutar de las pequeñas cosas que hacen nuestra vida más amena y saber encontrar nuevos significados y sentidos a lo mundano.
Es conocer mucho más, tener ganas de aprender día a día y ampliar horizontes.
No perder la capacidad de sorpresa, conservar esa curiosidad casi infantil que permite engrandecer cualquier emoción. Seguir siendo un poco niños, conscientes y orgullosos de ello.

Ser friki quiere decir ser perfectamente capaz de entablar conversaciones acerca de política, informática, fútbol, geografía, historia, cómics, videojuegos,  música, arte, cine y televisión con el mismo interés y asertividad.
No conformarte con las normas, con lo establecido, y hacer uso del sentido común y (sobre todo) del humor para cambiar el mundo gris que nos rodea.

Ser friki significa estar al día con respecto a las nuevas tecnologías, a los avances que se dan en nuestro entorno. Es adaptarse a los cambios, al fin y al cabo. Renovarse y aplicar las ventajas del mundo 2.0 en nuestro mundo propio para hacer nuestra vida un poco más fácil.

Ser friki implica valorar lo que de verdad importa: pasar una tarde de charla con los amigos, reírte a carcajadas con ellos disfrutando de un buen debate sin necesidad de emborracharte cada noche ni llevar ropa de marca para verte bien. 
Implica no conocer el aburrimiento ni necesitar nada más que tu imaginación para divertirte.

Ser friki te convierte en distinto, pero no en raro. Las diferencias nos hacen mejores y más fuertes y sabemos que es positivo no seguir a las masas.

Y por último, ser friki te ha enseñado a reirte de ti mismo y a jamás reírte de los demás. Por todo eso, y después de haber visto cómo en Antena 3 se mofaban del mundillo friki confundiéndolo con el mundo freak y tachando de frikis a Paco Porras y Yola Berrocal (entre otros), me pregunto: ¿quienes son los freaks, visto lo visto?




                                     Gracias por no dejarme usar el paint para estas cosas, Al. XDDD


24 mayo 2010

The end

Podría hablar del final de la gran serie que nos ha dejado huérfanos esta mañana.
Podría contaros cómo me he sentido, lo decepcionada que me quedé durante los primeros dos minutos sin LOST y en esas enormes lagunas e incógnitas que todavía tengo acerca del argumento, pero...

no lo voy a hacer.
Porque para mí siempre será GRANDE, al fin y al cabo. Tanto tiempo de amistad no se puede acabar por culpa de un malentendido, igual que tampoco dejan de gustarme las pipas tan sólo porque la última del paquete sea la pipa amarga.


Para los que necesiten más explicaciones, os dejo este genial enlace. 

See ya in the X, brotha.





19 mayo 2010

Cuestión de tamaño.

Pasada ya la media noche, me gusta ponerme a ver la tele con auriculares cuando me meto en la cama y trato de dormir. El sonido de fondo de programas como La Noria o Salsa Rosa hace que me quede profundamente dormida, ayudándome con los problemas de insomnio.

Pero anoche sucedió algo que me hizo dar un brinco en la cama y abrir los ojos como platos: contemplé horrorizada el anuncio del Jes Extender, tu alargador de pene más eficaz.


No podía dar crédito a lo que veía: un aparato de hierros que se coloca en el pene durante horas y que te lo estira y retuerce como si fuese un fuet. Al poco tiempo, decían, lo tendrás visiblemente más grande y lozano.
Para darle más credibilidad al asunto sacaban a un hombretón diciendo lo mucho que le había cambiado la vida después de usarlo, y justo después una mujer con cara de lerda sonreía y decía: "uy, a mí no me importa lo que digan por ahí... a mí me gustan grandes".
Pues muy bien, señorita. Horas y horas de explicaciones femeninas tratando de calmar a los machos para que entiendan que el tamaño no importa, y llegas tú y lo mandas todo a tomar por saco.
Encima la tía no se cansa, y sigue diciendo: "con Jes Extender nos llenaréis más, lo pasaremos mejor y nos dolerá menos la cabeza". WTF! Pero vamos a ver, primor... si lo que quieres es que te rellenen sin más se me ocurren mil remedios groseros que no voy a explicar en mi blog, que es muy fino, pero por lo que no pienso pasar es por lo de que nos dolerá menos la cabeza... Te dolerá menos a ti, bonita. No todas las mujeres seguimos usando esa excusa triste y miserable, porque gracias al cielo hoy en día nos da mucho menos corte hablar de lo que necesitamos, de lo que nos gusta y, sobre todo, de lo que no nos gusta.

