29 diciembre 2009

Jijiji

Ains... ¿no os parecen preciosas las navidades?
No, la que años atrás renegaba de estas fechas no era yo; me poseía el espíritu del biofrutas caducado xD
Porcier... dejad ya de poner fotos con vuestros regalos navideños en fareborn, que aquí servidora hasta Reyes no ve ni uno y me da envidiaaaa xD

No postearé mucho hasta el año que viene, je. Sedme buenos hasta entonces, y no la liéis mucho en fin de año. Aquí la Rizos y contra todo pronóstico todavía no tiene nada decidido para Nochevieja... que sí, que la reina del control y de la puntualidad extrema no sabe dónde acabará el jueves por la noche, pero bah... ¡qué mas da! let it flow y tal...
¡Feliz 2010 para todos!

25 diciembre 2009

Cuento de Navidad.

Perdonadme, pero... os lo advertí.

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Hacía días que había cumplido los diez años. Marcos era un chiquillo encantador: tenía ese duende en la mirada que hacía que mamá sonriese, orgullosa, cuando las demás mujeres del barrio le hacían cumplidos.
Esa Navidad su carta a Papá Noel fue escueta: me gustaría que volviese papá.


Juan, su hermano mayor, estaba en la edad del pavo. Además de acné y dos piercings en la ceja, lucía un orgullo y una prepotencia de esas que no hacen más que poner de manifiesto la inseguridad y el miedo, la envidia y el rencor, aunque él se empeñara en fingir cuando mamá le castigaba y salía de casa dando un portazo que hacía retumbar las paredes.
Pero esta vez todo iba a cambiar. Estaba harto de ser el gilipollas de la casa, la víctima de las neuras de su madre. Tenía que hacer algo o se volvería loco... él se merecía mucho más.
Llegó a casa justo cuando su madre, su  abuela y Marcos estaban sentándose para cenar, la noche del 24 de Diciembre. Tras recibir la ya habitual mirada de desaprobación de sus mayores, alzó los hombros con una pretendida frialdad y se sentó sin decir nada, empezando a hacer buena cuenta del jamón y las gambas sin esperar a nadie.

Terminó el primero y, todavía sin mediar palabra con su familia, se levantó y se encerró en su cuarto para terminar de preparar su plan. Tenía que ser perfecto; no podía cagarla ahora que estaba tan cerca.
Esperó hasta que escuchó cómo mamá y la abuela terminaban de colocar los regalos bajo el árbol y se iban a dormir entre susurros nerviosos, y entonces comenzó su trabajo. Se puso sus guantes, (lo había visto en la tele) sacó el cuchillo recién afilado de la mochila del instituto y salió al pasillo sin hacer ruido, caminando de puntillas sobre el parquet.
Cuando pasó frente al árbol, suspiró al contemplar la montaña de paquetes plateados que rodeaban el zapato de idiota de su hermano... y el único paquete que descansaba junto al suyo. Como siempre, el niñito de los cojones se salía con la suya poniendo cara de pena. Menuda mierda.
Inspiró hondo para darse fuerza, (no te rajes ahora, tío) y siguió caminando hasta el dormitorio de Marcos.
Estaba en penumbras, pero por las cortinas entrecerradas entraba algún rayo de luna travieso que le permitía observar a su hermano durmiendo: el flequillo hecho un remolino rubio sobre la frente, una media sonrisa ilusionada que por un instante hizo mermar sus ánimos oscuros...  pero debía continuar.
Se acercó a la cama muy despacio, para sorprenderle y no dejar lugar a la resistencia. Volvió a mirar al niño durante dos segundos, los suficientes como para volver a inundar su corazón de celos y de rabia, y aunque algo le decía que nada sería igual desde entonces, (y no necesariamente mejor) no le quedaba otra opción.
El cuchillo helado le hacía daño en su mano, no podía soportarlo más...  y entonces apartó el edredón con fuerza y despertó a Marcos con un grito:

-¡Despierta, joder! Que sepas que Papá Noel no existe, que es mamá la que te compra los putos regalos... y papá, entérate de una vez, no va a volver nunca. ¡¡¡Está muerto!!!




Había acabado. El cuchillo de odio se le resbaló a Juan entre los dedos. El niño murió desangrado esa noche, en medio de largas horas de agonía.

Marcos comenzó a crecer.

Nochebuena

¡Belid Navidal a todoh, queridosh!
Y mientras brindo por ti, por mí, (por todos nosotros) dedico mis primeros pensamientos de las Navidades de 2009 a esas personas queridas que siguen aquí conmigo, aunque sólo sea de corazón.

