25 enero 2013

Mujeres, hombres, ovejas y viceversa

Hace ya años que tengo el consultorio sentimental y puedo decir con orgullo y satisfacción que he ayudado a mucha gente, -anónima y sin anonimar- a sentirse mejor. Vamos, quiero creer que les he ayudado, que al menos yo le puse toda mi buena intención :P

Y hoy quiero dar un pasito más, ir más allá aún y atender personalmente a la petición de socorro de un amigo que, por circunstancias de la vida, no consigue encontrar el amor.

"Oveja, ya que tienes tantas lectoras, podrías buscarme novia". Así empezó todo, al tuntún, con un tuit que hubiese quedado en el olvido si yo no estuviese tan tarada y no me hubiese decidido a hacer realidad su petición. 
Pero aquí estoy, dispuesta a presentaros  a este chico y a despertar en vosotras la curiosidad, aunque sea. Que todos sabemos que you can't hurry love y todo eso, pero tampoco pasa nada por poner las cosas más sencillitas.


Antonio es de un pueblecito costero de Granada. Tiene 30 primaveras y es friki. Y lo digo desde el principio porque es su cualidad más señalable: es friki con todas las consecuencias. La primera de ella es su sentido del humor: si no os gusta reíros a menudo porque tenéis los dientes feos, no es vuestro hombre. Pero si acabar con dolor de mofletes es algo que no os disgusta, sin duda lo pasaréis genial con él. Conocerle es estar en una montaña rusa del cachondeo donde cualquier día os puede salir con un vídeo chorra de youtube y luego arrancarse cantando Marinero de Luces haciendo como que mueve una bata de cola con una mano y sujetando un cubata en la otra.
El sentido del humor, como digo, es lo que me hizo conocerle y sin duda hará que queráis conocerle también. 
Aún así, no es su única virtud. Antonio es muy cariñoso y atento. Cercano, cálido, inteligente, romántico pero no por ello menos realista. Es fácil quererle. No tiene grandes fortunas que ofrecer, pero sí toneladas de cariño. Allá vosotras si no os compensa.

Quiere una chica con cultura. Y eso me lo ha dejado bien claro: le gusta hablar por los codos (doy fe) y le encantaría tener a su lado a alguien con quien cambiar el mundo a golpe de lengua. Ejem. Adora leer y admira a la gente que sabe escribir. No quiere que le sangren sus hogos y me dice, literalmente, que "si hablo de Schopenhauer, que no se crea que es un nuevo coche alemán."

Tiene muy buen gusto musical (quitando lo de Marinero de Luces), una voz bonita y tened por seguro que no os saldrá por flamenquito ni por reggetón. Disfruta con los pequeños placeres de la vida: una tarde de sofá/manta/palomitas, ir al cine - ahora ya no es tan pequeño placer, pero bueno xD-,  con las charlas interminables tumbados uno junto al otro, con la complicidad. 

Antonio no busca a la mujer perfecta. No quiere super modelos, no quiere canijas, no quiere Barbies. Él no es un Ken, y quiere belleza real. Quiere a una chica proporcionada, que se quiera, que se cuide y que tampoco busque algo irreal en él.  Si tiene gafas, mejor. (Fetichista que nos ha salido el chico; si cuando yo digo que es friki... xDDD) Dice que prefiere morenas que rubias, aunque yo no me creo nada.


Ahora viene cuando os cuento qué es lo que él tiene para ofrecer. Y me voy a pasar un poco por el sobaquillo las cosas que él me ha dicho, porque os voy a ser sincera: me da la sensación de que le han querido poco. Le han querido poco, y mal.  Y por eso creo que a la primera persona que llegue y le mime y le quiera, Antonio le ofrecerá el mundo. El mundo y todas sus expansiones. No os pasará a buscar en un cochazo, pero irá en burro a donde sea necesario con tal de estar con vosotras


Y estoy de acuerdo con que el amor es como es, y no se puede forzar, y puede que os pique la curiosidad con este post y vayáis a conocerle y finalmente no surja la chispa. Pero yo no dejaría pasar la oportunidad, que la vida es corta y es una putada no pedirla con dos cucharillas para compartir.