Por favor, que alguien retire anuncios como este de la tele, porque lo único que consiguen es continuar haciendo dudar acerca de la importancia de cosas que no la tienen y fomentando "cualidades" que a las tías nos importan un pimiento. ¿Por qué nadie ha creado todavía el Cariño Extender? ¿Dónde se puede comprar el Respeto Extender? Con eso sí que nos llenarían más y estaríamos todo el día cual gatas en celo.

17 mayo 2010

Pafuera telarañas

Hoy voy  a ser valiente. Ea.
Pero dejadme que empiece por el principio...

Hace algunos años un amigo me presentó a su hermano por el msn. Me dijo que era un tío estupendo y que quizá nos cayésemos bien... así que bueno, no perdía nada por charlar con él un rato y ver qué pasa.

Y pasó que el hermano en cuestión era un buenorro impresionante, de esos que no se sabe si salen de un gimnasio o del Olimpo. Además parecía inteligente, fíjate tu,  así que yo desplegué todo mi abanico de seducción:  cambié inmediatamente mi imagen del msn por la más sensual y sersi de mi repertorio, empecé a usar mis genuinas tácticas rubias (pedone usté, Fle: es para que todos me entiendan :P) de hacerse la tonta y saqué a relucir mi pavo más entrañable.
 Al final con la tontería hubo feeling, pareció que yo le resulté interesante y me invitó a tomar algo por ahí.
Fue una noche estupenda en la que pensé que había conocido al tipo de mis sueños. Carismático, intelectual, guapo y friki: todo en uno. Así que al día siguiente cuando vi a mi amigo, (su hermano) conectado en el msn fui rauda y veloz a cotillear qué impresiones le había dado el Adonis sobre mí. Y él, diplomático como nadie, me soltó sin vacilar: "jajaja pues me ha dicho que le has caído genial y que le gustas mucho. Que este verano has comido más hamburguesas de la cuenta, pero que lo suples con tu belleza interior".
Toma ya. Y se quedó tan pancho, eh. Yo me quedé planchada, ya os podéis imaginar, y traté de cambiar de tema como pude mientras sentía que se me caía el alma a los pies.
Pero no me repuse de aquello durante mucho, mucho tiempo. De hecho al Adonis no volví a cogerle el teléfono, (y me llamó algunas veces más) y a su hermano lo puse en no admitir porque no soportaba la vergüenza. Ya sé, ya sé que está mal, pero me sentía estúpida y miserable, así que corté por lo sano. Ah, y corté también con las patatas fritas y las hamburguesas, claro.

Sobra decir que odié a aquel tiobueno durante años. Le culpaba de todos los males del mundo cuando, ahora me doy cuenta, no tiene culpa de nada. Si acaso su hermano,que tuvo la delicadeza en el culo. Pero él no.

Y es que, (de esto trata mi post de hoy) NO SE PUEDE GUSTAR A TODO EL MUNDO. Intentarlo es inútil, puesto que por muy guap@ que resultes para algunas personas, seguro seguro seguro que hay alguien que le pone pegas a tu atractivo personal y que no ve ese carisma que intentas mostrar.

Y yo me he pasado la vida tratando de gustar: jamás he hablado en este blog ni en ningún otro sitio de las veces que me han dado calabazas, quizá tratando de parecer menos miserable. Tan sólo publicaba las fotos en las que salía bien, incluso cuando claramente no era yo misma en ellas. Quitaba las etiquetas de fareborn de las fotos de mis amigos si no les daba el visto bueno antes, y me empeñaba al máximo en resaltar mis cualidades para que nadie se fijase en mis defectos.

Y todo, ¿para qué? ¿Para que te nombren miss Internet? ¿Para que miren tus fotos con envidia, sin saber que hay más photoshop que en las fotos de la Obregón? ¿Para que tus colegas, que te conocen de toda la vida y te han visto con la cara llena de granos y ropa de los 90, te digan que estás mejor ahora que nunca?