Los segundos, eso sí, son para el turrón de yema tostada y el cava. ¡Mamá, deja la pandereta un ratito y ponle el gorro de Papanoé al Cholo!
¡Que empiece la fiesta!





Ya estoy llevando a mi primo Rubén por la oscura senda del pavo rizoso...

P.d: Pensaba escribir para celebrar este momento un relato de sangre, muerte y destrucción... Me he resistido porque mi familia me tiene retenida por el momento, pero no descarto volver a altas horas de la madrugada y desatar mi parte más salvaje (literariamente hablando, ehhh)

20 diciembre 2009

Estupideces que hago de vez en cuando II

-Decir en voz alta cosas como "¡una y no más!" cuando ni yo misma me lo creo realmente.

-Responder al teléfono con un "¿diga?", aunque sepa que es mi madre la que llama porque sale el número de casa en la pantalla del móvil.

-Comprar peluches compulsivamente. No sé ni cuántos tengo ya...

-Disimular como si algo no me interesase e incluso decir que no, cuando realmente me muero de ganas... y es aplicable a bombones, proposiciones, ropa, oportunidades y personas.

-Llevar la antena del coche guardada en el maletero desde el día que me lo compré, hace siete años... para que no me la roben. Todavía no la he usado.

-Imitar los pasos de Beyoncé frente al espejo de mi cuarto, cantando y todo. Bah, tampoco me sale tan mal.

-Cuando cocino algo que me encanta, a veces me da por innovar y echarle condimentos exóticos. Lo he repetido mil veces sin éxito, y  parece  que aún no he captado el hecho de que los platos me encantan por su simpleza.

-Participar en concursos con la esperanza de ganar.

-Llevar siempre el monedero repleto de monedas de un céntimo, porque alguien me dijo una vez que nunca sabes cuándo las vas a necesitar.

-Leer irremediablemente los ingredientes de los cereales una y otra vez cada mañana, cuando me siendo a desayunar con los ojos todavía medio cerrados. Ya me sé de memoria cómo se dice arroz, trigo, miel, malta y harina de maíz en varios idiomas.

-Acercar la nariz demasiado a las velas aromáticas cuando las acabo de encender, para oler mejor las esencias. Auch!

-Perdonar siempre, siempre, siempre.

-Contarle mis miserias a la gente menos indicada.

-Taparme con el abrigo la mitad de la cara cuando veo una peli de miedo en el cine... porque si sólo miro con un ojo me siento más protegida.

18 diciembre 2009

Rubén

Una jirafa, me pediste. Yo, que soy tan práctica y que jamás se me dieron bien las tareas imposibles, suspiré y me perdí en tu mirada limpia y serena, joven y sabia a la vez. Seguro que te diste cuenta de cómo se me fruncía el ceño, y me divierte imaginar lo que estarías pensando entonces... Quizá esa inocencia que se os atribuye no sea más que un mito, una falsa leyenda en la que os escudáis para parecer desvalidos y faltos de cariño. Quizá viéndome allí sentada, con las piezas de Lego resbalándose una y otra vez entre mis manos torpes, permanecías en silencio porque sabías que no soy más que una tonta que haría lo que fuese por verte sonreír. Quizá (porque mi ofuscación debió ser muy evidente) te apiadaste de mí y por eso te sentaste a mi lado, cogiste aquel prototipo de jirafa sin cabeza y sin patas y, con una ternura infinita y una voz que me llegó al alma, dijiste que te encantaba.

Tienes dos años. No sé durante cuántos años más seré capaz de regalarte jirafas improvisadas en forma de abrazos, regalos, risas y aventuras, pero ojalá pudiese detener el reloj de tu ilusión e inocencia y llenar tu vida de alegría juntando piezas de Lego para siempre.

17 diciembre 2009

Harta, capítulo II

Estoy harta de muchas cosas. No sé si es por el colocón de miolastán que llevo encima, porque llevo cuatro días sin ver la luz del sol o porque una ya se cansa de que la tomen por tonta.
Pero necesito quejarme y desahogarme, y lo siento pero os ha tocao. Por seguir leyéndome desde aquel otro día que vine a quejarme al blog, hace años.

-No soporto cuando a las personas inocentes se les engaña y, lo que es peor, se juega con sus ilusiones. Y os puedo dar dos ejemplos recientes...

