19 enero 2018

Menos hostil.

Es difícil. Sé que vivimos en una época complicada económicamente para (casi) todos, en la que cada día nos bombardean con malas noticias y en la que la gente mala deambula impune por doquier.
El otro día lo hablaba con un amigo que se dedica a ayudar a las personas (simplificando mucho su trabajo, claro :P) y me dijo que la mayoría de los que van a su consulta tan sólo necesitan a alguien que les escuche. Que la gente en general se siente sola, perdida, asustada. Que no menosprecie el poder de un abrazo.

Y se me ha ocurrido que, en este 2018 en el que me he propuesto echar un cable en la medida de mis posibilidades a todo aquel que me necesite, podría usar este blog al que tengo medio abandonado para algo más que hablar de mí.

Por eso os dejo los comentarios de este post abiertos para escribirme contando lo que queráis. Si tenéis un problema y necesitáis consejo, si estáis pasando por un momento difícil y os gustaría que alguien os escuchase y apoyase, si tenéis miedo por lo que sea y no sabéis a quién recurrir. Si buscáis algo que no podéis encontrar. Si no sabéis cómo solucionar un problema. Si os sentís solos.
Yo no soy psiquiatra, psicóloga, doctora ni trabajadora social, pero puedo escuchar o dar mi opinión. Y seguro que algunos de mis lectores sí lo son, y también os pueden ayudar. No sé... si tenéis miedo de dejar vuestros datos, podéis comentarme en anónimo.  Además recordad que tengo la moderación de comentarios, así que nadie podrá publicar ningún texto ofensivo o agresivo o poco respetuoso.

Yo no os prometo la solución a vuestros problemas, (yo misma soy un verdadero desastre) pero al menos sí me comprometo a no dejaros pasar por lo que sea solos. No estáis solos. Yo, Beatriz Zubeldia, soy una mujer de 36 años que os lee con atención. Que jamás se os olvide que aunque parezca frío hablarle a una pantalla, los que os leen al otro lado son personas que alguna vez se han podido sentir de forma parecida a la vuestra.


Y a los que me leéis desde siempre, os pido respeto y cariño infinito. Que sé que no es necesario porque mis lectores son lo más, pero lo digo por si acaso. Empatía. Somos muchos, señores. Entre todos podemos hacer algo grande.
Convirtamos la blogsfera en un lugar un poquito menos hostil a base de abrazos virtuales, aunque sea temporalmente.

Un besazo.

15 comentarios:

  1. Hola. No sé si servirá de algo mi comentario. Pero bueno, por si ayuda a alguien, aquí lo dejo. Son las cosas que me ayudan o me han ayudado a mí.
    La persona más importante en tu vida eres tú. Ni tus hijos, ni tus padres, ni tus hermanos, ni tu pareja. Si no te tienes tú, no tienes nada.
    Cuídate. Cuida tu cuerpo con una buena alimentación y con ejercicio. No hace falta ir al gimnasio, ni salir a correr, ni ponerse metas olímpicas que no sean realistas. Basta con salir a caminar media hora por la mañana y media hora por la tarde. Eso, como mínimo. Cuida tu mente. Aliméntala de conocimiento y ocio. Ejercítala. Mientras el Alzheimer y compañía no tengan cura, es lo único que se puede hacer. Lee, escucha y mira.
    Dile a las personas que quieres que las quieres. Nadie está obligado a corresponderte. A quien no lo haga, deséale lo mejor, ábrele la puerta y déjale ir. A quien sí lo haga, cuídale, trátale bien, sé agradecido. Que deje de importarte lo que hagan los demás, en tu conciencia quedará sólo lo que hagas tú.
    A veces necesitarás un abrazo. Como todo en esta vida, las cosas saben mejor compartidas, pero puede que no sea posible. Abrázate a ti mismo. También es reconfortante. Si duermes solo, abrázate al acomodarte en la cama. Dormirás mejor. Quererse a uno mismo no sólo se trata de algo interno, también consiste en sonreírnos cuando nos miramos al espejo, por ejemplo. Quiérete, en todos los sentidos.
    Busca la belleza. Está en todas partes, aun cuando nos encontremos en un momento difícil. Ve al campo, a la playa, a los museos, a pasear por la ciudad. Ve a ver el amanecer. O el atardecer. Seguro que conoces un sitio mágico desde donde verlo.
    Sé consciente. Conócete. Descúbrete. Reconócete. Acéptate. Abrázate. Quiérete.
    Y conoce, descubre, reconoce, acepta, abraza y quiere el mundo y la vida como vengan. A veces es jodidísimo. Pero no queda otra: antes de dar otro bocado, hay que tragar el anterior.
    Gracias, Beíta.