Antonio es @R_endfield en Twitter, Antonio Miguel en facebook y su dirección de correo electrónico es kalvo99@gmail.com
Ahora os toca a vosotras, ovejosas.




P.D: Porcier. Si eres una bruja que sólo sabe romperle el corazón a los hombres, mucho cuidadito con este, que es MI PROTEGIDO. Ahí lo dejo.

16 enero 2013

Cuando yo era tu chico.

Hay muchas formas de enfrentarse a una misma situación: tantas como personas. Y algo que me saca de quicio sin remedio es el arrepentimiento perenne. El "debí haber hecho esto", seguido del "voy a cambiar". 
El desperdiciar oportunidades y no valorar lo que se tiene cuando se tiene, y no después.
El hacer como que te importa cuando ya da igual.
Porque las personas que viven en un estado de cambio infinito... al final no cambian.
Quien de verdad se arrepiente de algo y aprende de sus errores, no los vuelve a cometer. Al menos no los mismos, ni de la misma manera.

Por eso me repatean las canciones de señoras y señores tristes y arrepentidos que quieren recuperar a las personas a las que hicieron daño y se dan baños de dolor entre lamentos y recuerdos de lo que pudo ser y no fue. Incluso si son temazos de mi Bruno Mars. 
Si de verdad la quieres asúmelo, déjala vivir en paz y busca otro corazón que no puedas romper dos veces.

Y ojalá la próxima vez no tengas que cantar esto y seáis muy felices para siempre.

14 enero 2013

Me gusta II

La satisfacción del trabajo bien hecho.
Tumbarme a ver una película ñoña con un biofrutas y bombones y sin tener que hacer nada más en toda la tarde.
Quitarme el reloj porque no lo voy a necesitar.
Un paseo en coche por alguna carretera costera por la noche. Conduciendo otro.
Un masaje de pies. En los míos.
Que Blogger me avise de que tengo varios comentarios pendientes de moderación. 
El calor.
El olor del mar.
Un mojito bien preparado.
Ir a pagar y no tener que esperar cola. No tener que esperar, en general.
Ver muchas menciones en Twitter.
Que alguien me diga "hoy no te preocupes por nada: te voy a llevar a un sitio chulo". Y que, encima, lo sea.
Que se acuerden de mí cuando ven ovejas por el mundo.
Una chimenea encendida.
Escuchar mi música favorita con cascos y la luz apagada.
Llorar de la risa.
La emoción justo antes de un viaje.
Despertarme después de haber dormido bien.
Llegar a casa y ponerme mi bata y mis zapatillas. Poco sexy, pero eficaz.
El olor de algunas colonias.
Mirar casas en venta y alquiler por internet e imaginarme cómo sería vivir ahí y cómo las decoraría yo.
El teatro y, sobre todo, los musicales.
Jugar al Munchkin.
Cantar a grito pelao me escuche quien me escuche.
Tumbarme en la playa con mi toalla morada el primer día de verano.
Las post-cenas con olor a damas de noche y jazmín. 
Que me dediquen una canción, me escriban una carta o me hagan un dibujo.
Sentarme con mis amigos de toda la vida a recordar grandes momentos.
Bailar.
Hacer screenshots bonitas en el GuildWars2, el Wow o el Minecraft y mirarlos luego como si fuesen un álbum de fotos.
Pasarme videojuegos yo solita y en modo difícil.
Los cortos de Pixar.
Los vídeos de perritos y gatitos adorables.
Que me digan que tengo un pelo muy bonito. 
Los besos en la nuca. Besos, besos, no soplidos. Puercos.
Cenar con vino rosado Diamante.
La tortilla de patatas y cebolla.
Meterme en una cama con sábanas limpias y edredón nórdico.
Hacer que otras personas se diviertan.
El frescor en la piel después de ponerme crema hidratante.
Ir a comprarme ropa y acabar en menos de 20 minutos.
Las terrazas soleadas.
Aprenderme canciones como esta.
Que me llamen Ricer, Rizer, Rizos o rizosa. Que me llamen.
La gente buena y con sentido del humor.
Las campanas de viento en los jardines y porches.
Las piscinas llenas incluso en invierno.
Mis velas.
Salir con un friki.