EJEMPLO 1)
Hace unos días, una famosa bloguera convocó un concurso de dibujo en su blog. El premio estaba bien, y además prometía a cada concursante un enlace al blog de los participantes en el suyo propio, (pagerank 5) cosa bastante jugosa para los pobres desgraciados que, como yo, no tuvimos tanta suerte en esto de la popularidad internauta.  Así que me puse manos a la obra y pude más o menos crear una especie de collage navideño que bueno... no iba a ganar, pero al menos quedaba resultón. Se lo envié tres días antes de que acabase el concurso a la dirección de e-mail que figuraba en su blog, y al no recibir respuesta alguna por su parte supuse que todo estaba bien.
Pero no. Ayer mismo se hizo público el resultado y no es que mi dibu-foto no haya ganado, es que ni siquiera aparece en la lista de participantes. Pensando que debía haber un error, le dejé un comentario en el post de los dibujos diciéndole que yo también participé, que si mi pseudodibujo no era válido sólo tendría que habérmelo dicho y le hubiese mandado otra cosa...
Ésta fue su respuesta:


@la rizos, si no te contesté y no he publicado es que no me llegó el correo… Contesté a todos los que me llegaron para confirmar.

Y punto. Sin un "lo siento", sin nada de "voy a ver qué ha podido pasar". Yo que sé. Me enfadé un poquito, peo decidí darle el beneficio de la duda y me fui rauda a mi bandeja de salida de hotmail, a ver si es que envié mal el dibujo. Pero no, la dirección era correcta. Vale, Bea, aún así han podido pasar muchas cosas, vamos a volver a escribirle un mail a ver qué pasa...   Y como yo ya tengo el mail de esta chica en mis contactos, porque ya le había escrito otras veces (y por supuesto ella siempre fue muy amable y me respondía sin problemas), simplemente le reenvié el primer mail que le mandé con el dibujo con un asunto que decía: ¿de verdad no habías recibido este mail? :(
De eso hace ya un día, pero sigo sin respuesta alguna. Y sé que mis mails le llegan, porque hotmail no me los devuelve. Es una pena, porque de verdad que me caía bien esta chica y me alegraba de corazón cuando veía que poco a poco se iba abriendo camino en el mundo cibernético. Creo que es buena en su trabajo y que puede llegar muy lejos... pero como está claro que a estas alturas de la película le importa una mierda lo que piense una chica como yo, que antes era su seguidora pero que no deja de ser una entre un millón... pues dejo de serlo. A partir de ahora y para siempre se queda con un millón de fans -1  :P


EJEMPLO 2)
Los concursos. Supongo que ya sabéis (porque os llevo dando la brasa todo el día) que me he inscrito en un concurso literario en el que hay que presentar un texto-resúmen de tu 2009. Es el post que va justo antes de este, por si no lo habéis leído.
Pues bien. Yo nunca me  había inscrito en ningún concurso porque, para qué engañarnos, soy bastante pesimista y nunca me vi con posibilidades de victoria... hasta que me encontré con este. Y como me gusta escribir, y además el premio es algo por lo que yo pagaría si no estuviese en paro... pues tardé muy poco en apuntarme al carro y escribir mi texto.
Estaba muy emocionada, igualito que un criajo de diez años: le mandé un mail a mis familiares, ilusa, pidiéndoles su apoyo. A mis ex-compañeros de trabajo, a mis amigos, incluso a esos contactos del fareborn que no te hablan nunca pero que te da corte eliminar xD Imaginaos que hasta le he pedido a mi madre que se lo cuente a todas sus amigas marujas, y que esas marujas se lo digan a sus hijos...  No sé, tampoco pido que me voten sin más, sino que me lean y me den la oportunidad si es que creen que me la merezco. No tengo un círculo amistoso demasiado grande, pero la verdad es que hasta ayer por la tarde había conseguido 56 votos y estaba bastante ilusionada. Hasta que... en fin, hasta que me dijeron que no sea Heidi, que las cosas no van así. Que en estos concursos no gana el mejor, sino el más tramposo. Que la gente usa bots y scripts para autovotarse, y que en una hora les sube el contador de votos mil veces.  Y yo, con mis 56 votos de TODAS las personas que conozco, bailando ahí solitarios en mitad del monitor mientras mis ilusiones se me escurrían hasta el suelo.
No creo que consiga muchos votos más. Y mentiría si no os digo que ayer me puse a llorar al darme cuentas de lo gilipollas que soy a veces... de lo inocente que puede llegar a ser mi sentido común.

