30 mayo 2009

Dobla toda, toda toda

Si hay algo que echo de menos en Barcelona es el espíritu, la esencia de las ciudades pequeñas, familiares y acogedoras.
El sentirte en tu casa allá donde vayas, encontrándote con la misma gente aunque estés en la playa, en el centro o en el Corte Inglés.

Hoy me he encontrado con este vídeo y he vuelto a sentirme como en casa...

¿Posible canción el verano? ¡Chan chán! Gorrillas in tha house!


29 mayo 2009

Refugios

No sé por qué, (creo que es debido a unos árboles que florecen de noche) pero en verano a partir de las ocho de la tarde Rambla Cataluña huele tremendamente bien.

Anoche me quedé parada en medio de la calle con la nariz en alto y un sonrisón, pensando que si yo fuese un hada del juego de rol Changeling, ése sería sin duda mi refugio feérico en Barcelona.


Aprovecho pues, hablando de juegos de rol, para comentaros que hoy empieza el salón del Comic de Barcelona... y que como el lunes es fiesta en Cataluña, si os paseáis por sus stands igual os chocáis conmigo.
¡Que paséis un buen fin de semana!

22 mayo 2009

Arroz y tomate.

Entró con las rodillas temblorosas y saludó a Laura, la dependienta, intentando parecer tan alegre como siempre.

Sabía que todo iría mal a partir de ahora. Que tenía que olvidarse de quién era, de quién había sido, y comenzar de cero otra vez.

Se acercó a la estantería de las legumbres y dudó por un momento. Quizá todo ésto no hiciese falta, al fin y al cabo. A lo mejor conseguía evitarse el mal rato vendiendo un par de cosas...

"Venga, Maca, que no es para tanto. No eres la única que lo hace."

Miró a ambos lados, preguntándose si alguien más en el colmado la estaría observando. Dos señoras charlaban junto a la puerta y Macarena maldijo en silencio: habría testigos.

Nada volvería a ser igual, y quizá por eso el corazón le latía con mucha fuerza cuando se acercó a la dependienta y depositó los paquetes de arroz sobre el mostrador. Parecía que le iba a explotar en el pecho.

Ya está. No hay vuelta atrás. Respiró hondo, miró al suelo y, tratando de no tartamudear, susurró entre dientes:

-¿Puedo pagártelo la semana que viene? Es que aún no he cobrado y...


Laura la observó en silencio durante unos segundos, regalándole comprensión y calma con su sonrisa. Puso los dos paquetes de arroz en una bolsa de plástico y metió también un bote de tomate frito en oferta.
"Éste va de regalo"- Le dijo entonces, aún sonriendo.

Macarena no pudo más y se echó a llorar.

17 mayo 2009

Lo que pudo ser y no fue

Antes de nada debo decir que escribo desde la indignación más aplastante.
Para los que anoche optasen por ver el partido, (felicidades a los blau-grana, oé) os vengo a contar lo acontecido en el festival de Eurovisión de este año. Seré breve: quedamos los penúltimos.

Hubo de todo: canciones regionales, pop, folk, ópera, baladas. Hubo buenos cantantes y hubo basura musical, pero lo que creo que ha caracterizado esta edición ha sido un escenario espectacular, un estadio gigante, buen nivel musical y un número reducido de frikis cantantes. Lejos quedó ya aquel ChiquiChiqui o el pollo que bailaba en 2008...

Quizá las actuaciones más destacables fuesen Noruega, con el chaval del violín y estribillo pegadizo que sacó una sonrisa de todos con esa expresión suya alegre y con duende; Portugal, con su Flower Power y su estribillo simpático; Azerbayán, con su cantante vestida de Afrodita-latina y la melodía alegre e indefinible; Moldavia, con una canción que transmite un buen rollo impresionante; Malta, que me encandiló con esa balada hipnótica y dulce, y España, of course. Soraya estuvo magnífica, mejor que en ninguna otra gala. Afinó, se movió bien, nos hizo saltar a todos y, sobre todo, nos ha dejado un horrible sabor de boca al comprobar cómo países vecinos (Francia, Inglaterra) no nos daban ni un maldito punto, y cómo nos íbamos quedando a la cola salvados de la pifia quizá por los 12 puntos de Andorra o los 7 de Portugal. Muy triste.

