30 enero 2008

Kamael

Adivina adivinanza: ¿Por qué la Rizos actualiza tan poco últimamente?
Elije tu propia propia respuesta: (Albret Tributes)


A)Porque además del curro en la academia me ha salido otro trabajo de catador de biofrutas por las mañanas, con lo que no tengo nada de tiempo libre.


B)Porque no me gusta mi ordenador nuevo, casi no lo uso y me niego a teclear con él.


C)Porque la otra noche se me apareció Heath Ledger en sueños y me dijo que no actualizase mi blog, porque podría acabar como él.


D)Porque Ju me ha mandado el Lineage y he vuelto a enviciarme, con lo que paso jugando casi cada segundo de mi tiempo libre.



Como sé que os lo he puesto difícil, os dejo una pista:


06 enero 2008

Yo lo que quiero es que todas me...

Anoche, por fin, Cris se decidió a sacarme de marcha por Barcelona. Y digo por fin porque llevo aquí ya dos meses y hasta ahora todavía ni había salido de casa a partir de las once de la noche (el cíber no cuenta).

Así que les pedí que me llevasen a un sitio chulo, grande y con música chachi pa bailar (pachangueo, vaya) y me llevaron al Bora Bora, una discoteca de Sabadell.

El local es enorme, y eso que me habían dicho que no era gran cosa... (se nota que no han visto los garitos malagueños xD) Está decorado en plan Polinesia, con sus paredes repletas de palmeras, las barras decoradas con tronquitos y flores tropicales y l@s gogós en traje de baño, jijijij...
Me recordó bastante a la Kiu en sus buenos tiempos (si eres malagueño, lector, recordarás esos años en los que Benalmádena no estaba llena de kinkis de dieciseis años), así que en seguida me puse cómoda en lo más alto de las escaleras, desde donde se podía divisar toda la sala y bailar sin agobios.

Pues bien, si la gente que llenaba el local era más o menos decente, el dj es lo más gilipuertas que me he echao en cara XD Se pasó la noche diciendo por el micro "jo, tío, mueve tu puto culo que es noche de Reyes, wen rollito, uh, uh" o berreando "súbelo, súbelooooooo....temazoooooo"... En fin, no se puede pedir todo.
Eso sí... a eso de las tres de la madrugada me dejó k.o. poniéndome un tema que me resultó bastante familiar... Estaba yo haciendo el tonto con las cañitas de los vasos (fabricándome antenitas, más concretamente) cuando de pronto empezó a sonar por los altavoces una base rítmica peculiar que me hizo levantar la vista y, a pesar de todo, sonreir. Miré a mis amigas, alcé la copa y siguiendo el ritmo de Put Your Hands up for Detroit brindé por él, esté donde esté. Qué demonios, si son dos días.

En fin, que fue una noche agradable y divertida, al final. Y que a pesar de mi cansancio (prometo ir con más horas de sueño a mis espaldas la próxima vez) y de aquella extraña canción que me dejó un regustillo raro en la boca (decía algo así como "relajen su culo y bajen, suave, yo lo que quiero es que todas me coman la"... chundachunda) creo que me gustará volver, y me huelo que el Bora será una pieza más del nuevo puzzle de mi vida.

04 enero 2008

Charlie y la academia de idiomas

Pues bien, tenía yo la intención de actualizar este blog con un simpático post acerca de mis Navidades pasadas, presentes y futuras, cuando unas extrañas circunstancias rodearon mi mundo cotidiano y me han hecho venir rauda y veloz a relataros que... mi lugar de trabajo está encantado.

Como lo leéis. Entes paranormales. Fantasmas. O quizá solo uno, pero fantasma al fin y al cabo.
Los que tenéis la desgracia de conocerme sabréis que soy una chica cagueta y quejica, con menos valor que un criajo de 5 años y que si me quedo a oscuras en cualquier habitación desconocida pasadas las diez de la noche soy capaz de hacerme un ovillo en el suelo y lloriquear durante horas... Pero también debo confesaros que hasta hoy siempre fui consciente de que mis miedos eran completamente irracionales y sin sentido, y vivía tranquila con esa idea.
Ahora tengo que admitir que quizá mis miedos tengan un poco más de razon real...

Mi academia fue fundada en un enorme edificio del casco antiguo de Barcelona, una de esas casonas señoriales repletas de pisos gigantes con techos muy altos y puertas que gimen al anochecer. Si ya de por sí eso ya me da yuyu, tengo que añadir que en uno de los cuartos de baño el secador de manos funciona solo, (incluso desenchufado, lo que me inquieta un pelín más) y que ayer por la tarde, cuando mi compi y yo revisábamos la limpieza de las aulas, la puerta de la clase número 3 ofreció una inusual resistencia a abrirse incluso sin tener pestillo ni nada que la estuviese atrancando por dentro (estuvimos empujando un buen rato y no se abría)... y que al cabo de unos minutos se abrió con suma facilidad, ella sola. Como escarpias, tú.

