17 marzo 2011

Querida yo

Buenos días, queridos.
Hoy me he levantado ególatra, egoísta, egocéntrica... así todo con mucho ego. Y es que leyendo el post sobre el amor que se ha marcado mi Fle en su blog esta mañana no he podido evitar pensar que es bonito amar y querer, pese a todo. Y dado que yo estos últimos años me he convertido en mi mejor amante y protectora, en mi princesa morada y en la única receptora de mis mimos más cariñosos, se me ha ocurrido escribirme una carta de amor y romance de esas que yo solía escribir con catorce años.

Adoro mi pelo. Desde siempre me he sentido orgullosa de mis rizos, definidos y brillantes. Me encanta lucir melenón e intento llevarlo suelto siempre que puedo, haciendo de mi cabello mi lema personal. Dejar crecer mi pelo fue más que un símbolo: con mi melena comenzó la era en la que mi nuevo yo se cuidaba y se gustaba a sí misma, y marcó un antes y un después en mis relaciones sociales. Ya sabéis lo que dicen: para poder gustarle a alguien primero tienes que gustarte a ti mismo...
A mí me gusta sentir cómo el pelo me acaricia la espalda en verano, cuando llevo poca ropa y hace brisa. Me gusta el mechón de flequillo que me cae sobre la cara, rebelde, por mucho que intente domarlo. Me encanta lo poderosa que me siento con un poco de espuma para el cabello y dos gotas de colonia.

Me gusta mi boca, de labios gruesos y definidos y dientes bonitos. Me encanta mi sonrisa y cómo se me ilumina la cara cuando me río a carcajadas, así que intento sonreír muy a menudo. Me sonrío a mí misma en el espejo, por las mañanas, mientras planeo y organizo mi día entre cepillo y pintalabios. Me sonrío a mí misma cuando conduzco y suena una canción alegre, y me pongo a cantar sin importarme quién pueda escucharme. Me sonrío cuando consigo hacerme entender en una discusión, cuando alguien me dice cariñosamente que estoy loca, cuando me propongo algo y lo consigo, cuando me doy un capricho y me zampo un bombón.

Me gusta mi cuerpo. No soy una mujer delgada y a lo largo de los años he tenido algunos encontronazos y discusiones con mi figura: que si ahora estás gorda, que si ahora estás siendo vaga, que si ahora no le gustas a fulanito porque tienes mucho culo, que si esa falda nunca te sentará bien. A ver, Bea, déjame que me auto-explique. No es que yo sea una superficial que sólo me quiera por mi cuerpo, pero lo que sí es cierto es que para que alguien te guste de verdad tiene que haber atracción física. Y yo no me he sentido atraída por mí misma durante demasiado tiempo... hasta hoy, que por fin he aprendido a fijarme y valorar lo que de verdad importa: mi piel limpia y suave, mi cinturita, mis curvas femeninas, mis manos pequeñas, mi cuello, mis lunares. Creo que últimamente aprendí a sacarme partido a mí misma y oye, me pongo un montón.

Me gusta mi sentido del humor. No sé si vosotros estaréis orgullosos de vuestra forma de ser, pero yo sí. Me gusta cuando me río a carcajadas de algo por lo que todos se preocupan. Me gusta ser capaz de verle el lado positivo a las cosas, de sacarle sonrisas a las personas que me rodean. De ser yo la que hace el ridículo y ser, al final, la única que no lo hace precisamente por eso. De hacer lo que me da la gana sin pensar en qué dirán. De volver a ser una criaja diez veces al día. Estoy orgullosa de mí misma por recordar todavía la letra de todas las canciones de Disney y por hacer de mi día a día un juego divertido y alegre. Y, sobre todo, adoro cuando los demás no me entienden y me miran raro, y ser yo la única que se ríe de mis gracias y me comprende.

Me gusta tenerlos cuadraos. Vale, ya sé que en teoría esto es una carta de amor y expresiones como esa no son muy románticas, pero es que tengo una mala leche impresionante y me mola tenerla. Me gusta echarle narices y enfrentarme a quien sea que intente hacerme daño. Defiendo mis principios con uñas y dientes, y me enfurruño arrugando la nariz como un cachorro cabreado en una expresión que me resulta adorable a mí misma. No soy una mujer dócil, y espero seguir siendo así pase lo que pase. Vale que a veces sea un poco tocanarices, que se lo ponga difícil a la gente que me aprecia y que encima conmigo misma sea una estrecha caprichosa. De acuerdo, aceptamos barco. Pero me gusta cómo me siento cuando no permito que me hagan daño, cuando cuido de mí misma por encima de todo y de todos y termino con la sensación de haber hecho lo que tenía que hacer. Soy mi heroína; sin mí... estaría perdida.