Pero hoy, que la desilusión ante el mundo y la rabia con la que me fui a dormir anoche parecen más lejanas, lo que estoy es harta.

Y como el remedio para esos sentimientos es tratar de respirar hondo, pasar página y centrar la atención de tus actos en otro asunto más positivo... creo que voy a mandarlo todo a freir monas (vanidades, concursos, tongos y desilusiones) y me voy a buscar un hobby friki, que esta tarde alguien me hizo ver las cosas de otra forma. No sé, igual me pongo a ordenar mis peluches por colores, organizar las emisoras de mi minicadena todas en números pares o a leer algún libro de hipnotismo, que nunca se sabe cuándo vas a necesitar conocer esas cosas.



Por cierto. Estoy muy orgullosa de esos 56 votos. Soy muy afortunada de tener tanta gente que me aprecia, al fin y al cabo. Más quisieran los que ganan con trampas poder decir lo mismo.

16 diciembre 2009

Contraportada

Decía Ángel González que vivir un año es muy duro: ¡mover el corazón todos los días casi cien veces por minuto!.

A veces me da por pensar que los años no son más que lecciones de un  libro de texto. ¿Os acordáis? Hubo un tiempo en el que veíamos a los libros como enemigos; como seres malvados y burlones que entraban en nuestras vidas cada septiembre y que nos fastidiaban hasta que terminaba el curso, el año siguiente.

Pero todos los libros nos enseñan algo, a fin de cuentas.  2009 ha resultado ser para mí bastante mordaz y pesado, casi como aquellos tochos de Física y Química que tantos quebraderos de cabeza me daban. Comencé a leerlo en Barcelona, con el alma perdida y vagando sin rumbo por amplias avenidas modernistas y emborrachándome con el sabor cálido, hechicero y espinoso de las placitas de Gracia. Como lo mío son las letras y entre tanta fórmula y problema me aturrullaba, me costaba mucho avanzar en el temario y a veces me daban ganas de mandar el libro a la porra y dejar de estudiar.
Pero a base de esfuerzo iba aprobando los parciales, y casi sin darme cuenta me planté en el examen final.  Aprobé, por los pelos pero... aprobé.

Y ahora que termina el curso y que lo veo todo desde otra perspectiva  -desde otra ciudad, incluso-, me doy cuenta de que por muy duros que resulten los años y las experiencias nos hayan marcado a fuego para siempre doliéndonos cuando hace frío, como el reúma... todo pasa. Y que por muy retorcido o difícil de entender que sea cualquier libro, la satisfacción de haberlo terminado merece la pena.

De todo se aprende, dicen. Y lo mejor es que cuando terminamos el colegio los libros dejan de ser nuestros enemigos y pasan a ser compañeros, de esos amigos que, (a veces y porque nos quieren), nos hacen reír y  llorar.
Ahora ya tengo sobre la mesa el tomo de 2010, y no puedo esperar a abrirlo con la ilusión y  brillo en la mirada e inspirar ese aroma que desprenden sus páginas recién impresas... como a vida disfrazada de oportunidad que vuelve a empezar.





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15 diciembre 2009

Inyección

Hace tres días me desperté con un dolor de cuello importante. En un principio creía que era tortícolis por dormir en mala postura, así que me quedé en casita guardando reposo, en bata y con una bolsa de agua caliente en forma de perro en el hombro.
Ayer me dolía menos y hoy me creía más o menos recuperada, así que salí a hacer unas compras y, al volver... uffffff.... no sé lo que debe doler una patada en los webs, pero os aseguro que el dolor que me dio a mi esta mañana era insoportable. Me tumbaba y me dolía; sentada estaba más tiesa que el palo de una escoba, y caminando era una especie de Posí representando AmaRoza.

Y como no aguantaba más, que ya andaba llorando a moco tendido por las esquinas... pues me fui a urgencias.

En 0,2 la doctora me ha visto una contractura del tamaño de un elefante africano con las orejas extendidas. Que tengo, según ella, "cuello congelado" (y no por frío precisamente), así que amablemente me ha recetado drogas y calmantes de todo tipo, cosa de la que me congratulo porque me saldrá el colocón legal y baratito, y me ha ofrecido una inyección de relajante muscular para que se me pase el dolor de forma más inmediata.

Podía elegir. Tenía la oportunidad de decirle que no era necesario, que con las pastillas y cremas ya era suficiente y se me pasaría, pero no... Escogí la inyección.

-Perfecto, pues espera aquí que ahora viene el enfermero.