No puedo evitar hablar también de algunas actuaciones bastante curiosas, como la de Croacia y el cantante drogado que gritaba algo así como "mi traaaancaaaa, mi traaanca"; los estertores de muerte y la grapadora gigante del cantante de Grecia, que se subió a una cinta mecánica de esas como las de los centros comerciales y se movía de un lado para otro rasgándose la camisa en plan pecholobo; las hermanas Armenias que casi le prenden fuego al escenario; la Rusa que mama; la melodía de los Bosnios, que parecía por momentos el comienzo de El Camino que Lleva a Belén con tanto tamborcillo; los Estonios y su canción sectaria que decía "whisky, la pulga, siégate, whisky la pulga"; o los Albanos, también conocidos como la Barbie, hombre disfrazado de condón de menta y los enanitos felices.

Destacable fue también la aparición de Miss Dita Von Tesse haciendo un estristis con el cantante de Alemania. Estuvo bastante comedida y elegante, como siempre, pero ni siquiera su colaboración ayudó para que las votaciones fuesen a favor de su canción... quedando muy poco por encima de nosotros en la clasificación final.

Tras darle algunas vueltas, creo que el motivo de nuestra pifia absoluta no tuvo nada que ver con Soraya, que sin duda no se merecía quedar tan abajo. Supongo que las extrañas votaciones de anoche (que hicieron historia, ya que el ganador doblaba al que iba en segundo lugar desde casi el principio) se concentraron tanto en los primeros puestos que no hubo un reparto justo. Aparte que el hecho de cantar en último lugar, como dijo don Urribarri en el debate posterior a la gala, no nos favoreció ya que la gente a esa hora ya tiene en mente a quien va a votar...

Aún así y a pesar de todo, los noruegos ganaron y se lo merecían. Su canción fue, hablando en plata, cojonuda. Que alguien me niegue que no se ha pasado la mañana cantándola, o que me diga que el chaval tiene un rostro olvidable. Aunque fuese un poco borrico y se cargase el arco de su violín, la canción que compuso para su ex-novia es realmente bonita. Creo que en Noruega dieron en la diana presentándoles para el festival, y por eso al menos estoy de acuerdo con su triunfo.

Pero en fin, que espero que Soraya se tome esta derrota como lo que ha sido: injusta, que no se desmorone y que en adelante siga dando lo mejor de sí misma. Porque a fin de cuentas, yo creo que fue una digna representante que no se mereció acabar con menos puntos que las Ketchup o Rodolfo Chiquilicuatre.

Os dejo con mi amigo el ganador y su cuento de hadas. Que tengáis buen domingo.







P.D: Por cier, by the way. Que alguien me diga de dónde han sacado al personajazo que dio los votos de Bosnia, por favor.

P.D.2: ¡¡Quiero que vuelva Urribarri como comentarista!!

15 mayo 2009

La noche es para Eurovisión

Cada día que pasa estoy más convencida de que somos marionetas. Simples muñecos del Destino, el cual guía nuestros pasos y nos conduce por los caminos por los que estamos obligados a deambular durante toda nuestra vida.

Hace ya nueve años, cuando yo era una tierna adolescente fan de Alejandro Sanz y Estopa, ahorré durante todo un verano con la intención de comprarme la entrada para el inminente concierto de Estopa que organizaban los de 40 Criminales en Málaga aquel año... con tan mala suerte que dos días antes de dicho concierto me robaron el bolso en un bar del centro. El bolso entero, con sus llaves, su movil, su cartera con dinero y, por supuesto... su entrada para ver a los de Cornellá.

Me pasé dos días llorando, porque obviamente no tenía pelas para volver a comprar la entrada y menos con tan poca antelación, así que podéis imaginaros mi careto de frutración cuando todos mis colegas me contaban cómo había sido el concierto...

El caso es que semanas después, contra todo pronóstico, me llegó una carta del Ayuntamiento diciendo que habían encontrado una cartera con mi documentación. Fui a buscarla resignada, consciente de que por lo menos recuperaría mi dni... y allí estaba, detrás de la tarjeta de crédito. Dobladita e impoluta: mi entrada para el ya pasado concierto de Estopa.

