25 febrero 2016

Tintoverano y tapa.

Me gustan mucho los bares donde te ponen una tapa gratis con la bebida. Sobre todo esos donde tienen una lista de tapas y te permiten elegir la que quieres tomar, pero en la mayoría te suelen traer la tapa que tengan disponible ese día. Normalmente, eso sí, si te pides varias bebidas la tapa que te traen suele variar, así que la mayoría de la gente acaba cenando a base de tapas porque con dos o tres bebidas te puedes poner fino.

Me gustan porque son baratos, pero en ese tipo de bares me sucede casi siempre lo mismo: me pido un tinto con limón, me traen la tapa y pienso "jum, esta no me gusta mucho que tiene atún, voy a esperar a la siguiente a ver". Y me pido otro tinto y me traen otra tapa. "Jo, esta tampoco me gusta, a ver si la próxima tiene pollo". Otro tinto, otra tapa. "Con pimientos... preferiría cualquier otro tipo de verdura... va, me pido el último tinto".

Seguro que adivináis el resultado: al final acabo ciega perdida y sin cenar.




Y así con todo. 
¿Qué aprendemos de todo esto, Beíta? "Que hay que disfrutar de lo que la vida nos regala ahora y dejar de pensar en lo bueno que vendrá después". 
Nah: que dejes de ser tan rata e ilusa; no sigas esperando a que la vida adivine lo que necesitas y te lo regale. Pide lo que quieras  de una vez aunque lo tengas que pagar.

16 febrero 2016

Amor y odio

En esta vida hay que ser muy buena persona. Y muy cabrón, también.

Hay que amar con cada poro de la piel, querer de verdad, disfrutar de los pequeños placeres a nuestro alcance, ilusionarnos como niños por las cosas, emocionarnos mucho con los abrazos de la gente que nos importa, intentar no hacer daño a nadie.

Pero también hay que odiar. Sentir rabia y dejar que la ira nos invada y nos lleve al lado oscuro de vez en cuando. Pegar tres gritos, llorar hasta que nos duelan los ojos. Hay que odiar para seguir adelante. Culpar a los demás porque a veces, lo prometo, tienen ellos la culpa. Hay que perdonar, sí, pero si alguien ha sido malo y egoísta contigo... odia, odia un tiempo aunque sea. No te confundas: ella es la asesina. Es más fácil odiar aquello que amaste alguna vez. Sé injusto o más bien justo contigo mismo. Aunque te acaben odiando a ti. Aunque veas la decepción en los ojos de quien creyó que tú no eras de ésas. Claro que soy de ésas.

Te mereces sentirlo todo con plenitud.  Nadie te va a poner a salvo de la tristeza porque eso es imposible, sabes. Sufrirás y llorarás y sentirás cómo se te rompe el corazón una y otra vez: es ley de vida. Pero es mucho más triste (te lo digo yo, que he estado ahí) dejar de sentir nada y convertirte en un robot que vaga por el mundo sin vivir porque prefiere protegerse aunque eso suponga perderse también lo bueno. Vivir es luz y oscuridad, y la rabia también nos hace más humanos y nos ayuda a valorar lo que consigue que todo esto merezca la pena.


Yo no quiero medias tintas. Y por eso amo y odio, a partes iguales. No me gustan los grises, los perfumes suaves ni las comidas insípidas. Soy la mujer que más ama y odia del planeta, dependiendo del momento o de la persona -o del vino- que tenga delante. 
Puede que también sea una de las personas más odiadas que conozco. Me han odiado, me odian y me odiarán. Pero no me importa porque quien me quiere hoy, me quiere mucho. Y a mí eso me compensa.


14 febrero 2016

San Valentin 2016: la Holirun


Porque los mejores momentos de la vida son los que te dejan despeinada, sucia, cansada o feliz... o todo a la vez  :P





11 febrero 2016

Y a veces incluso sin ser soltero.

Hoy me he dado cuenta de algo. Ha sido como una epifanía: me ponen los gays.
A ver, que ahora debo explicarme porque así ha sonado bastante rarito y no es plan de que me imaginéis más enferma de lo que ya estoy.  No es que me pongan TODOS los gays por el mero hecho de serlo, sino que a lo largo de la historia de mi vida, los cantantes que más rumbosa me han puesto han resultado ser, al final ( o al principio), gayers.

Y ahora viene la parte más tronchante del asunto: es ahora cuando me doy cuenta de sus tendencias sexuales, y no entonces. MI ADOLESCENCIA ME VOLVÍA CIEGA ANTE EL PLUMERÍO. Ahora vuelvo a ver los vídeos y las pelis y demás y me parto yo sola porque hoy en día las cosas se ven muy distintas, pero por entonces vivía yo en mi mundo de color, purpurina e ilusión en la que los meneos de cadera eran unisex y viriles, incluso.
Os voy a poner algunos ejemplos para que me entendáis:


Geoge Michael
Ay, omá. He tenido que añadir a este señor porque ayer se me olvidó por completo, pero lo pongo EL PRIMERO porque siempre será el más mazorco con pinta de empotrador que nos tuvo a todas suspirando durante años. Me gustaba todo: sus canciones, su forma de moverse, sus gafas, su barba, hasta su pendiente colgandero. A mí me viene y me dice con esa voz que tiene "let's go outside" y yo voy. Que me da igual que sea gayer. Que estoy mu loca.