Cuando le vi acercarse con la bata blanca supe que algo no iba bien. Su cara me sonaba muchísimo, pero como estaba algo mareadilla por el dolor tampoco fui capaz de reconocerle.
Pero él a mí sí, faltaría más:

-¡Hombre! ¿Tú eres la amiga de Adolfo, no? 

Tachán. Eso era. Tenía ante mí al amigo salsero de Adolfo, ese que me presentaron porque decían mis colegas que haríamos buena pareja y que también estaba soltero. El mismo con el que, hace unas semanas, me organizaron una especie de cita a ciegas conjunta. El que me dijo entonces que a ver si quedamos un día para ir a bailar y tomar algo, para conocernos...

Pues bien... lo de tomar algo ya es innecesario, supongo, ahora que somos íntimos. Menos mal que llevaba las bragas bonitas.

Ya me estoy imaginando las bromas de mis colegas como si las estuviese oyendo...

Qué corte, pordios. Qué corte.

13 diciembre 2009

It's Christmas Time!

Ea, pues ya está finiquitao el nuevo diseño. Espero que os guste y que os de ganas de zampar turrón y beber cava, como a mí... jijiji...
Y si no habéis escrito la carta a los Reyes todavía, ¿a qué esperáis? ;)

Besazos navideños para todos.

12 diciembre 2009

Quiero cantar

Para que veáis lo que se puede hacer con talento de verdad y muchas ganas. Os presento a Sam Tsui, un niñatillo que cantaba en la ducha, tocaba el piano y que se juntó con Kurt Schneider, su compañero de clase, que sabía hacer voces raras, tocar la guitarra y arreglos musicales por ordenador. El resultado fue este:






Hoy se han hecho famosos en youtube, y ya les llaman de la televisión para hacerles entrevistas y actuar en directo en sus programas tan sólo con la guitarra de Kurt y la voz de Sam. Para que luego se queje Ramoncín cuando no vende discos... es ley de vida: el talento se abre camino.

Os dejo también con otro de sus temas estrella: el popurrí de Lady Gaga.




11 diciembre 2009

Mi princesa

Hubo una vez en que a mí una princesa me cambió la vida. Así, como lo leéis. Sé que parece que me estoy tirando un farolazo, pero os aseguro que es completamente cierto.
Resulta que la conocí de casualidad un día en el que ella estaba harta de la vida de palacio y se daba una vuelta por su reino, como Jasmine en la peli de Disney. Yo, una pobre trabajadora en tiempos de crisis, estaba enfrascada en líos contables cuando ella abrió la puerta de la academia y se me plantó delante, sonriente, diciendo que quería trabajar y que si podía dejarme su currículum.

No sé si lo sabéis, pero las princesas auténticas (nada de esposas-de, ya me entendéis) no pueden ocultar su condición real a pesar de que se disfracen de ciudadano de a pie. Más que nada porque no pueden quitarse la corona y... hombre, las hay más discretitas, pero siempre dan el cante.

Así que allí me vi yo, delante de una princesa sonriente que pedía un empleo.
Intenté ser profesional y no parecer sorprendida, así que acepté el currículum y le hice las preguntas de rigor:
-¿Estás disponible actualmente? ¿Tienes experiencia en recepción?
Ella me respondió muy dignamente que no tenía experiencia, pero que disponibilidad tenía toda la del mundo. Ya, ya me hago a la idea, pensé yo mientras le daba las gracias y nos despedíamos educadamente.

La siguiente media hora la pasé alucinando. Leía su currículum una y otra vez ( experiencia laboral: Auxiliar Real, coordinadora de eventos de Palacio) y no podía creerme que una mujer así quisiese cambiar su cómoda vida por la de una recepcionista cualquiera.

Pero lo hizo, porque mi jefe finalmente le hizo una entrevista y, cosas de la vida, la contrató. La princesa trabajaría a mi lado de lunes a viernes, algunos sábados incluidos.
Y fue lo mejor que pudo pasarme en mucho tiempo...

¿Sabéis ese tipo de personas que consiguen animar cualquier reunión, que sacan una sonrisa de las expresiones más serias? Pues así era ella. Ya desde que entraba por la puerta cada mañana, con su corona escondida bajo un sombrero para -según ella- no llamar la atención, iluminaba la estancia con su alegría y desparpajo. Recuerdo que a veces le costaba comunicarse con nosotros porque hablaba muy raro... Supongo que es el dialecto real o algo así, pero en ocasiones soltaba palabrejas incomprensibles con las que yo siempre me reía a carcajadas. Después le intentaba enseñar cómo lo decimos nosotros, el vulgo,  y ella rápidamente sacaba su libretita de notas para apuntarlo y no volver a decirlo mal jamás.