Adoro mis despistes, mis momentos Dory, esos olvidos inoportunos que me hacen dar mil explicaciones a mis amigos, cuando no me acordé de sus cumpleaños o simplemente los confundí. Me enternezco conmigo misma cuando les doy mil abrazos y mimos y consigo que me perdonen, porque verdaderamente no era mi intención olvidarme. Me gusta cómo me apunto las cosas importantes en el movil, en el pc, en post-its, en la mano, y aún así sigo metiendo la pata porque de donde no hay no se puede sacar. Hay gente con buena memoria, gente con mala memoria y luego estoy yo. Recuerdo la vez que me caí en Cazorla con 5 años pero no sé qué comí ayer. Mi memoria es rara y selectiva  pero es mía, y me hace tilín.


Me gusta sorprenderme constantemente. Esos momentos en los que no pensé que fuese capaz de hacer algo, y descubrirme media hora después haciéndolo sin problemas. Ese "querer es poder" que me lleva a menudo a olvidar mis inseguridades y saltar con ganas. Siempre que me he propuesto algo de verdad lo he conseguido, y me admiro por ello.

Me gusta ser impulsiva, aventurera, valiente, responsable, puntual, social y formal cuando tengo que serlo. Me gusta ser capaz de hablar de mí misma con orgullo, pasearme por ahí para lucir lo que tengo y lo que soy. Presumir de ser mi novia rizosa y dejar bien claro que no necesito a nadie más a mi lado para ser feliz, pero afirmar bien alto y claro que el día que encuentre a alguien especial con quien vivir aventuras y derrochar sonrisas, (alguien que me haga serme un poco infiel a mí misma sin el menor de los remordimientos) estaré preparada para amarle tan limpia y sinceramente como me amo a mí misma... y dispuesta a compartir mi felicidad e incluso doblarla. Qué demonios, la vida es corta pero ancha; a mí todavía me queda un buen trecho y cuando juegas al wow mola más si alguien te acompaña.

En fin, que estoy enamorada de mí. Espero que no me moleste, Bea, que lo haya puesto por escrito en mi blog. Así, públicamente, sin pararme a pensar en los trolls que ahora tendrán material de sobra para llamarme de todo: creída, soberbia, payasa... pero es que llevaba mucho tiempo con ganas de soltarme todo lo que sentía, y hoy no me pude contener.

Por cierto, Rizosa, estoy muy guapa cuando me sonrojo.

10 comentarios:

  1. A mi tambien me gustan esas cosas que a ti te gustan. Desde tu cuerpo, tu pelo, tu mirada, tus labios, hasta tu forma de ser y de vivir. Que una lastima estar tan lejos para poder tirarte los tejos a base de bien

    Por cierto, como recibas la carta y la leas... puedes acabar pasando una noche ardiente contigo misma (arf)

    Besoooooos

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  2. Estimada Señora Rizos:

    Me dirijo a usted tras leer su misiva amorosa, espero que disculpe este atrevimiento, lo hará al expresarle que mis intenciones son únicamente las propias de un caballero.

    Hacía tiempo que no me conmovían tanto unas letras amorosas. Como veterano en estas lides y confesor aficionado no podía dejar pasar la ocasión de agradecerle que las comparta con sus lectores. Es, sin duda, un bello y liberador ejercicio que me ha hecho reflexionar sobre esa acertada máxima que reza: “El amor comienza por uno mismo”. Y algo que comienza con tales raíces no podrá desarrollarse de otra forma que fuerte y generoso en frutos. Mis felicitaciones por tan valiente gesto.

    Por otro lado, aun conociendo de mínimos encuentros sociales al sujeto de su amoroso requerimiento, sí hemos sido debidamente presentados. Dicho esto, como me vanaglorio de ser buen conocedor del género humano, me gustaría reseñar que no podría estar más de acuerdo con la descripción hecha. Que aunque surgida del amor, bien conocido por ser ciego, es en este caso, sin duda alguna, muy acertada.

