18 mayo 2007

Quién sabe

Estaba sentada en la orilla, justo donde la arena se oscurece y las olas lamen suavemente mientras agonizan. El pelo se le desparramaba por la espalda desnuda, y su bikini azul hacía juego con las olas.
El sol empezaba a caer sobre el mar, frente a ella, y un par de gaviotas planeaban en círculos allá donde su vista alcanzaba a mirar, sobre las rocas.

Pensaba en cómo le echaba de menos, en lo mucho que necesitaba una de sus palabras al oído en ese mismo instante... cuando la arena a su lado se revolvió y alguien se sentó junto a ella. Era él.
Ninguno de los dos dijo nada, tan sólo continuaron observando juntos el atardecer. El corazón de la muchacha latía más y más deprisa, travieso, y su respiración abandonó el compás de las olas y se convirtió en tormenta.
Tenía miedo. Y no era un miedo racional, (no quería tener miedo) pero algo en su interior le impedía acercar aún más su cuerpo al de él, su vida a la del chico. Estaba ahí, junto a ella, tan cerca que la brisa inundaba todo con su aroma profundo y masculino... pero había un muro extraño entre los dos que les situaba en playas distintas, en mundos distintos. Qué pasaba, se preguntó. Por qué.

Una ola valiente empapó sus pies y le hizo dar un pequeño respingo que acabó con el sueño. Con los ojos brillantes inundados de mar se levantó y miró a su derecha, justo donde él se había sentado en su mente. Y comprendiendo (asimilando) que ningun granito de arena se había movido desde hacía horas a su lado, se alejó caminando por la orilla en busca de un nuevo amanecer.
Quién sabe.



8 comentarios:

  1. Que sí, que muy bonito, pero yo lo que quiero es que me expliques cómo carajo escribiste "RIZOS" sobre la arena sin dejar huellas de pisadas.

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  2. Jijiji... elemental, querido Albret. En Tarifa la arena es arena, no tierrilla como aquí... y en la orilla tiene la bastante solidez como para no hundirse al pisar :P

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  3. Precioso...

    En fin, ya me gustaría a mí ir también a esa playita (eso sí, sin gatos, pollos y demás animales que vayan a pedir comida xD)

    J.

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  4. mmmmmmm que maravilla de relato,y que refrescante!

    Así que escribes muy bien,aparte de ser la de la foto,que no hace falta decir nada,jeje...

    Venga,un saludo!

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  5. llegará un nuevo amanecer

    seguro

    :*****

    (al menos eso espero...)

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  6. A todos nos encantan los relatos de paisajes idílicos (más si están tan bien hechos como este y si vienen acompañados de fotos tan... vistosas ^^), pero debe ser por la jungla de asfalto en la que vivo o porque es tan antagónica a la vida de muchos esa situación... que acaba sonando bastante lejano desgraciadamente.

    True David.

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  7. Vente al sur, True David, que yo te llevo a que te de el solecito de mi playa ^^

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  8. Ya decía yo que todo en tu relato estaba yendo demasiado bien...:) Es muy bonito y como tú bien dices: ¿quién sabe?
    Un beso.

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