Intentar agradar a todos te convierte en un esclavo de tu imagen: nunca te relajas, siempre debes estar alerta para maquillar lo que no te gusta y observar muy atentamente a la gente y sacar conclusiones de sus reacciones. Vives obsesionado con la ropa que te sienta mejor, y te cabreas muchísimo cuando no consigues el look que crees que necesitas. Te comparas continuamente y de forma inconsciente con los demás, llegando a sentir una envidia tremenda de aquellos que se llevan más miradas que tú.
Y lo peor, lo más horrible de todo, es que hagas lo que hagas seguro que hay gente que creerá que estás gord@, que eres fe@, que no le gustas.  Y es lógico y normal: a mí no me atrae todo el mundo.


Por todo eso y mucho más, amiguitos, hoy estoy aquí para exorcizar demonios y soltar toda la rabia que llevo dentro: ESTOY HARTA DE SER LA MÁS HERMOSA. Así que nada, a tomar viento:


 Pues ya está. Ya no tendré que volver a estar pendiente de si me etiquetan o no, de si salgo bien o no. A quien le guste, perfecto, y a quien no que se compre un mono y le ponga rizos.

Fiú, que tranquila me he quedao, chati.

16 mayo 2010

Los ojos amarillos de los cocodrilos

Acabo de terminar de leer Los ojos amarillos de los cocodrilos, de una escritora antes desconocida para mí: Katherine Pancol.


El argumento gira en torno a una familia francesa, y más concretamente a nuestra pequeña, torpe y frágil protagonista. Josephine, madre de dos niñas y abandonada por su marido, tiene que empezar de nuevo y aprender a sobrevivir en un mundo que le viene grande mientras observa cómo todos los que le rodean no hacen más que poner obstáculos en su camino: su hija mayor, Hortense, no perdona su dejadez y su fragilidad, culpándola por ello de que su marido las abandonase para irse con otra mujer. Su hermana Iris, una mujer espectacular que encandila a todos los que la rodean, ha sido siempre la que recibía el cariño y elogios de su madre, una bruja egoísta que se empeña en demostrarle a Josephine día a día lo insignificante que es.

Y como ya adivinaréis, este libro nos habla de la superación personal, de perseguir nuestras metas. De cómo las mentiras y la frivolidad caen por su propio peso. De hombres, de mujeres, de gente que conocemos y de gente que nos gustaría conocer.

Personalmente debo reconocer que no me enganché a la historia hasta más o menos la mitad del libro. Y, creedme, tuve que hacer un gran esfuerzo para acabarlo... a pesar de escuchar a diario lo mucho que esta historia les ha gustado a mis amigos, a mi vecino, incluso a mi dentista. Que sí, que está bien, que está escrito de forma correcta y la autora ha sabido mezclar sabiamente ironía con sencillez, humor con drama.

Pero nos encontramos de nuevo con la manida moralina de siempre: hay que luchar por nuestras metas. Hay que aprender a ver nuestra fuerza interior, nuestra belleza, nuestro poder. Todos somos capaces de brillar, y tal. El final es previsible y además me resultó demasiado perfecto, supongo que me entendéis y me perdonaréis por el spoiler.
Hace un par de años seguramente habría terminado el libro llorando a moco tendido, emocionada. Lo habría puesto en la estantería de los honores de mi habitación como uno más de mi top-10, junto con la Historia Interminable o La Sombra del Viento.

Pero hoy estoy más que harta de esta historia de final feliz... porque ya no me la creo.

Eso sí, también tengo que reconocer que un poquito emocionada sí que me dejó... en fin, seré realista, pero sigo siendo una pava a fin de cuentas.




Ahora voy a empezar a leer La Mecánica del Corazón, (gracias de nuevo, Sil) que aunque sólo con leer el argumento ya huelas a final feliz, tiene mucha mejor pinta y al menos nos lo venden como lo que es: un bonito cuento de hadas.

15 mayo 2010

Meme: ¿cuál es tu flor favorita?

Cuando era pequeñita y mi madre me llevaba caminando a la guardería, al pasar por una callejuela residencial siempre me quedaba parada unos minutos junto al jardín de una casa. Su dueño había plantado un árbol de plumarias, y aquella flor tan extraña y exótica me encantaba: ¡olía tan bien y era tan bonita!