Creo que quería ser pobre. En serio, no hay otra explicación posible, porque todo lo que tenía lo regalaba. Dejó de dormir en palacio y se alquiló un pisito de un dormitorio en el Barrio Gótico, y siempre que tenía ocasión nos invitaba a todas a comer a su casa. Nos preparaba platos exquisitos, eso sí, de esos que sirven sólo en los actos sociales más refinados y que nos hacían felices al primer bocado.
En Navidad siempre nos preparaba felicitaciones a mano, como las de antes, hechas con cartulina por ella misma y con una muestra de su cariño en forma de palabras en el interior. No nos podía comprar nada porque encima andaba en números rojos... ¡una princesa en bancarrota! Y ella era feliz así.

Cuando yo tenía un mal día y llegaba al curro triste, ella se sentaba a mi lado y me contaba sus sueños de amor imposible. No sé por qué, pero creo que la gente de sangre real sueña cosas distintas a las que soñamos el resto. Sueños Reales, supongo. Y a mí me encantaba escucharlos en boca de esta chiquilla pizpireta y curiosa, siempre sonriente.
Otras veces en las que yo me quedaba en recepción y ella se sentaba a trabajar en el cuarto de administración, (porque no le quedaba otro remedio, ya que odiaba estar sola) abría el skype y me decía por el chat:
-Beíta, ¡cuéntame una historia!
Y claro, yo no podía hacer otra cosa que sonreir y empezar a darle vida a mi imaginación. ¡Quién puede desobedecer una orden real tan bonita!


Como os decía, me cambió la vida... porque gracias a ella las jornadas laborales se me hicieron mucho más llevaderas. Su estrambótica filosofía de vida me ayudó a ver las cosas desde un punto de vista completamente diferente al que estaba yo acostumbrada, y muchas veces tuve que darle la razón cuando me regañaba cual madre preocupada y me decía que tenía que quererme más, que a veces hay que mandarlo todo a tomar por saco y buscar la felicidad.

Y bueno, por alguna extraña razón mi princesa consiguió ser una más. Al final logró que todos olvidásemos quién era realmente y la quisiéramos de verdad. Se convirtió en la "niña" del grupo, la mimada, la traviesa. Nos encantaba chincharla y hacerle rabiar entre risas y bromas, porque adorábamos sus mejillas encendidas y su carita enfurruñada diciéndonos que la respetásemos, que era un superior, justo antes de buscarnos las cosquillas para continuar la pelea.

Puede que ella ande mal de dinero, pero es la mujer más rica del mundo. Y yo, a su lado, también lo fui.



Te quiero mucho y te echo de menos, Princesa. Muchas felicidades. Aquí tienes mi historia de hoy:



            Sonatina                                                        
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.



El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.



¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?



¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa 
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.



Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.



¡Pobrecita princesa  de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.



¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
—la princesa está pálida, la princesa está triste—,
más brillante que el alba, más hermoso que abril!



—«Calla, calla, princesa —dice el hada madrina—;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».


                                                           Rubén Darío     

08 diciembre 2009

You will ever say it glows...

Bueno, pues como en casa ya hemos puesto el árbol, y en el Cortinglé ya es Navidad... Os dejo con mi ya tradicional felicitación navideña.  Algunos la habréis recibido por mail, pero por si acaso...


(pinchando en la foto se ve más grande)


Y que empiece la fiesta de turrón y cava. ¡Bienvenido, mister kilodemás!

07 diciembre 2009

301

¡¡¡Espartanos!!!
Hace dos días escribí mi post número 300, y no me di ni cuenta...  ¡Trescientos! Así, como suena. Como aquellos que fueron a luchar contra Jerjes y su purpurina en la peli de buenorros esa.
Y bueno... qué os voy a decir que no os haya dicho ya en opiniones anteriores... que gracias. Porque muchos de los que me leéis, extrañamente y prometo que sin soborno alguno, lo hacéis desde el principio de los tiempos, allá por 2006.
Pero es que encima hay también peña que  ha conocido el blog hace poco, ¡y que parece que vuelve! Vamos, es que no quepo en mí de gozo y no podría estar más orgullosa e hinchada cual pavo real.

