26 abril 2016

Pero.


Ya llegué. Sabía que tarde o temprano pasaría, y parece que esta vez es el momento: estoy en medio de todo. En el "ni chicha, ni limoná". Ni pa ti ni pa mí.

Tengo 35 años: ya no soy una mujer joven, pero tampoco me siento una señorona muy mayor. En los sims ya habría dejado de ser un "adulto joven". Mi cara empieza a tener arrugas y, mi cabeza, canas. Mi mente sigue teniendo 20 años.


Peso lo justo como para no entrar en los vaqueros del Zara pero no lo suficiente como para mirar en tallas especiales. Las tiendas normales acaban en la 42, las especiales empiezan en la 44. Yo estoy ahí en el límite del bien y del mal con mi culazo y mi pechera que contrastan con mi cinturilla de avispa pava. Parece que no soy lo suficientemente delgada para unos, pero tampoco llego a gordibuena para otros. Me gusta mi cuerpo casi todos los días.

Para algunas personas estoy zumbada; para otras soy divertida. Ni cuerda ni loca, creo yo. He conseguido llegar a ese punto de locura necesario como para tomarme la vida con filosofía y no morir en el intento, pero sin llegar a estar para que me encierren. De momento. 

El pelo lo llevo ni corto ni largo: media melena, que les explico yo a mis guiris en las clases de descripciones físicas. Nunca hasta ahora lo había llevado así, ni por debajo de la barbilla ni por encima de los hombros. Tampoco había estado a caballo entre el castaño y el pelirrojo y ahí estoy ahora, en terreno de nadie.

No soporto los tacones ni caminar siempre con deportivas. Me he vuelto intransigente con las personas cerradas y cerriles. Las faldas las llevo por las rodillas y, el bolso, ni grande ni pequeño: que me quepa todo sin sentirme mula de carga. Sé lo justo de cocina como para no morir de hambre. He viajado lo suficiente como para ser consciente de que necesito viajar más. Cuando como algo dulce me apetece algo salado. He leído los libros justos como para sentirme ignorante, y he conocido demasiadas personas buenas que en algún momento del camino dejaron de serlo. 
Me sé la letra de muchas canciones que ya no hablan de mí; he perdido el gusto musical hasta el punto de escuchar cada día un estilo diferente y enamorarme de un cantante nuevo cada tarde.

Tengo algunas cosas muy claras, pero aún no sé lo que busco en la vida. Sé lo que no quiero, pero no lo que quiero. Camino siempre adelante pero sin tener claro hacia dónde. 
Soy feliz y no. Me siento afortunada casi siempre. 

Adoro escribir en el blog pero a veces detesto que me lean. 

Soy una mujer buena que se ha comportado mal y ha tomado malas decisiones alguna vez. No hay quien me entienda, pero eso me gusta.


No quiero estar sola. Pero.






10 comentarios:

  1. Las personas que se pueden definir con una sola palabra son planas, sin interés. Puedes estar a mitad de todo, pero ese es el único modo de llegar a mitad del corazón.

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  2. :D

    Como siempre dice un hombre al que quiero mucho: "nunca vas a conocer a nadie tan normal como yo". Lo maravilloso que es ser normal y no un raro de la hostia compensa cada día :D

    Eres normal... Y eso es lo que te hace distinguirte de todo lo demás :****

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  3. Soy feliz y no. Me siento afortunada casi siempre.

    Grande, grande es lo único importante en la vida de uno, aun sin estar feliz o estar triste. Sentirse afortunada de lo que haces y te sucede :)

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  4. Eres como todos, una oveja en el camino. Todos somos iguales, todos diferentes, todo a la vez. ¡Mola!

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  5. Vamos, que eres la quintaesencia de la equidistancia. De todas maneras, espero que lo de "la mitad de todo" no sea respecto de la edad y tengamos ovejismo más allá de los 70 tacos :p

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  6. Me gusta esa mujer que no sabe lo que quiere, que tiene ganas y no.

    Es divertido tratar de entenderlas o no.

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  7. Eres una mujer llena de matices, con ideas a veces contradictorias y sobre todo viva. La gente que lo reduce todo a una opción, una palabra, una posición es que está medio lela y que no piensa lo suficiente. La vida es eso, estar confundido y a veces sentirse perdido. O eso creo yo, que estoy como una chota. Y tampoco he sabido nunca lo que he querido, he funcionado por intuición y por las cosas que no quiero.
    Un beso enorme.

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  8. Pero, nada. Eres una persona estupenda. Sin peros.

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  9. Acabas de describir a la vida misma. A todo eso se le llama vivir y evolucionar.
    Pero si te gustas a ti misma "casi todos los días", ya has avanzado mucho.
    Besos.

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