Cuando alguien te hace partícipe de sus pasiones, te está demostrando que te aprecia. Aunque sea en mayor o menor grado, confía en ti y quiere que vuestra relación (sea del tipo que sea) crezca un poco más compartiendo un pedacito de sí mismo contigo.
Cuando alguien te cuenta, con los ojos brillantes y la sonrisa desmedida, lo muchísimo que le gusta un grupo de música, un escritor, una serie de televisión o ese escultor de arte moderno que conoció de Erasmus en Berlín, en realidad lo que está haciendo es mostrarse vulnerable ante ti. Hay que ser muy valiente y confiar mucho en los demás para confesar tu afición a coleccionar las pegatinas de los kiwis o a bailar polka los sábados, y más cuando eres consciente de que lo más probable es que la otra persona no entienda nada y no sepa valorarlo como tú.
Pero sí. Cuando alguien se abre contigo y se pasa media hora explicando con todo lujo de detalles lo que le hace chundachunda en la patata es debido a que te aprecia.
Y si tú ante su despliegue de emoción lo único que haces es pasar olímpicamente o, lo que es peor, decir cosas como "pues menuda puta mierda", te mereces la más agónica de las soledades porque tienes la misma empatía que un chumbo y porque, en resumen, eres un miserable.
¿Sabes que estoy viendo Lost? Ando terminando la tercera temporada... pero como me lo tomo con calma, aún pasará tiempo antes de que la termine
ResponderEliminarY si después de estar un buen rato contándole tus cosillas que te apasionan a otra persona y notas que esa persona se acomoda para seguir escuchando (como si ese instante fuera su propio hogar) y ves que disfruta realmente el tiempo que pasa, ahí lo que notas ya no es solo empatía sino verdadero afecto personal.
ResponderEliminarYa puestos, no le llames incluso "empatía", tan solo "respeto" por otros gustos/emociones/intereses...
ResponderEliminarPero cuando te pasa lo que tú describes en el último párrafo, al final decides que no vale la pena contar nada de lo que te apasiona, o al menos no gritarlo a los cuatro vientos. Y, seguidamente, te vas a encontrar con gente a la que le parecerá fatal que no le hayas contado nada, y esgrimirá mil razones más o menos estúpidas.
La clave, para mí, está en "vulnerable". Todo depende dle nivel de vulnerabilidad que toleres o creas aceptable. Y si algún día aprendes a que tus ilusiones no te las va a destruir ni el más malicioso de los comentarios, pues será la caña (que conste, ni de lejos estoy yo en ese punto).
Ais... qué rollazo he soltado. Pero eso, que muy de acuerdo contigo.
Hay tela de chumberos y chumberas por ahí, mushasha. Y a esos pues nada, hablarles del tiempo.
ResponderEliminarMejor que decirle "Vaya mierda" sería cortarle a tiempo. Reconozco que hay temas que no me atraen y con los años he aprendido a decir "hasta aquí" antes de que empiece a doler la cabeza.
ResponderEliminarEmpatía, si. Perdida de tiempo... ¡NO!
Eso me pasaba con mi ex... después de estar un buen rato contándole algo que me había pasado o una anécdota que a mi me parecía divertida, sin inmutarse ni un ápice decía: "cenamos pollo o pescado?". Tío, por lo menos dime "qué guay" o "menuda mierda" o "qué cabrón es tu jefe", pero esa indiferencia es peor que el desprecio...
ResponderEliminarVes tú la razón por la que yo callo mi mundo interior...
ResponderEliminarDe acuerdo. Y qué interesantes los comentarios. También estoy de acuerdo con ellos.
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