Desde entonces, cuando voy caminando por cualquier ciudad y la brisa me trae olor a plumarias, mi mente vuela otra vez hasta mi infancia y me pongo tontorrona...

Por si no sabéis de qué flor hablo, os diré que la Plumeria rubra acutifolia, conocida como Plumaria, es una flor nativa de las regiones tropicales y subtropicales de América. Es del género de los arbustos y árboles caducifolios, y produce flores amarillas o rosas dependiendo de su forma de cultivo. Desde México, la Plumaria se ha extendido a otras partes del Mundo, sobre todo a Hawaii, donde se cultiva tan abundantemente que se cree que es una flor indígena. Seguro que os suena de haberla visto en el cabello y collares de las bailarinas hawaianas :)
Es la flor nacional de Nicaragua desde 1971, y posee un perfume dulce e intenso parecido a la vainilla y la flor del almendro. Se utiliza mucho en perfumería, y sin ir más lejos mi perfume favorito (Fragile, de Jean Paul Gaultier) huele a plumaria.


14 mayo 2010

Never Ever Land

Si Evangeline Lilly pudiese sentarse ahora mismo a mi lado a charlar conmigo, seguramente me diría que soy una tonta por estar triste. Le daría un buche al biofrutas y me diría que han sido años de duros rodajes, de estar lejos de casa, de pasar frío y pasar calor, y que ya era hora de terminar y coger el camino de vuelta a la vida real... a su vida.

Lo que Evangeline no sabe es que a su lado nosotros también estábamos fuera de casa. Vale que no durante años, pero sí durante esas preciosas horas que duraba la serie cada semana. Nosotros, millones de telespectadores de todas partes del Mundo, nos pusimos de acuerdo por una vez en algo y nos dejamos llevar por la magia de la Isla. Por el sonido de los susurros,  por la mirada profunda y madura de Sayid, por la risa de Claire, por el subidón que nos daba al cantar a gritos el You All, Everybody.
Mientras la serie inundaba de aventuras nuestro salón, nosotros dejábamos de ser simples mortales con preocupaciones banales y un trabajo aburrido y nos convertíamos en Peter Pan de nuevo. Habíamos vuelto a nuestra isla de Nunca Jamás, donde vivíamos mil desventuras jugando a los náufragos y donde el Capitán Garfio tenía el logo de Dharma en su barco y temía a un cocodrilo radioactivo que hacía tic, tac, tic, tac cada 108 minutos.

En nuestro país de Nunca Jamás todo era especial: la amistad y la inocencia volvían a tener importancia y llorábamos de felicidad al igual que Hugo Reyes cuando nos reencontrábamos con algún camarada perdido. Aprendíamos a valorar lo que de verdad importa escribiendo nuestro propio Top Five y soltando alguna que otra lagrimilla de emoción.  El amor, eso que algunos de nosotros nos hemos pasado la vida tratando de encontrar, se mostraba en la Isla de una forma completamente pura e inmortal de la mano de Jin y Sun.  La Justicia, la gran olvidada en este mundo frívolo que se mueve por conveniencias, retomaba sentido de la mano de Jack y su forma de encontrar siempre el camino correcto... convirtiéndonos a todos en mejor persona, aunque fuese un poquito. Con Sawyer, el eterno rebelde, nos acordamos de aquel Niño Perdido que de tan perdido se negaba a mostrar sus sentimientos por miedo al cariño, al rechazo, y nos enternecíamos al ver cómo su corazoncito se ablandaba día a día. Como el nuestro.

Y lo mejor de todo era que en la Isla aprendíamos a volver a ser niños y creer: creer en la magia de las cosas que nos rodean, en ese aspecto sobrenatural de todo lo que nos muestran gris e inerte. De la mano de Locke estuvimos siempre alerta y con los ojos bien abiertos esperando señales, buscando secretos, teniendo fe. Lloramos cuando nos creíamos perdidos y nos llenábamos de júbilo cuando Campanilla movía sus alitas y nos chivaba dónde se esconde la Cabaña de Jacob entre risas cantarinas.