Tardé días en comprenderlo: la diosa Fortuna no quería que, por alguna misteriosa razón, yo fuese fan de Estopa. Por eso y para no tentar a la suerte, empecé a cambiar de gustos musicales y a escuchar Sober, Nickelback, Creed y demás grupos metal-pastel. Parece que funcionó, porque no volví a sufrir ningún atraco ni accidente sospechoso (quitando los provocados por la Maldición de mi Cumpleaños, claro).

Y así seguí avanzando en mi historia personal hasta hoy, cuando me duchaba pensando que es un fastidio que mañana por la noche me tenga que perder Eurovisión. Los sábados por la noche estoy dando clases de salsa, y por eso mañana me iba a ser imposible continuar la tradición eurovisiba y celebrar una mini-fiesta en casa con sangría y cachondeos varios para animar a nuestro país...
Pero entonces, al salir de la ducha, esta mañana resbalé haciendo la cama y me torcí la pierna. Me pasé casi quince minutos en el suelo, chillando como un gorrino moribundo y sin poder levantarme por causa del dolor.

Cuando por fin me incoporé y me di cuenta de que tendré que pasarme la tarde caminando como Chiquito, decidí que mañana no podré ir a bailar a menos que desaparezca el dolor.
Por lo cual, tras mucho cabilar, me pregunto: ¿qué extraño razonamiento hace el Destino para obligarme a ver Eurovisión? ¿Es una señal divina de que sin mi apoyo, Soraya no ganaría?

No lo sabremos nunca, supongo. Pero yo por si acaso mañana pienso tragarme el festival enterito, enterito. Y bailaré imitando a Soraya, y cantaré haciéndole los coros.

Que vete tu a saber, oye.

11 mayo 2009

Afortunada

Esta mañana me senté a leer el correo electrónico con una taza de café gigante y el spotify dando guerra. Necesitaba despertarme cuanto antes, ya que a las once tenía clase de italiano y no podía llegar con los ojos cerrados...
Me había escrito mi amigo Pablo, para ver cuándo volvía a Málaga. Un profesor de la escuela donde trabajo había etiquetado una foto mía en Facebook, y me dedicaba comentarios cariñosos justo debajo.
Entonces sonó Shakira, con su Don't Bother. Mientras la cantante rizosa (a la que adoro) hacía gorgoritos casi al final de la canción recordé aquel minuto, aquel instante de hace tres primaveras en el que iba yo conduciendo a Martín (mi coche) por el paseo marítimo de Fuengirola con mi colega Al de copiloto. En la radio sonaba entonces la misma canción que escuché yo esta mañana, y mientras el spotify pasaba a otra muy diferente cantada por Muse pensé que gracias a aquel paseo en coche y a la sonrisa de mi amigo mientras yo hacía el tonto, a partir de ahora Don't Bother será su canción, y no de Shakira.

Porque se merece una y mil canciones, al fin y al cabo. Porque hace ya años que le conozco y jamás me ha defraudado...
Porque es uno de mis tres mejores amigos, quizá el que comprende mejor mi sentido del humor, a pesar de vernos tan poco. Mi cómplice de batalla.

También me acordé de Ju, que será papá dentro de poco y al que le deseo lo mejor. Aunque su novia sea rubia. A Julio le regalo la canción alegre del pueblo de los enanos del LineageII, por razones obvias.

Me acabé el café y me fui a la ducha. Cuando mi restauración había terminado todavía me sobraban diez minutos antes de irme, por lo que me senté en la terraza a leer un rato a leer el segundo tomo de la saga Millenium.
Y cuando Lisbeth Salmander estaba dando tumbos por el Caribe, entre vientos huracanados y cócteles de coco, cerré el libro y me puse la chaqueta pensando que soy una chica con suerte: estoy rodeada de hombres que aman a las mujeres.

03 mayo 2009

Bucanera

Tenía 7 años y pasaba sus vacaciones de verano en la playa de Huelva. Aquella casita escondida entre bosques de pinos y dunas, propiedad compartida entre su familia y la de unos amigos de sus padres, se aparecía antes sus ojos como un castillo de cuento donde vivir mil aventuras e inventar cientos de cuentos.

