15 junio 2007

Ayer y hoy.

Me encanta mirar atrás y recordar con una sonrisa los momentos que ya son historia, que se quedaron plasmados en algún lugar de mi memoria y que de vez en cuando siguen latiendo en mi mente nostálgica. Esto de ponerme a recordar es un arma de doble filo, puesto que a menudo todas esas vivencias bonitas y alegres que conservo van unidas a otras menos alegres... y casi todas las veces que echo la vista al pasado acabo rememorando episodios de un ayer que no debería aparecerse en mi hoy.

Pero ahí sigo, en plan masoquista, poniéndome tonta con los acordes de una canción que dibuja en el aire playas y brisas dulces de veranos pasados. Oliendo otra vez el aroma de las risas de mi adolescencia, escuchando los susurros de las primeras victorias y de aquellas primeras y fulminantes derrotas.

Y a veces (sobre todo cuando me pongo a contemplar el mar desde mi terraza, al atardecer) me parece que sigo siendo la misma chiquilla de ayer, aquella Bea de sonrisa tímida y ojos brillantes que se escondía tras bromas y pantalones anchos para no ser vulnerable. Es entonces cuando vuelvo a acordarme de ti, que me rompiste el alma cuando yo tenía solo diecisiete años. O de ti, que me la rompiste con 25. O de ti, que me acompañaste durante casi dos años maravillosos y que tuviste que desaparecer de mi vida por culpa de mi torpeza y estupidez. Es sólo una alucionación momentánea; en pocos minutos vuelvo a ser la Bea de hoy que tiene miedo sólo de llegar a fin de mes con números positivos en la cuenta corriente. La Rizos que se come con patatas el mundo cada día.

Pero hay mucha gente que aún sigue siendo importante para mí por una razón o por otra, y que a pesar de ser tan sólo pedacitos de mi pasado siguen estando ahí adentro, como imperdibles que voy colocando en lo más hondo de mi ser para recordar siempre lo que fui... que es, en definitiva, lo que me convirtió en lo que soy ahora.



Hoy he cambiado la tarifa de mi teléfono móvil por culpa (o gracias a) de alguien especial que forma parte de mi hoy. Nuevo número-ahorro, tarifa especial "mi gente": llamarle por fin me costará sólo 5 céntimos el minuto. La operadora, amable, me ha recordado que el cambio de tarifa no afecta a "mi número favorito", número que me ha repetido con su voz enlatada para preguntarme a continuación si deseo seguir conservándolo.

Y ahí lo he dejado, inamovible, a pesar de que sé que nunca jamás lo volveré a marcar.

7 comentarios:

  1. Una cosa no tiene mucho que ver con la otra. Yo sigo llevando puesto el anillo que me regalón mi 1ªex hace más de 6 años..
    Hace más de 5 años que su significado cambió completamente, motivo por el que decidí no quitármelo.

    Los recuerdos no son malos: se aprende a través de la experiencia.

    La nostalgia es una droga: en altas dosis puede ser mortal. Toma precauciones para no convertirte en una yonki, o para desengancharte si crees que ya lo eres.

    El presente... cambia. Las cosas nunca son ni serán como las recordabas antaño, porque estamos en un proceso constante de cambio.
    No te deprimas por los cambios.. levanta la vista, y échale un vistazo a todo lo bueno que tienes ahora ;)

    ResponderEliminar
  2. Vaya veo q ya estas d vuelta :D

    Bueno ya era hora de volverte a ver escribir... pero yo recuerdo a la Bea fría q siempre me decía q hay q seguir adelante... pero poco a poco veo q esa Bea dura e incombustible recuerda mucho sus pasados, da vueltas a las cosas como todos los humanos ;)

    Bienvenida!!

    Lo de la tarifa es por mi verdad? :P

    ResponderEliminar
  3. Es una suerte tener recuerdos, cuantos más mejor, aunque algunos sean tristes, porque eso le demuestra a uno que ha vivido (al menos lo que lleva de vida) intensamente.

    Es curioso cómo la memoria se encarga a la larga por sí sola, como forma de defensa, de conservar los buenos recuerdos y los malos limarlos un poco, o "dulcificarlos" en cierto modo.

    Sin embargo, es curioso también cómo, en muchos casos, si nos dieran la oportunidad de volver al pasado y cambiar nuestros actos... en el fondo no cambiaríamos nada, y volveríamos a cometer (al menos yo) los mismos "errores" que en los momentos tristes se ven como tales verdad? pero que en su día se cometieron con tantas ganas y tan felizmente.

    J. ;)

    ResponderEliminar
  4. buscando en el baul de los recuerdos, uhuhu, cualquier tiempo pasado nos parece mejor

    Yo también soy masoquista, también me gusta mirar atrás, y descubrir al que era antes de Eingel... y esos recuerdos están unidos a mucha gente...

    A ti también, aunque no te lo merezcas, so boba

    :***************** es broma

    ResponderEliminar
  5. muy bonito
    ojalá aprendiese yo a mirar así al pasado a la cara y reirme tanto
    besos!
    PS: aprenderéee, aprenderéeee

    ResponderEliminar
  6. Ese brillo en los ojooos

    La vida es graaaaaande

    ResponderEliminar
  7. Como Job, yo también debería aprender.... :(

    ResponderEliminar