    Respetuosamente me despido no sin rogarle que le hable usted bien, incluso podría permitirse exagerar en algún aspecto, a su amada de éste su sincero servidor. Ardo en deseos de conocer mejor a tan estupendo ser humano y poder ser considerado, algún día, de su confianza.

    Sin más, se despide de usted Don Miguel de Málaga, de los Málaga de toda la vida.

    Afectuosamente,

    Miguel.

    P.D.: Por si te quedaba alguna duda, después de escribir esto conseguí regresar del siglo XIX sin mayores contratiempos ni sufrir daños permanentes. Gracias.

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  3. Desde luego si yo fuera lesbiana no te dejaría escapar ;)

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  4. Tia, eres genial!!!
    Solo a ti se te ocurren estas cosas...
    Me ha encantado, y sabes lo que mas me gusta?? Tú, por eso te aprecio tanto, aunque casi no tenga tiempo para demostrártelo.
    Un besazo enorme guapa y creete lo que tu misma te dices porque sin verdades como castillos.

    MUACKS

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  5. Mencantas tanto, ains!!!!!

    Mi misiva amorosa ha sido un poco, cómo decirte... que se ha reído mucho pero que se ha quedao a cuadros, juas. SIejque, no se puede ser original diciendo ailofyu.

    Molas mil, Rizosa. Por dentro y por fuera, radiante siempre. Te mereces que alguien como tú te quiera de esa misma manera, para siempre. Y que te montes un trío de vez en cuando con alguien que lo merezca :P

    Besos, guapissssssssima!

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  6. Bonito post, sin duda a veces nos olvidamos de mimarm¿nos un poco a nosotros mismos...y tu hoy has dado una muestra perfecta de loq ue es quererse uno mismo, quizas si lo hicieramos a conciencia seriamos ´mucho más felices.

    Saludos.

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  7. Querida Bea: A veces me sacas de quicio. Eres inconstante, perezosa y tiquismiquis. Tu capacidad para arrugar el ceño no tiene límites, así como tus gustos musicales hortera y ese afán por ir a ver películas románticas al cine, aún sabiendo que siempre acabas llorando.
    Te encanta confiar 100% en la gente que conoces, sin darte cuenta de que te muestras demasiado vulnerable y pecas de inocente.

    Pero adoro tu forma de levantarte tras cada caída. Me gusta ver cómo perdonas siempre, siempre, siempre. Eres adorablemente friki, (a veces me sorprende lo mucho que puede llegar a reírse una persona con una simple viñeta de comic o un anuncio de animalitos que hablan)y has aprendido a sacar lo mejor de ti misma y dejar atrás todo aquello que te atormenta o entorpece. Sabes que los zapatos de tacón te hacen estar más alta, pero menos ágil y cómoda. Aprendiste a combinar tu ropa con tu estado de ánimo, a llenar tu vida de colorines -sin olvidar jamás el morado- y ovejas.
    Por todo eso debo decir que yo también te quiero. Hagamos feliz a Eingel y vamos a montárnoslo delante de la web cam :D


    Eingel: NI DE COÑA xDDDD


    Miguel: Hombre, usted por aquí :) Muchas gracias por su peazo comentario, que sepa su merced que me he enternecido con sus palabras. Haré lo que me pide y le hablaré bien a mi amada de su persona, para ver si en futuros encuentros estrechan lazos amistosos :P Un besote.


    Doctora: Anda tonta, si te va a gustar. ^^

    Mae: Ayssss qué perdida que estás y qué se te echa de menos! Un besazo gigante, muchas gracias por lo que me dices y a ver si uno de estos siglos nos honras con tu presencia y tomamos algo :)

    Fle: ¡Pues anda que tú a mí! Yo no sé si encontraré a alguien dispuesto a hacer tríos con nosotras dos, que somos mucha jembra y el mundo está lleno de cobardes que se conforman con lo fácil :P Pero si finalmente no lo hay no pasa ná, siempre nos quedará Cuenca ;)
    MUaks, muaks y remuaks. Cuídese.

    Yessi: Pues te animo a que hagas lo mismo. Sin duda ha sido un ejercicio muy enriquecedor y liberador; ahora no me beso porque no me llego ;)
    Muchas gracias y un abrazo enorme.

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  8. Es la carta de amor más sincera que he leído en mi vida, válgame. çç

    Te quieres porque te lo mereces.

    ¡Un beso!

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  9. Eingel: de eso nada, yo haré lo que tenga que hacer. El que se lo perderá serás tú :P jiji

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