Ay. (Gracias a mi querido gorrins, que es un poco George, por recordármelo)




Miguel Bosé.
Que queréis que os diga, a mí este señor me ha parecido super atractivo de toda la vida. Es un guapazo y no dirás que no :P  La pena es que de cinco años a esta parte o así se haya echado a perder tantísimo, que ha envejecido fatal, pero yo cuando era una criaja veía estos videoclises y soñaba con un señor así que viniera a conquistarme con una Nintendo debajo del brazo y me dijera que quería ser mi amante bandido.
Aunque ahora lo veo y perdía aceite everywhere, pero no sé por qué motivo en los 80/90 confundíamos esos bailes y esos dejes con carisma.




Locomía
Vale, no voy a decir mucho más aquí porque seguro que me fustigáis. Pero a mí me ponía el moreno de las melenas.
Ay, esas voces graves.




Tino Casal
Yo creo que me molaba porque era turbio. Tenía un algo así oscuro, unos aires de violador pervertido que le diferenciaban del resto de happy flowers de la movida madrileña. Y llevaba guantes de cuero, rollo Mr Grey ochentero.
Pero en fin, ahora lo veo en entrevistas que dio en la tele y se le van esos aires misteriosos y oscuros poniéndole ojitos a los presentadores... Aun así, seguro que a día de hoy habría sido un viejete guarrón como Julio Iglesias o Arturo Fernández que habría molao tela. Sigh.




David Bowie
Mi primer mito erótico. Creo que cuando vi Dentro del Laberinto por primera vez, con doce o trece años, empecé a mirar a los hombres de otra manera completamente distinta. Me ruboricé y todo cuando salió ahí marcando paquete y con más purpurina en los ojos que Britni Esprís.
Vale, ahora me diréis que no era gay, que era bisexual y que estaba casado con una mujer espectacular y blablabla... pero no me negaréis que tampoco era el colmo de la masculinidad. QUE IBA MÁS MAQUILLADO QUE MI MADRE.
Ah, siempre quise ser yo Sarah y que me cantaran algo como As The World Falls Down...



OBK
Ay, estos chicos, cuántas noches de juerga me han amenizado. Os dejo este videoclís que es mi favorito, muy rollo Crepúsculo de los noventa :D



Ricky Martin
Snif. Aquí ya es que me tengo que poner a llorar, eh. Creo que este señor es el hombre más guapo y sexy del mundo. De la galaxia. Del universo. Y me lo sigue pareciendo ahora que tiene marido y unos hijos preciosos, que no os penséis que con este post pretendo decir que los gays no puedan ser atractivos y deseables. Tan sólo... inalcanzables, snif. Qué penica, pordió, qué mal repartido está el mundo. Soy una abanderada del dicho "si tiene más de 30 y está soltero, o viene con tara o lleva plumero". Y AQUÍ LO TENÉIS.


Los únicos que se "medio salvan" de mi lista de amores platónicos gayers de mi infancia y adolescencia son David Summers y Alejandro Sanz, que los tengo que dejar fuera medio obligada, aunque no se yo, eh xDDD

En fin, al menos siempre me quedará Sergio Dalma.

10 febrero 2016

Mis clicks

Hace tiempo alguien puso una frasecita de estas famosas en su feisbu: "si quieres resultados distintos, haz cosas diferentes". En aquel momento esa frase fue psé, no me dijo nada, y habría acabado desapareciendo en mi subconsciente si no fuera porque cuando terminó 2015 se me encendió una bombilla en el cerebro (que lo uso poco, pero funciona) y decidí aplicármela. Porque no he hecho propósitos de año nuevo, que luego no cumplo ni uno... pero sin querer me he visto animándome a hacer cosas que no había hecho nunca por uno u otro motivo porque quiero que este 2016 termine de una forma completamente diferente a como terminó el año pasado.

Por ejemplo, lanzarme a dar clases particulares por el mundo. Que en mi academia estoy yo muy segura y muy recogidita, pero la verdad es que ahora mismo necesito pasta y el perder el miedo a salir de mi "zona de confort" laboral me está pagando muchos gintonics.

O lo de tener citas y apuntarme a cosas de ligar, como hace 10 años. Aunque sigo sin tenerlo claro; mis colegas están organizándome citas a ciegas con gente exótica y aún no sé yo cuál va a ser el resultado, pero seguro que al menos me descojono xDDD

Ir al teatro otra vez, que era algo que tenía casi olvidado y ME ENCANTA. Retomar amistades que nunca debieron distanciarse. Hacer algo de deporte, aunque sea deporte de señora. Inscribirme en carreras raras en las que te echan polvo de colores por encima (en realidad me han convencido para inscribirme porque es mi única oportunidad de que me echen polvos este San Valentín, ya os contaré :P)
Apuntarme a eventos sociales varios, aunque sean hipsters o demasiado modernos. Si hay que ponerse a echarle hierbas a las copas, se pone una y ya está. 


Y, sobre todo, lo que estoy consiguiendo poco a poco es perder el miedo. Me he dado cuenta de que hace dos meses estaba aterrorizada, hundida, tenía una visión muy reducida del mundo y no me veía capaz de nada. No era yo. O sí: la peor yo. Pero esta Navidad algo hizo click en mi cabeza, como me suele suceder siempre que se avecinan cambios. No tengo claro qué fue, (aunque sí el detonante :P) pero algo ahí dentro digievolucionó y ya no había vuelta atrás.

Y presiento que lo mejor no será lo que consiga al final de este año. Lo mejor va a ser el camino.

Y estas serán mis pintas en la carrera de los polvos xD