Por eso esta mañana, con mi post número 301, firmo un serio compromiso con vosotros y conmigo misma (porque si os soy sincera, el blog me produce un gustirrinín importante) y os prometo como mínimo 300 post más. Ea, que tiemblen los que no soportan mis puntos y aparte, que voy en serio.

De momento, y como ya viene siendo tradición en este año que termina, ya estoy trabajando en la versión gélida de mi blog y tengo intención de colgarla en breves. Va por ustedeh.

05 diciembre 2009

Queendeed's birthday

Hace tiempo que no hablo contigo, pero eso no significa que ya no me acuerde de ti. Nuestras vidas (ambas) han sufrido cambios muy importantes este año que termina, y quizá por eso nuestras charlas se han ido distanciando hasta reducirse en breves conversaciones de paso por el msn.
Pero sigues aquí, en mi lista top ten de amigos, que lo sepas. Y que sepas también que espero que vuestras primeras vacaciones fuera como familia, ahora que la tienes y que eres feliz, las paséis en la Costa del Sol.

Te echo de menos, pero estoy contenta porque sé que ahora, por fin, estás bien. Y me alegro muchísimo por ti, porque ya era hora de que la vida te devolviese la sonrisa que te robó hace años.

Te deseo un feliz cumpleaños, Ju: que mañana pases un día estupendo rodeado de los que te quieren. Ya ves, no me he olvidado esta vez tampoco ^_^
Y dale un besote de mi parte a tus dos hembras, que les estoy muy agradecida por  mimarte tanto.
Cuídate mucho.

Bea.  

03 diciembre 2009

Queridos Reyes Magos II

Hace justo un año escribía yo mi carta a los Reyes desde Barcelona.  Mucho ha llovido desde entonces, pero me congratula comprobar que la mayoría de las cosas que pedí entonces se han cumplido a lo largo de estos doce meses pasados:

-Me compré un pijama calentito y unas botas estupendas. Vale, no son exactamente regalos de Reyes, pero como si lo fuesen porque me lo regalé a mí misma.

-En mi viaje a Leeds he acabado con las reservas inglesas de Yankee Candles, o sea que de momento mis ansias caprichosas de posesión velil se han calmado.

-Hace un par de semanas asistí al musical Mamma Mía con la mía mamma ;)

-Tengo dos libros pendientes en la mesilla de noche, a la espera de que mi cansancio me permita no cerrar los ojos en la segunda página cuando me pongo a leer de noche.

-El pasado Junio fui a Port Aventura. Todavía me dura la emoción.



-Ya no tengo que tener paciencia para soportar el estrés laboral: estoy felizmente parada. Y vivo en Málaga.

-Ahora vuelvo a usar mi antiguo sobremesa, donde puedo instalar todos los sims y parte del extranjero sin problemas xD

-Llegamos al único punto donde mi carta a los Reyes no tuvo éxito: no tengo ninguna casita en la Costa, ni Brava ni del Sol. Pero bueeeeno, tiempo al tiempo.

-Mis amigos vinieron a visitarme finalmente, hecho que tuvo como resultado una de mis noches de juerga más divertidas en Cataluña.

-Ya no tengo que pagar ni luz, ni gas, ni agua ni na de ná. Vivir con los padres de uno también tiene sus ventajas ;)

-Ya no podré irme de viaje a las islas Griegas con mi pocholo, puesto que no tengo. Peeeero desde ahora mismo queda abierto el cásting a pocholos buenorros e inteligentes con ganas de viajar. Que quien sabe, oye.


Y ahora, sin más dilación, os dejo con mi carta a los Reyes Magos versión 2009-2010:


Queridos Reyes Majos:
Este año he sido muy buena. De hecho, casi podrían canonizarme o proclamarme la nueva mártir del siglo. 
He pasado una racha bastante chunga, tanto que incluso mis hermosos rizos estaban empezando a perder brillo y todo. Peeero he salido adelante y he sabido encauzar mi vida cual ágil gacela, y todo sin pelearme con ninguna rubia ni robar para biofrutas. 
Por eso creo que me puedo permitir ser rumbosa y pediros alguna cosilla que otra para estas Navidades:


-Quiero la colonia Carolina Herrera. La del bote redondo rojo. ¡Huele taaaaan bien!


- Me gustaría encontrar un trabajo tranquilo, cerca de casa y con un sueldo normalito. Sin estreses, vaya.


-Querría también hallar el pisito pequeño, económico y acogedor que necesito para independizarme. A poder ser cerca de la playa y en una zona residencial bonita y animada.


 -Quiero que mi Cholo sea feliz el tiempo que le quede.