Con nadie a kilómetros a la redonda, su infancia voló entre peces de colores, guerras de bolas de arena con su hermano y los hijos de sus vecinos y largos paseos con papá y Canelo por la orilla al atardecer, buscando tesoros. Tesoros en forma de enormes bolas misteriosas que aparecían en la arena, a las que atribuían propiedades casi taumatúrgicas.

Pasaron unos años y ella se volvió coqueta y traviesa. Con nueve añitos sentía que su vida necesitaba amor y, quizá para verse más guapa y enamorar a los niños de su calle, desobedecía a mamá y se pegaba pedazos de alquitrán aún blando de unas obras en la suela de sus zapatos de charol, a modo de tacón.

Su cuento personal avanzó unos años y se detuvo cuando ella cumplía once. Lejos de ensuciarse con alquitranes olorosos, la chiquilla se volvió grácil y espigada. Incapaz de abandonar su mundo dulce y fantasioso, decidió que quería ser bailarina de ballet y se pasó las horas yendo y viniendo sobre las puntas de sus pies por el pasillo de casa, ante la mirada atónita y desconfiada de mamá. Ella se veía a sí misma como un cisne, y más que bailar sobrevolaba su realidad terrenal y giraba sobre todo lo que no encajaba con su mundo mágico.

Con la adolescencia no cesó su empeño en ser una princesa de cuento, una aventurera nata, una soñadora feliz. Descansaba leyendo poesía en las tardes de otoño, vivía mil desventuras por la sierra cual chalado don Quijote que transforma toros de Osborne en gigantes, y disfrutaba, traviesa, escapándose de la tranquilidad de los retiros espirituales en los que las monjas trataban de confinarla una vez al mes.


Cuando empezó a salir con chicos y disfrutaba yéndose a la playa con su pandilla, para no romper su afán aventurero ella siempre se rodeaba de gente de fuera. Gente francesa, alemana, inglesa, italiana... personalidades fascinantes que le enseñaban mil formas diferentes de ver la vida y avivaban el brillo de su mundo personal. Se sentía Sandokán llegando a la India, dando la vuelta al mundo en su barco de fantasía y ensoñación desmedida. Aprendía nuevas formas de comunicación en forma de idiomas y se preguntaba si algún día podría saciar su curiosidad...
Y entonces llegó él, a bordo de su barco. Ella encontró el mismo afán aventurero en sus ojos oscuros, y él halló en ella una bucanera capaz de hacerle feliz, de esperarle pacientemente mientras él soñaba con ella a bordo de su barco, perdido en medio de mil tormentas.
Decidieron compartir sus sueños y comenzar su propio cuento; escribir entre los dos cada capítulo e inundar sus páginas de risas y peripecias, de dragones en forma de problemas a los que derrotar... juntos.


Poco después nací yo. Y parte de ese brillo en su mirada que convirtió en fantasía sus tardes y transformó el gris en azul, resurgió de nuevo con fuerza en mis ojos cuando ella me enseñaba a leer y escribir. Yo heredé su personalidad alegre y sus suspiros dulces, esas ganas de encontrarle el olor mágico a todo lo que nos rodea y la risa fresca y sincera con la que ella encara los pequeños momentos felices de la vida.  Con sus fotos, esos pedacitos de realidad que ella contempla siempre desde otra perspectiva, ella intenta monstrarnos a todos que nada es lo que parece y que siempre se puede ir más allá, ver más, seguir soñando.


Hoy, tres de Mayo de 2009, parece que Fortuna ha decidido darle también (al igual que yo) un pequeño homenaje, ya que además de ser su cumpleaños hoy se celebra el día mundial de la madre... 
Muchas felicidades, mamá. Gracias por todas esas cosas que me enseñaste, sin saberlo. Por esos pequeños momentos que vivimos juntas, repletos de carcajadas y complicidad.
Por esas mil y una historias que me contabas cuando yo era niña al amanecer, bajo las sábanas de tu cama.
Por compartir conmigo tu mundo, que ahora es parte del mío.

Gracias por seguir siendo una niña ilusionada, y también por enseñarme a serlo.