    ResponderEliminar
  2. Siempre recuerdo este dialogo de Cocodrilo Dundee

    SUE CHARLTON: “No es que este majara. La gente va a al psiquiatra a hablar de sus problemas. Necesita desahogarse, ya sabes ponerlo sobre el tapete.”
    MICK DUNDEE: “¿No tiene amigos?”
    SUE CHARLTON: “Tienes razón. Deberíamos tener más amigos. Supongo que no habrá psiquiatras en Walkabout Creel.”
    MICK DUNDEE: “No, allí el que tiene un problema se lo cuenta a Wally, él se lo cuenta a todo el pueblo, lo pone sobre el tapete y se acabó el problema.”

    Y este del Hobbit

    - Adiós señor Ladrón. Regresa a tus libros. Y a tu sillón. Planta tus árboles. Míralos crecer. Si más gente valorara el hogar más que el oro este mundo sería un lugar más feliz.

    ResponderEliminar
  3. Qué bonito, Rizos, que bonita iniciativa. Y que bonitos comentarios. Gracias 😊

    ResponderEliminar
  4. Mi padre murió el día 3 de enero. Afortunamente, no sufrió pero estamos destrozadas.
    Yo estoy muy enferma. Además de un virus malcurado, tengo que tomar medicación fortísima para la endometriosis. Se me está cayendo el pelo a mechones y me faltan dientes.
    No puedo trabajar, ni pensar nada positivo.
    Tampoco es que quiera morirme por el coste que supondría para la poca gente que me tiene en cuenta, pero es muy tentador...
    Gracias por leer. Te deseo lo mejor, Beatriz.

    Amanda

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amanda, siento mucho la pérdida de tu padre. El mío falleció hace ya varios años, de un infarto, sin previo aviso, y la verdad es que te quedas sin norte. A veces la vida se hace muy cuesta arriba, pero estoy segura de que también tienes cosas buenas en tu vida, aunque sean pequeños detalles. Un café o té calentito, la lectura de tu libro favorito, tu película favorita... A veces es mejor centrarse en las cosas pequeñitas que nos dan algo de alegría.

      Siento también que se te caiga el pelo por la medicación de la endometriosis. Me apena mucho leer que el único motivo que encuentras para no morir sea el coste que supondría para los tuyos, y este pensamiento me preocupa, también. La vida a veces es muy dura, se hace muy cuesta arriba... y a veces hay que pedir ayuda. Te recomiendo que acudas a un especialista que te pueda ayudar, que no lo dejes pasar.

      Un abrazo.

      Eliminar
    2. Amanda, siento mucho lo de tu padre y si te tuviera delante te daría un abrazo.
      Y me apena mucho que pienses que la única consecuencia de tu muerte sería el coste económico. Estoy segura de que no es cierto, y tu padre querría verte feliz pero, sobre todo, viva. Tiene mucha razón el anónimo de arriba: busca ayuda profesional. No te rindas.
      Muchísimo ánimo con tu enfermedad y te dejo un poquito de música, que a mí es lo que siempre consigue hacerme sentir mejor. What's up

      Eliminar
  5. Buena iniciativa. (Y comentarios.)

    ResponderEliminar
  6. Bea, eres increíble.
    ¿Mi recomendación? Mira, si te sientes solo díselo a alguien. Entiendo que a veces puede parecer que no tenemos a nadie pero en el fondo sabemos que no es cierto (salvo excepciones extremas).
    Puede pasar que, en un momento de vulnerabilidad, no te sientas cómodo exponiéndote a alguien de tu entorno. Pues bien, busca ayuda profesional. Los psicólogos y psiquiatras no hacen milagros, pero casi. Bueno, sí hacen.
    Si crees que no es posible ir a un psicólogo o psiquiatra porque no tienes recursos económicos, tienes la opción de El teléfono de la esperanza. Además de que te escuchan en un momento de necesidad máxima, tienen programas de atención psicosociales para personas sin recursos. Espero que te pueda servir de ayuda http://telefonodelaesperanza.org/que-hacemos

    Ah, bueno, espera, también puedes escribir un blog. No sabes la de cosas maravillosas que va a traer a tu vida.