-Quiero unos cuantos pares de pendientes, que en las clases de salsa me los he cargado todos a base de giros y enganches.


-A ver si me podéis traer bombones de esos de licor y cereza, coñe, que se me han antojao de tanto acordarme de ellos.


-Quiero un viaje a Nueva York con mis colegas. Vale, sé que este regalo tiene doble trabajera: pagarme el billete y convencer a mis amigos, pero yo que sé, para algo sois magos, ¿no? :P


-Quiero que este año que se avecina nos volvamos a reunir Valeria, Ximena, Carmen, Helene y yo. Donde sea.


-Iba a pedir algo pasteloso y romántico, pero bah... luego todo son disgustos. Me conformaría con encontrar a alguien que me haga sonreír de vez en cuando, ya me entendéis.


-Quiero un abrigo nuevo, que el que tengo es maravilloso y morado pero está ya bastante trillao, el pobre.


-Quiero que mi madre aprenda magia y consiga hacerme fotos en las que salga guapa y elegante, que mira que lo hemos intentado, pero supongo que de donde no hay no se puede sacar.


Y bueeeeno, creo que ya está. Si veis que son demasiadas cosas, me lo decís y escribo dos cartas: una para vosotros y otra para San Biofrutas. Nunca me ha traído nada más que zumos, pero todo es probar.
Nada más, resalaos. Sed buenos, no corráis mucho con los camellos y un besote. 
Nos vemos en Enero.


Bea.

02 diciembre 2009

Alfa.

El taxi frenó junto a la casa de la playa. Nieves notó que hacía mucho viento nada más abrir la puerta trasera, así que se abrochó bien su chaqueta, pagó al conductor y salió del coche arrastrando su maleta gris sobre el asfalto manchado de arena y  de sal.

El olor fue lo primero que le impactó. Se quedó parada un minuto mientras el taxi se perdía al final de la calle y el flequillo se le arremolinaba sobre la frente, haciéndole cosquillas. Inspiró profundamente y casi podía sentir sus pulmones llenándose de mar, de vida. Fue una sensación agradable y fresca que le dio ánimos y consiguió disipar el miedo un poquito... lo necesario para armarse de valor y encaminar sus pasos hacia la casita, aquel viejo edificio costero que de ahora en adelante sería su nuevo hogar.

No había farolas cerca y el sol ya empezaba a ocultarse tras la bahía, así que le costó bastante encontrar las llaves dentro del bolso. Casi tuvo que volcarlo sobre el camino de guijarros de la entrada... pero al final dio con ellas y, con los ojos cerrados, abrió el portalón de madera pintada de azul.
Todo estaba en penumbras. Por inercia alargó la mano hacia la pared de la derecha, buscando ese interruptor que pulsaba siempre al entrar en su antigua casa de Madrid. La que fue su hogar durante los primeros treinta años de su vida, y a la que ya no volvería jamás.
Su mano tropezó con un perchero de hierro viejo y un paragüas roto, pero el interruptor de la luz debía estar en otro sitio. Asimilando dónde estaba se giró y agudizó la vista hasta que lo encontró, en la pared de enfrente. Sus ojos tardaron unos segundos en acostumbrarse a la nueva visión: una habitación amplia de suelos de madera y muebles antiguos de roble oscuro, cuadros marineros y cortinas de color azul intenso.  La luz del atardecer se filtraba entre ellas, robándole destellos dorados al sofá, y al asomarse a la terraza descubrió un porchecito acogedor y rústico donde una hamaca invitaba al descanso y a la reflexión, con el mar ante sus ojos.  

Le gustaba; era el principio del cambio.
Su principio.

01 diciembre 2009

Cerezas con chocolate.

Es curioso cómo funciona la memoria.
Lo natural sería echar de menos vivencias, momentos agradables, experiencias que te marcan y te hacen revivir días en los que fuiste feliz.

Yo lo que echo de menos es el olor de mi casa de Poble Nou. Las cerezas con licor y chocolate que me compraba en mi descanso del curro en Rambla Cataluña, y que guardaba como un tesoro en su bolsita marrón para írmelas administrando y que me durasen todo el día.
La sonrisa de Ximena. La mirada de niña resabiada de Valeria.
La luz del atardecer en el Maremagnum.
Mis paseos por Avenida Gaudí en Navidad y ese sentimiento de complicidad que sentía cuando me sentaba junto a alguien en el metro, camino del curro, y bostezábamos a la vez.

Pero no echo de menos Barcelona, en general. Ya no.