Os dejo una screenshot para que veáis el precioso paisaje del Guild Wars2.

12 enero 2013

Balidomancia.

Buenos días, señores.
Puede que lo que vengo hoy a contar os parezca una tontería, o puede que no. Puede que simplemente penséis que estoy mal de lo mío, que el rollo ovejil me ha vuelto tarada del todo y que tengo menos credibilidad que Belén Esteban de jefa de Atención al Cliente de MásMóvil.
Pero el caso es que todos necesitamos creer en algo, y yo creo en la Balidomancia

Todo comenzó medio en broma hace unos años, cuando me aficioné a tener siempre en casa velas de la marca Yankee Candle. Son preciosas, huelen fenomenal y además son de una calidad estupendísima: enciendes una y en 5 minutos ya te huele toda la casa. Mi señora madre fuma, y como yo no soporto el humo comencé a encender velas por doquier para disimular el olor y perseguirla por toda la casa con ellas.
Entonces inauguré mi colección de velas aromáticas de colores, de todos los tamaños y de muy variadas fragancias. Mi favorita, cómo no, la de color morado. A esa le atribuí casi sin pensar propiedades mágicas y la bauticé como "la Vela de la Victoria". Comencé a encenderla cada vez que necesitaba suerte para algún examen, reunión, entrevista, etc, igual que esas personas que le ponen velas a la Virgen del Carmen. Yo le ponía mi vela morada a La Oveja por si acaso.

Y como solía funcionar, (no es que yo estudiase, no, era el Poder de la Vela xD) mis amigos y conocidos empezaron también a pedirme la Vela de la Victoria para que les diese suerte en sus proyectos y empresas.  Vía Twitter y Fareborn me llegaban peticiones mil, a las que yo atendía con todo mi cariño y mi arsenal velístico siempre listo. Además aprendí de las más grandes (Aramis, Espe, etc) que dependiendo del color de la vela ésta te favorecería en un asunto u otro, así que perfeccioné mi técnica balidománcica y comencé a encender mi vela naranja para los problemas de salud, la roja para los amorosos/eróticofestivos, la morada para  la buena suerte en exámenes, entrevistas de trabajo o similares y la amarilla para temas económicos. Igual otros acólitos de la vela no lo hacen así, pero son mis velas y elijo el color que me sale del rizo.

Así que no lo dudéis. Si os cuento hoy esta chorrHISTORIA es porque  estamos en un momento delicado y quiero ayudar al mundo de todas las formas que sé, y doy fe de que la Balidomancia funciona para aquellos que crean en ella. Por tanto, si necesitáis buena suerte en cualquier ámbito de vuestra vida, no lo dudéis: soy vuestra oveja. Haced vuestras peticiones y mis velas os ayudarán. Tenéis mi facebook, mi perfil de twitter, el hashtag #balidomancia o mi correo electrónico. Su magia tiene un rango a nivel terrestre (de momento nadie me ha pedido ayuda desde más lejos, pero todo es probar) y además así tendré la excusa perfecta para seguir comprando más y más velas sin tener cargo de conciencia.

Como Mulder, I want to believe. Hagamos que todos crean también.


Parte de mi colección. La ginebra que se ve detrás no forma parte de la Balidomancia y soluciona otro tipo de problemas.


P.d: que todo el Poder de la Oveja esté con mi amigo Paco, que fue quien me dio la idea de escribir este post.

05 enero 2013

Queridos Reyes Magos II:


Hoy me siento como el conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas: ¡llego tarde, llego tarde!
Y es que esta Navidad con tanta gripe y tanto moco se me había olvidado escribir mi carta a los Reyes Magos :(
Espero que les dé tiempo a leerla y me traigan lo que pido, que he sido muy buena este año (como Mariah Carey).



En fin, ahí va:


-Quiero un libro que me apasione y que no se termine nunca. 