Era más que una serie, Pecas. LOST es el pasaporte hacia nuestra infancia.
Y ahora que todo se acaba, que la semana que viene se emitirán los dos últimos capítulos y que Wendy no nos volverá a coger de la mano cada noche para llevarnos volando hasta Nunca jamás, no nos quedará otra que quitarnos el sombrerito con la pluma y resignarnos a crecer.

Pero de una cosa estoy segura: no habrá otra serie como ésta. A pesar de los giros argumentales imposibles, de los fallos de guión, de este final quizá un poco más acelerado de lo normal para mi gusto... nadie ni nada conseguirá hacerme correr tras mi sombra otra vez y volver a sentir esa complicidad tan especial con los que, como yo, repetíamos con emoción "no quiero dejar de ser un niño" cuando en nuestras pantallas aparecía eso de Previously, on LOST cada noche de emisión.


  Never Ever Land

13 mayo 2010

A todos

Todos odiamos a alguien. Aunque sea sólo un poquito, lo justo y necesario para acordarnos de esa persona cuando en la radio suena una canción rabiosa e irónica.
Lo suficiente como para hablar mal de él o de ella cuando nos reunimos con los amigos y necesitamos cierto desahogo; alguien que nos escuche y nos comprenda y nos diga que tenemos razón, que no se merece que lo pasemos mal, que valemos mucho más que esa persona que nos hiere y que ojalá alguien le haga sufrir lo que se merece.

Todos hemos recortado una foto alguna vez para eliminar su rostro, (aunque sea con las tijeras  virtuales del Paint) o hemos escrito mil cartas que nunca enviaríamos en las que desparramábamos nuestra furia contenida y exorcizábamos los malos recuerdos y demonios que nos atormentan por su culpa...

Todos nosotros, en fin, sabemos que en el fondo somos injustos porque, aunque funcione a modo de efecto placebo, a veces no se puede buscar culpables.
Después de todo su único pecado fue no sentir lo mismo que yo.


Y de esta forma seguimos odiándole de mentirijillas un día, otro día, otro día, otro día...

10 mayo 2010

Razones por las que es difícil ser pava y jugar al Wow

ATENCIÓN: ESTE POST ESTÁ DEDICADO ÍNTEGRA Y TOTALMENTE AL WOW. SI NUNCA HAS JUGADO Y NO SABES DE QUÉ VA EL JUEGO, DA POR HECHO QUE NO TE VAS A ENTERAR DE PRÁCTICAMENTE NADA DE LO QUE HABLO.
Avisados quedáis.




Qué dificil es ser yo, a veces.
-No me sirve cualquier toga ni cualquier par de hombreras: tienen que ser bonitas. Por eso, aunque con chapas de escarcha se consigan interesantes sets de armadura  del tier 9 o incluso 10...  yo preferiría pasearme por Azeroth con el vestido primaveral del evento de Pascua o el vestido del evento de San Valentín. No hay color, hombre. Ah, ¿que esos no te protegen nada? Bah, minucias.

-La caña de pescar debería tener también bonificador en daño con hechizos. Me lo ponen muy complicado, porque siempre que estoy pescando y me meto en cola para mazmorras y bandas, ¡pretenden que me acuerde de cambiarme el arma cuando salta la mazmorra! Venga, pordió, a ver si se creen que es fácil estar en todo. Pues anda que no me he pasado yo veces el Pito de Sauron lanzando misiles arcanos con la caña...

-Me resulta casi imposible ser educada. ¿Dónde quedaron los buenos modales que me enseñaron las monjas en el cole? Señor Ali, cuando me vaya usted a atacar, un "por favor, señorita, ¿sería usted tan amable de dejar de coger flores, que voy a meterle un crítico de 15.000 y preferiría que muriese con dignidad?" nunca estaría de más...Y ¿qué es eso de insultarnos en las bg, cuando vamos perdiendo? "omg lol soys mancos menudo powned esto es wipe k hasco de orda". De verdad, las hermandades además de tener un apartado de dinero para reparaciones, deberían tener otro de "fondo común para visitas al oculista por errores gramaticales y patadas al diccionario españó".


