Los que me conocen bien saben que no soporto llegar tarde. Que para que mi día a día no se tuerza y mi sentido del humor se mantenga intacto necesito llegar siempre diez (o quince) minutos antes a todas partes, aunque sea consciente de que me tocará esperar.
Algunos no me comprenden. Si total, todo el mundo se retrasa, me dicen.
Da igual. Llegar tarde es una mierda. Lo sentí más que nunca anoche, leyendo un artículo por internet.
¿Dónde estabais vosotros la noche del 22 de septiembre de 2004? Yo estaba cenando en casa del que por entonces era mi pareja, y encendí la tele porque me habían dicho que empezaba una serie interesante. Pude ver tan sólo los primeros diez minutos de LOST, ya que recuerdo que habíamos quedado para salir con unos amigos y nos marchamos justo cuando John Locke se levantaba medio extasiado, medio sorprendido, en mitad de una marea de gente aterrorizada y herida.
Y lo olvidé. Lo confieso: la primera temporada de la que hoy es mi serie favorita se emitió ajena a mi mundo. Yo todavía no conocía a Albret, así que nadie de mi entorno me metió el gusanillo lostiano en el cuerpo.
Pero entonces, sin planearlo, ese mismo invierno mi amigo Anselmo me invita al centro una noche a un botellón con sus colegas, y aparece Al. Y con él llegan Kate, Sayid y Jack. Empiezan las conversaciones vía msn acerca de la serie, los posts en su blog hablando de cada capítulo, los comentarios del tipo "es la mejor serie de la historia, Bea".
Y casi, casi, pero no. Todavía no empecé a verla, es más... ya me había perdido una temporada, así que decidí dejarlo pasar porque si me ponía entonces no me iba a enterar de nada.
Hace unos meses (seis, para ser más exactos) yo necesitaba distraerme. Estaba pasando por una de esas etapas chungas que pasamos todos a veces en las que parece que no puedes sacar la cabeza del hoyo, que todo te resulta negativo y que lo único que quieres es morirte en casa, escondida entre mantas y gatos.
Y ahí fue cuando Al llegó montado en su corcel blanco y me prestó sus dvds de LOST. Todas las temporadas, de la uno a la cinco, en versión original subtitulada. Fue el principio de mi cambio.
Recuerdo como si fuese ayer la tarde en la que empecé a verla. Llovía a cántaros, y Barcelona estaba vestida de tristeza y gris. Como yo.
Tardé media hora en enamorarme de Jack. Diez minutos más en adorar a Kate, y fue al final del primer capítulo cuando le prometí fidelidad eterna a Locke.
Y ya nada fue igual desde entonces.
Como en la serie, mi vida dio un giro radical en seis meses. Mi avión se ha estrellado también varias veces en mi isla de desesperación particular, pero siempre me las he apañado para encontrar a Penny y su barco. Y cuando creía que lo tenía todo controlado, un giro del destino y zas, de nuevo perdida en mitad del desierto.
Pero estoy mejor, y cuando acabé de ver la finale de la quinta temporada tuve la sensación de que todo saldrá bien.
LOST ya es parte de mí misma. Ha formado parte de una etapa importante de mi vida, y puedo afirmar sin temor a equivocarme que será la mejor serie que vea jamás.
Tan sólo hay algo que me duele horrores, y es que llegué tarde.
Me pregunto cómo habría sido mi vida si aquella noche de 2004 me hubiese quedado en casa de mi ex, viendo la tele.
Si después de cada capítulo de la serie (y de mi vida) hubiese ido rauda y veloz al msn a comentarlo con Al, con Jon, con Anselmo... y teorizar acerca de qué demonios es el humo negro, dónde se ha metido Claire o por qué carajo Ben es tan hijoputa. Si hubiese ido a Madrid la tarde en que Hurley vino a España a promocionar la nueva temporada y me hubiese disfrazado de Kate para hacer el canelo y salir en las entrevistas con Alberto.
Me pregunto si me dolería tanto como ahora el que nos quede sólo una temporada. Porque a pesar de lo que podáis pensar, el hecho de haberme enganchado tan tarde me hace sentir que he perdido el tiempo. Ahora que por fin te encuentro... te vas.
Pero en fin, así son las cosas.
¿Sabéis ya dónde estaréis la noche que empiece la sexta temporada, en Enero de 2010? Yo sí: sentada delante de la tele, con palomitas, biofrutas, pizza barbacoa y, a ser posible, con Alberto y Anselmo. En Madrid, Málaga, Londres, Rumanía o donde sea.
Porque llegar tarde es una mierda, y no me volverá a pasar.
Pero qué maja eres, coño. Y no te preocupes, que si algo nos ha enseñado Lost es que el tiempo es siempre relativo ;)
ResponderEliminarHabrá que verla... que yo no he visto ni los diez primeros minutos :S
ResponderEliminarUn besete, guapa :D
Si tu vas tarde... yo aun no he llegado. Es posible que llegue... aun no lo se. Y es cierto, a mi me importa una mierda que todo el mundo llegue tarde... cuando soy yo el que se retrasa.. lo llevo fatal
ResponderEliminarBesoooooooos
No te quepa duda de que en la misma situación estaré yo.
ResponderEliminarRespecto de lo de llegar tarde... te doy la razón. Llegar tarde es una mierda. Sobre todo en determinadas situaciones.
ResponderEliminarRespecto a lo que dices de Lost... ya veremos... jejeje.
Un besazo.
Albret: Tú sí que eres majo ^_^ Y si, me toca esperar. Ya sólo quedan dos meses, dos meseeeeeees...
ResponderEliminarSil, te recomiendo que la veas. En realidad se lo recomiendo a todo el mundo, porque aunque puede que a priori sea un tipo de serie que no te gusta mucho, estoy segura de que acabará enganchándote. Es tremenda.
Eingel: Si algún día quedo contigo y te retrasas, dejo de hablarte, lo sepas :P
Inner: ¡Qué bonito! Dos bloggeras unidas por una serie :P Esa noche me acordaré de ti ^^
Oscar: Anda, deja ya de decir chorreces y ponte a ver LOST, que te quedan dos meses para ponerte al día ;) Muaks!
A mi también me encanta Perdidos aunque me tiene un poco hasta las narices el tener que esperar para ver ccómo coño termina. De hecho tengo la 5ª temporada en el disco duro hace un huevo y no me lanzo a verla porque sé que al final me dejarán otra vez colgado (¡¡¡No me cuentes nada!!! jeje).
ResponderEliminarAhora me he visto la 1ª temporada de Heroes y la verdad es que está muy bien. Es del mismo estilo. Pero desde que me enganché a Perdidos paso de ver series que no acaben en cada capítulo, chica, que es un estres terrible.
JAJAJJA Fran, tranquilo que no te diré nada de la temporada 5ª, pero tienes que verla ya o te pillará el toro con la 6ª ;)
ResponderEliminarY bueno, supongo que ese es uno de los encantos de LOST, la intriga de quedarte ahí con la boca abierta al final de cada capítulo y tener que esperar al siguiente...
¡Caray!... pues si que te gustó Lost
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