23 enero 2009

Veinte años no es nada

Ayer estaba yo tan deprimida y traumatizada por el comentario de la portera (aún me dan escalofríos) que decidí autoanimarme yendo a comprarme un libro. Ya véis.... hay gente que se compra zapatos, helado o chocolate para paliar depresiones. Yo me meto en la librería.

Le pregunté a Esther, mi amiga bibliotecaria, qué novedades había que me pudiesen gustar... y encontré el nuevo de la Neville, El Fuego.

Es curioso cuando te pones a observar el tipo de personas que dedican su tiempo libre a pasearse por las librerías; todos (o casi todos, ya que algunos van por compromiso y regalos pendientes) tenemos ese brillo en la mirada cuando acariciamos los lomos de cualquier tomo, la misma sonrisa tonta cuando damos con el nuestro. Cuando por fin hallamos el libro que nos esperaba, y lo compramos casi a escondidas y lo metemos nosotros mismos con mucho cuidado en la bolsa de plástico que nos ofrece la cajera.



Recuerdo que cuando yo era una niña mi madre me llevaba al quiosco cada lunes, muy temprano. Yo todavía caminaba medio dormida, colgándome de su mano y dando tumbos por las calles aún desiertas de Málaga, preguntándome por qué habíamos cambiado hoy el camino hacia el cole...
Hasta que llegábamos y una montaña de chucherías se levantaba ante mí. Caramelos, gominolas, gusanitos, regaliz. El olor era insoportable, irresistible para una criaja golosa como yo.
Y cuando mis sentidos estaban ya extasiados ante tal maravilla, mamá se acercaba a mi oído y me decía: "elige, Pilu. O las chuches o el libro de Disney."

Entonces mi mente traviesa recordaba. Cada lunes salía un nuevo tomito de los libros de Disney, aquellos de tapas duras y oscuras que yo iba colocando con infinita delicadeza en las estanterías de mi habitación.
Y así le daba una última mirada a las chuches, igual que Aladino tuvo que mirar las maravillas de la cueva antes de ir a por la lámpara.
-El libro, mamá.

Y volvíamos de nuevo de la mano camino del colegio, ella llevando mi mochila y yo abrazada a mi libro nuevo. La magia de aquel momento me hacía sonreir y cantar sin parar, consciente de que en pocos minutos yo entraría a formar parte de un cuento y viviría el despertar de la Bella Durmiente o la boda de la Cenicienta.





Anoche, veinte años después, me sentía igual de feliz mientras sujetaba con fuerza el libro contra mi pecho en el autobús, de vuelta a casa...

Y un poco después ya estaba yo buscando las piezas del ajedrez maldito por el Mundo.

14 comentarios:

  1. En realidad apretabas el libro contra tu pecho no porque le tuvieses cariño sino para que tu portera no te viese la barriga de nuevo. Es lo que tienen los subconscientes.

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  2. A mi portera hoy le he echado mal de ojo cuando he llegao... esa no me dice nada acerca de mi esbelta figura nunca más! (No tengo barriga, jo...que es el abrigo, que tiene el corte por debajo del pecho UU)

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  3. ¿Eso de "UU" qué significa? ¿Pecho?

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  4. yo sentía lo mismo... pero yendo a librerias de libro viejo. Rebuscar entre montañas de libros polvorientos hasta encontrar ese ejemplar que sabes que será el tuyo...

    (ya casi no quedan librerias asi... en Barcelona seguro que quedan algunas, busca y prueba)

    Besooooooos

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  5. Volveré por aquí, me encanta tu manera de escribir, me he reído un montón, nos leemos...

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  6. Albret, lo de UU son ojos estilo manga...y salvo error por mi parte, implican decepción/trsiteza/te han pegado un corte.

    A cuidarse!

    P.D. Como me entere de quién es el niño... xDDDD

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  7. Seguro que aún conservas aquellos libros y que los tienes desgastados de tanto haberlos leido... a que si? ;)

    Laima Recu Erda

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  8. Que nostalgia, caramba. Hace tanto que no me leo ningún libro que no sea un manual técnico o peor aún, tenga que ver con las dichosas oposiciones...

    Lo que cuentas es revolucionario. Que tu madre te inculcó el gusto por la lectura, en vez de hacer como las demás y aparcarte frente al televisor!! Un monumento para esa madre, pero ya mismo, exijo!!

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  9. Anónimo: sé lo que significa, sólo estaba tratando de vacilarle a La Rizos ;)

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  10. Algo que sucede demasiadas veces :P

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  11. Sólo intentaba ser de ayuda... UU xDD

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  12. pero porqué todo el mundo me está recomendando ese libro?? xD
    tengo demasiada cola de libros, puedo colarlo en la lista, para que estéis todos contentos xD

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  13. Comparto ese amor por los libros y ese vicio por entrar en cada librería y pasear los dedos por el filo de los lomos como si pudieses averiguar qué hay dentro..
    Un beso, mi niña
    Natacha.

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  14. Hola guapa.
    A mi desde muy pequeñita me inculcaron el amor por la lectura. Precisamente mi abuela, de la que hablaré el lunes en el post por hacer 2 años de su muerte.
    Ella tenía miles de libros, y no exagero y todos se los había leido, y lo mejor de todo es que recordaba la trama de todos y cada uno de ellos. Era maraviloso.
    Yo, ahora, con el problema de mi vista, leo bastante poco, y o porque no pueda, pero si que me canso demasiado y claro, me agobio yo misma.
    Pero tengo varios libros pendientes que no me gustaría dejarlos mucho tiempo mas.
    En fin... ME alegra que compartamos amor por los libros, jiji.

    Y Al, si tu dices que UU son tetas, lo son y punto. jijiji. POr que no?
    Un poc caidas, pero por que no? :D

    Besos a los dos.

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