Es curioso cómo funciona la memoria.
Lo natural sería echar de menos vivencias, momentos agradables, experiencias que te marcan y te hacen revivir días en los que fuiste feliz.
Yo lo que echo de menos es el olor de mi casa de Poble Nou. Las cerezas con licor y chocolate que me compraba en mi descanso del curro en Rambla Cataluña, y que guardaba como un tesoro en su bolsita marrón para írmelas administrando y que me durasen todo el día.
La sonrisa de Ximena. La mirada de niña resabiada de Valeria.
La luz del atardecer en el Maremagnum.
Mis paseos por Avenida Gaudí en Navidad y ese sentimiento de complicidad que sentía cuando me sentaba junto a alguien en el metro, camino del curro, y bostezábamos a la vez.
Pero no echo de menos Barcelona, en general. Ya no.
barcelona, aunque fue una epoca importante, ya forma parte del pasado. Vivencias necesarias, pero que ahi quedan, en el recuerdo.
ResponderEliminarEs mejor pensar en el ahora y en el mañana... verdad?
Besooooos
Es que la tierra propia siempre tira más :)
ResponderEliminarYo echo de menos momentos en Barcelona, siempre. Pero no me iría a vivir allí. O no para siempre. Aquí se vive muy bien.
¡Un besete!
Yo echo de menos tantos sitios...
ResponderEliminarEs lo malo que tiene ser una Nowhere Girl como yo, que siempre añoras lo mejor de cada casa.
¿O será que somos dos taradas que no se aclaran? juas.
Echar de menos es lo que echo de menos...
ResponderEliminarSe vive tan bien en esta isla del Mediterráneo...
"Es curioso como funciona la memoria"