-Me enfadé mucho la primera vez que entré al juego y me fui a crear mi primer personaje. No es justo que ni las elfas de la sangre ni las no-muertas ni las orcas ni las trolls ni las tauren tengan una buena melena rizada y hermosa. Ésto qué es, ¿discriminación?.

-Jamás deberíamos tener que matar bichitos adorables. En serio, vale que al inicio nuestro personaje no sea capaz de muchas proezas, pero tener que matar ciervitos, gorrinos, ositos, avestruces o lobitos me parece una atrocidad. Y ya no te cuento si eres peletero y tienes que ir desollando a Bambis por los bosques... Yo me hice florista/alquimista pensando que así no tendría que matar animalitos para nada, ilusa... hasta que me hice aprendiz de cocinera y me di de bruces con la cruda realidad. La primera vez que maté un talbuk me pasé un rato  antes escribiendo /Bocatalomo ama a talbuk dorado para que no me odiase demasiado xDDD
Si yo tuviese un niño, no le dejaría jugar al Wow, que se me traumatiza de por vida.

-Todos los protodracos deberían ser de color morado o, al menos, dejarnos elegir el color y forma cuando por fin somos exaltados con una facción y podemos comprar uno. Que con lo que hay que sufrir para conseguirlos, mira que son feos algunos...

-En las mazmorras y raids, entre boss y boss deberían dejar diez minutos de descanso sin enemigos ni ataques, para calmar los nervios y dejar respirar a la gente sensible y torpe como yo. Que con tanta tensión me estreso, en serio. En TOC 10/25, por ejemplo, eso de que te salgan los monstruos todos seguidos es un horror: cuando por fin acabamos con uno y estoy histérica porque casi muero veinte veces, de pronto sale el siguiente sin darme tiempo ni de respirar... y me aturullo, me pongo más nerviosa todavía y acabo dándole a la tecla de alquimia en vez de a la explosión arcana. Qué estrés, en serio, qué estrés.


-Los de Blizzard deberían replantearse el hecho de añadir un paracaídas de serie en las mochilas, además de la piedra del hogar. Supongo que no hace falta que os cuente la cantidad ingente de veces que he muerto por caerme por precipicios y/o escaleras chungas y estrechas... y sí, soy maga y tengo la magia esa de la pluma.

-Deberían añadir un logro por "Maestra del disfraz". Porque si hay algo que me haría ilusión en este juego sería conseguir reunir toooooodos los disfraces posibles: de murloc (mi preferido), de huargo, de ogro, de valkyria, etc. Anda que no estaba yo contenta cuando hice la quest de Tundra en la que te plantan el disfraz de murloc y tienes que ir dando saltitos :P  Creo que me hice 45.675 fotos.

-Hablando de logros, deberían retirar los que fomenten la violencia y el pvp o al menos ofrecer las mismas recompensas de otra forma más pacífica, también. ¿Qué es eso de tener que pegarte en la arena mil veces para conseguir el draco abisal con armadura? ¿Por qué, durante el evento de los niños, tengo que llevar a mi huerfanito a las bgs para ver cómo nos asesinamos sin piedad y lo llenamos todo de sangre? Jo, si yo veo sangre y me mareo... desde luego a ese tipo de logros ni siquiera aspiraré nunca, que yo soy Heidi y no pego en las arenas ni con cola.

-Las mazmorras deberían tener tres modalidades: heroica, normal y para Beas.

-Me parece fatal que los no-muertos tengan chepa. Vale que les falten pedazos de carne, (que ya me parece feo, pero lo veo lógico por su condición) pero eso de que caminen encorvados creo que está de más. Me da mucha pena cuando juego con mi no-muerta bruja... que estaré muerta, pero tengo dignidad.

-¿Alguien ha pensado alguna vez que los tauren tienen un culillo apañao, o soy una enferma?

-En el sistema de susurros a otros jugadores, debería haber algún addon que te avisase de que la estás cagando y le estás susurrando a la persona equivocada.  O que vas a decir "jajaja qué nombre más ridículo tiene el tanque" en el chat de grupo...

-Los desiertos y las zonas feas y sosas deberían desaparecer. Ah, ¿que con Cataclismo todo a a cambiar? Me alegro, me alegro, veremos...

-Si los ángeles de resurrección te dijesen eso de "sana, sana, culito de rana, si no cura hoy curará mañana" en vez de ponerte  la penalización de armadura... no me dolería tanto, oye. ¿Dónde quedó el cariño?