    Gracias, Beíta.

    ResponderEliminar
  7. He estado a punto de perder mi trabajo, después de 10 años porque trabajo en una ONG y les han quitado la subvención con la que me pagan. Ayer mis jefes me comunicaron que me van a mantener, por antigüedad y resultados, cambiándome a otro puesto. A la chica que lo ocupa le van a ofrecer desplazarla a 100km (tiene su vida aquí) o el despido. Me siento culpable y miserable por ella, sé que no es mi culpa y que la empresa ha decidido, pero me siento fatal. Aún no se lo han dicho, supongo que el lunes. :(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Piensa que si no hubieses sido bueno/a en tu trabajo, te habrían despedido a ti. Es muy buena noticia que te valoren y aprecien tu trabajo, te lo aseguro.
      Lo siento por la chica, aunque 100km tampoco es tan lejos.
      Efectivamente no es tu culpa, shit happens y desgraciadamente el mundo laboral actual da asquete.
      No sé si estoy en situación de aconsejarte nada, pero te digo lo que yo haría: el lunes hablaría con ella y le diría la verdad. Que me siento fatal.
      Te mando un besazo y te doy las gracias por escribir.

      Eliminar
    2. Es normal que te afecte, porque tienes sensibilidad, empatía y su destino está ligado en cierta forma con el tuyo. Eso está muy bien, y es deseable.
      Pero el gran error es sentirte culpable por algo en lo que tú no tienes capacidad de decisión. No eres tú quien pone a tu compañera en un dilema, y por lo que he entendido, tampoco has ido a tu jefe a llorarle para que te mantenga como sea. Esa decisión no está en tus manos, y aunque te afecte y te genere sentimientos, la culpabilidad no puede ser uno de ellos.
      Y tu compañera... en los últimos años he visto, por desgracia, varias personas a las que les ha tocado tomar una decisión. Y ha habido de todo, desde gente que no lo acepta, hasta quien va y viene a diario en tren, con la paliza que eso supone, pasando por quien vive entre semana en un sitio y el fin de semana en otro. Así que aunque sea un fastidio, no tiene por qué ser el fin del mundo

      Eliminar
  8. Gracias a ti por abrir esta ventana Bea, es una bonita forma de ayudar :)

    ResponderEliminar
  9. Una entrada muy bonita y muy acogedora. El apoyo social es una medicina muy efectiva cuando estamos preocupados o tristes, así que está muy bien que podamos hacer un pequeño grupo de amigos aquí y nos acompañemos un poco entre todos.

    ResponderEliminar
  10. Igual resulta un tanto tonto todo esto, pero últimamente me está deprimiendo, y cada vez más, el que seamos cada vez más radicales. Parece que estamos en la carrera de ser el más X (rellene con su ideología favorita)

    No sé si es tema de las redes sociales, pero parece que, o bien hemos perdido los filtros, soltando nuestras "tabarras" particulares cada vez más insistentemente, o bien es que nos lo creemos de verdad y nos vamos enrocando. Yo me he negado durante mucho tiempo a bloquear o silenciar a amigos/as, porque creo que además es bueno escuchar muchos puntos de vista.

    Pero es que me angustia la barrila constante, la trinchera 24x7 y el activismo desbocado. Y no uso angustia a la ligera, he tenido días de costarme dormir por el mal rollo generalizado, las falsedades evidentes o los sesgos a mala idea. O cuando tienes a dos personas que aprecias discutiendo por tonterías.

    Igual es porque también mi vida es bastante solitaria de diario (aparte de los rollos de curro y demás), y el tema online ha ido cobrado importancia para "sentirme cerca" de los demás. Y, claro, es tener a "tu pandi" todo el día peleados entre ellos...

    En fin, mi desahogo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón. Yo también veo en las redes mucha hostilidad, mucha gente a la defensiva por todo. No nos respetamos, todos tratamos de imponer nuestras ideas como si fuesen las únicas que valen. Y es una pena, pero al menos queda gente que se da cuenta e intenta que reine la paz :)
      Un besazo!

      Eliminar