-Quiero una caja gigante  de cuatro o cinco pisos de Moncherí o, en su defecto, a un señor que controle mi despensa y se ocupe comprarlos de vez en cuando para que nunca se me terminen. Si está buenorro, mejor. (atención, hombres dignos y ofendidos: ningún macho ha sido herido o manipulado vilmente para la creación de esta carta)

-Quiero una oveja. Negra.

-Quiero poder dedicarme a lo que me gusta profesionalmente.

-Quiero que Nueva York deje de estar tan lejos. Si vais a hacerlo con un movimiento de placas tectónicas creando una nueva Pangea o algo así, por favor intentad que no se muera nadie ni que se inunde nada. 

-Quiero una quiniela premiada.

-Quiero seguir teniendo los poderes de Soraka en la vida 1.0, para que cuando alguien esté malito se sienta mucho mejor con sólo acercarse a mi vera rizosa. Y lanzar plátanos a los que me caigan mal.

-Quiero que hagan roscones de Reyes todo el año.

-Quiero ganar La Voz.

-Quiero que Daenerys Targaryen y Jon Nieve se líen.

-Quiero un dragón morado.

-Quiero dos puntos de ruta desde Alhaurín a Pedregalejo.

-Quiero ganarle al Ruzzle a mi amigo Paco, y al Apalabrados a mi madre.

-Quiero que el Coro de Sant Yago de Valencia venga a dar un concierto a Málaga.

-Quiero que el verano en España dure 9 meses. Si puede ser, 10. Y con verano me refiero a 35 grados y terral.

-Quiero que Nacher se haga famoso en youtube y hagamos un crossover pato-oveja que se haga viral y nos lance al estrellato. 

-Quiero que a todos esos que me leen  en la sombra con envidia y resentimiento les vaya muy bien este año, pero peor que a mí.

-Quiero aprender a ser feliz otra vez.

-Quiero que me guste el atún.

-Quiero que les traigáis todo lo que hayan pedido a mis familiares y amigos. Todo.

-Quiero cuarenta temporadas más de Spartacus. Ejem.

-Quiero que (atención, pequeño y agradable spoiler de The Walkind Dead) Lori no se haya muerto del todo en la serie, y tengan que rematarla 34.569 veces de forma dolorosa.

-Quiero que aparezca Max y que no me odie demasiado por todo el tinglado que le monté.

-Quiero una Yankee Candle que no se consuma nunca.

-Quiero que Albret se haga multimillonario, compre la revista donde trabaja y trollee en la portada poniendo sólo tetonas heavy.

-Quiero que deje de haber arañas gigantes asesinas en los videojuegos.

-Quiero ver todos los musicales del mundo en directo, organizadlo como queráis.

-Quiero que Fle sea la nueva señora Miyagi en Karate Kid VI.

-Y por último, y no menos importante, quiero una pistola de portales morado/verde pistacho.




Ea, hermosos, ya podéis ir dándoos prisita que no tenemos mucho tiempo xDDD

¡Muaks!




02 enero 2013

Desilusión

Dicen que es injusto esperar cosas de los demás. Que lo ideal es ese equilibrio perfecto entre no esperar nada y conformarte con lo que tienes. Que las decepciones son parte de la vida. Que no se puede tener todo ni vivir esperando.

Yo no lo pido todo, pero sí que necesito cosas. Soy humana, no una piedra, y está en mi naturaleza sentirme triste cuando esperaba algo y no lo obtengo. No lo puedo remediar; llamadme injusta y lo aceptaré.

Pero me conozco bastante bien y si algo tengo claro es que, con respecto a mi forma de ser y sentir, lo peor llega cuando dejo de esperar nada. Cuando ya me da igual. Cuando acabo por ponerme el traje de plumas de "me resbala" y también dejo de preocuparme por hacer felices a los demás. No se hacen las cosas para recibir nada a cambio, pero el alma no se riega con hamburguesas y, al final, si no recibes ni una mínima parte de lo que das o necesitas, se mustia. 


Y cuando la muerte alcanza a mi ilusión... llega la nada. Y esa sí que es injusta.