-¿Por qué narices cuando acerco mucho la cámara a mi Bocatalomo la visión se pone borrosa? Jo, así no hay quien se haga fotos de cerca cuando descubro una zona nueva e interesante...

-Voy a proponer a los de Blizzard añadir el "biofrutas" como bebida  a la venta en las tabernas.

-Pues sí, lo reconozco. Cuando me creé el personaje y estaba dudando entre qué clase escoger... elegí ser maga porque podría convertir  a la peña en oveja. Qué le vamos a hacer: la cabra tira pal monte...

08 mayo 2010

Me gusta

Me gusta el olor a gasolina; el sonido de las pisadas de mi perro por el pasillo; el sol dándome en la cara nada más despertarme; el canto de las golondrinas; mi ciudad en otoño; el sonido de las olas chocando contra las rocas; la sensación de refrescarte la piel con aftersun después de un día de playa; el aroma de los libros de texto nuevos; el chocolate amargo; el color morado; bailar; cantar a grito pelao aunque me escuchen; el pollo con patatas fritas; jugar al Wow con Ser; la Dark Cherry Yankee Candle; LOST; sentarme a leer los blogs de mis amigos con un biofrutas en la mano y música de fondo; reirme a carcajadas con Al; los bizcochos de limón que prepara mi padre; las plumarias; la brisa fresca del atardecer; mi coche;  las fotos que hace mi madre; las canciones improvisadas con Chus; estrenar ropa; el rotulador turquesa de Carioca; la comida china; sentarme a ver viejas fotos y ponerme tontorrona recordando; escribir; pegarme a la nariz el vaso donde se disuelve una aspirina efervescente y que me haga cosquillas; que me sorprendan; el verano; los mojitos en el paseo marítimo; ir al teatro a ver lo que sea; el olor a mar; las películas de Disney, de fantasía y de terror; el parque de Meanwood; los bombones de cereza y licor; las tardes de sofá-mantita-peli; los parques de atracciones; leer los comentarios de mi blog; llegar de marcha y beber zumo muy frío;  las charlas con los amigos de toda la vida; escuchar Kings of Leon mientras conduzco; acurrucarme con mis colegas y cambiar el mundo; los peluches de ovejas y cerdos; planear viajes aún sabiendo que nunca los realizaré; el primer baño en el mar del verano;  las revistas de decoración; que me mimen como a una niña pequeña; los canales de videoclips; la sensación de manos limpias justo después de lavármelas; llorar cuando lo necesito; pasarme horas dando vueltas por la Fnac; soñar despierta...



Sil nos propuso en su último post pararnos a pensar esas pequeñas cosas que nos hacen la vida más agradable, y me pareció un ejercicio estupendo para animarme la tarde. ¡No es tan difícil ser feliz!

06 mayo 2010

Fragilidad

Al final he pasado del odio a la indiferencia. Después de enfadarme cada vez que alguien me llamaba tonta y pava, he acabado optando por hacer que tales afirmaciones me resbalen por las plumas.

Porque es cierto: soy una pava confiada que se pasea por la vida poniendo ojitos de Bambi y sorprendiéndose por todo. Permito que me engañen, que se aprovechen de mí. Soy consciente de que en la sociedad de hoy en día reina la ley del más fuerte, y que a las ovejas se las zampan los lobos.

Pero que me escuchen bien todos esos que se mofan de mi fragilidad: me han herido muchas veces y todas, todas, todas he acabado perdonando. No sirve de nada vivir en un estado de alerta continua, de desconfianza total, de aparentar ser de hierro... al menos a mí no me compensa.

Porque aquí sigo con mi sonrisa, a pesar de todo. Vivita y coleando, igual de pava que siempre. Si eso no es ser fuerte, que me digan qué lo es.

02 mayo 2010

Después de un invierno malo...

No me digáis que no se pone bonita Málaga en primavera :D

(Si pincháis en las foticos, las veréis más grandes y hermosas)









Las fotos, cortesía de Mamá Rizosa, que es una artista. (Muchas felicidades, que hoy es tu día ^_^)  El resto lo pone mi tierra, que es impresionante.