En fin, que para seguir la línea habitual en mí y mi pavez, hemos bautizado al peculiar visitante como Charlie (en inglés, que es una academia de idiomas y seguro que es el espíritu de algún guiri que quiere seguir aprendiendo español). Poco a poco me iré habituando a sus manifestaciones cariñosas y a escuchar el secamanos cuando no haya nadie dentro del baño, pero de momento seguiré sintiendo escalofríos y viendo erizarse mis rizos cuando Charlie se ponga travieso.

21 diciembre 2007

Vuelve a casa vueeeelveee

...por Navidad ^_^
Así que andaré ausente hasta que pase año nuevo y demás comercialidades, pero prometo volver con más miserias y noticias laborales.
Sed buenos, llenaos los mofletes de turrón como los hamsters y pasad un buen fin de año...
¡Besotes y felices fiestas!

11 diciembre 2007

Españoles: TENGO CURRO

Pues sí, mis queridos lectores... Tras un mes de búsqueda (no demasiado ardua pero eficaz, todo sea dicho) hoy me han llamado de la academia de idiomas para comunicarme que cuentan conmigo a partir del lunes.
Soy feliz... ya no tengo que mendigar en el metro ^_^
En fin, me voy a celebrarlo al ciber. Que un día es un día.

10 diciembre 2007

Primer mes en Barcelona: sucedió el Apocalipsis

Cada día que paso en Barcelona ( y ya va un mes) me convenzo más de que he llegado a otro mundo, que los hilos que cosen la realidad en este lugar están hechos de otro material diferente al de mi tierra. Y no hay día que transcurra que no me sorprenda por algo, que no abra desmesuradamente los ojos ante lo inusitado.

Ayer por la tarde mis colegas del cíber desde donde tecleo me propusieron ir al cine. Me pareció una gran idea, ya que además la peli propuesta (La brújula dorada) se me aparecía como una gran elección, así que tras perdernos Jordi (alias Horus) y yo buscando el maldito Superpuente y acabar cruzando el Minipuente, (además de observar por el rabillo del ojo a unas extrañas mujeres disfrazadas de veteasaberqué deambulando por las calles de San Andreu) llegamos a la Maquinista sanos y salvos.

La película estuvo bastante chula, aunque algunos que no mencionaré se descojonaron al verme saltar en mi asiento por culpa del horrendo y desagradable mono... pero sin duda lo mejor del flín, como diría Albret, fue el anuncio de Freixenet del principio.

En fin, que tras pasar una tarde agradable y echar unas risas, Jordi y yo retomamos el camino de vuelta al metro algo preocupados. ¿Encontraríamos el Superpuente esta vez, o bien tendríamos que regresar a casa por el Minipuente Maldito, agravándose la situación además por la oscuridad del ocaso?

Por supuesto sucedió lo segundo. El Superpuente no aparecía por ninguna parte y todos los caminos que tomábamos nos acercaban más y más al Minipuente... y por él, apesadumbrados y con algo de miedo, sobrevolamos las desiertas vías del tren y nos encaminamos al metro.

Tras torcer la primera esquina supimos que algo iba mal. Un centenar (qué centenar... miles, milllones) de camiones de basura recorrían las calles sin detenerse casi como una procesión... "Qué pueblo más raro", pensé yo, continuando mi camino tras los pasos veloces de mi compañero.

Cien metros más allá de pronto las farolas dejaron de funcionar todas a la vez, inundando la calle de sombras y reflejos de luna. Los camiones de basura parecían ahora camiones fantasma, como esos que salen en las pelis conducidos por calavéricos rostros malditos...

-Joder, ¿qué coño está pasando aquí?- exclamó Jordi- No veo una mierda...

Yo estaba casi convencida, gracias a mi magnífica orientación, de dónde estaba la parada de metro, así que guié a mi colega hasta la calle principal.
Y entonces los vimos. Filas y filas de personas quietas, en completo silencio, de pie sobre las aceras formando hileras extrañas y mirando al cielo.
"Ya está",- pensé yo- "nos hemos metido en medio de una celebración sectaria..."

Fue en ese mismo instante cuando de unos altavoces colocados en los árboles comenzaron a sonar los primeros acordes de música clásica, uno de esos temas tristes y tenebrosos que se suelen elegir para los sacrificios humanos rituales de las películas.

Jordi y yo caminábamos dando tumbos por mitad de la carretera, ya que no veíamos un pimiento y además no nos apetecía nada mezclarnos con las masas poseídas por el demonio que inundaban las aceras, así que cuando sonó el primer PUUUUUUUUM justo sobre nuestras cabezas casi se nos sale el corazón del pecho.

Fuegos artificiales. Los vecinos de San Andreu estaban tirando petardos y fuegos artificiales quizá para finalizar las fiestas del pueblo, y Jordi y yo nos habíamos metido en el centro del huracán, sin saberlo.

Corrimos como pudimos tapándonos los oídos hasta el metro, donde nos derrumbamos sobre el banco aún descojonándonos y maldiciendo a la vez.

Qué mala es la ignorancia y el catetismo, pensé yo minutos más tarde, cuando me alejaba en el vagón que me llevaría al caos que se estaba sucediendo en mi piso compartido.

Pero esa es otra historia y será contada en otra ocasión.