12 julio 2011

Tortura

Lo reconozco: soy una mujer que odia ir de tiendas. Puede sonar contradictorio por culpa de ese típico tópico acerca de las mujeres y sus ansias consumistas, pero asínes. No soporto las multitudes, los espacios cerrados y repletos de estanterías y ropa, las colas para pagar, los probadores minúsculos y agobiantes, probarme mil pantalones sudando como un gorrino para al final no llevarme ninguno... en fin, que si de mí dependiese, yo me vestiría siempre con la misma camiseta y los mimos vaqueros. Tendría 5 iguales de cada uno, y arreando. 

Pero como eso no está muy bien visto socialmente, (sigo sin comprender por qué narices no podremos ponernos vaqueros en las bodas como hacen en Texas, según Picomike) a veces tengo que sucumbir ante mi cruel destino y necesidad e ir de tiendas a comprarme ropa. 

Bien. Pues yo no sé si a vosotros os molestan las mismas cosas que a mí, pero cada vez que me armo de valor y me voy en busca de la prenda perdida me sucede que:

-No encuentro mi talla. Da igual si he adelgazado, si he engordado o si tengo la talla de siempre. No importa cuál sea mi talla actual, que esa siempre será la talla más común y la primera que se termina. Encima le pregunto a una dependienta si les queda mi talla en el almacén, y siempre me sueltan como un papagayo que no, que "esa tallita no nos queda pero mira, pruébate esta otra porque estas tallas vienen grandes/pequeñas y seguro que te queda bien de todos modos". Y me pregunto yo, ¿para qué establecen tallajes si al final cada tienda se lo pasa por el arco del triunfo?

-Yo llevo ya 30 años conociéndome y sé qué prendas me van a quedar bien y cuáles no incluso antes de probármelas, así que para ahorrar tiempo intento hacer un repaso fugaz y eficaz a la tienda, y llevarme a los probadores sólo lo que crea que no me hará parecer un payaso. Pues nada, siempre hay una dependienta que, estando yo peleándome con la maldita cortinilla del minúsculo probador, aparece con dos o tres vestidos más (horribles y completamente distintos al estilo que yo busco) alegando que me quedarán maravillosos y que me los pruebe también. Vamos, que por sus santas narices me los tengo que probar, porque encima si le dices "pero es que me parecen más feos que pegarle a un padre, señorita" te sientes mal. Así que ahí estoy, mirándome al espejo con un vestido rosa lleno de floripondios, teniendo que escuchar a la tipa esta diciendo que te queda superideal... y pensando excusas para no llevártelo sin parecer una zorra. Manda webs.

-Otro momento desagradable se da cuando te preguntan qué estás buscando exactamente, y tú les dices tratando de ser clara: "busco un vestido de fiesta con tirantes anchos, porque tengo mucho pecho y no puedo ponerme un vestido sin sujetador... y para una boda queda feo que se vean los tirantes". No seáis ilusos; aunque al principio ella asienta muy sonriente, NO LO HA ENTENDIDO o, simplemente, no nos estaba escuchando. Porque después de enseñarte sus vestidos de fiesta con tirantes, si no nos gusta ninguno entonces intentará colarnos los de palabra de honor por sus santos ovarios. "Que no, mujer, que éstos están preparados para no llevar sujetador... muchas chicas venían pidiendo lo mismo que tú y al final se lo han llevado al ver lo mucho que recoge el pecho. Verás, pruébatelo". 
Porque esa es la base de la sabiduría comercial: si otra gente lo ha hecho, tú debes hacerlo también. No sé si con otras chicas cuela, pero desde luego a mí me importa una fú si hay más gente que fuese buscando una cosa y al final se llevase el maldito vestido palabra de honor... ¡yo no lo quiero! 
Pero nada, como la dependienta no para de insistir, al final me lo pruebo. Y ahí que me veo, con un vestido que me hace tener la forma de un saco de patatas, con media teta fuera y la otra escurría. 
Me vuelvo hacia la dependienta con cara de triunfo, (jódete, bonita, te dije que me quedaría mal) y va la buena mujer y, sin rendirse, sonríe y me suelta: "ay, espera, que es que estas tallas vienen grandes y habría que meterte un poco de aquí... y cortar de aquí abajo... y como te queda largo, al meterte el bajo podríamos cortar un par de tiras y hacerte dos tirantes y entonces ya te quedaría estupendo, ¿ves?"
Sí, claro, no te jode. Entonces sería un vestido con tirantes completamente distinto. Vamos, lo que yo buscaba.


En fin. Que respeto muy mucho la opinión de las personas que adoran ir a comprarse ropa, pero a mí me seguirá pareciendo una tortura hasta que sea millonaria y tenga un modisto buenorro personal que me haga la pelota y la ropa a medida tal y como yo quiero.  

¿A vosotros no os pasa?

13 comentarios:

  1. A pesar de la tortura que ha supuesto siempre, me encanta ir de tiendas...algo de masoquismo veo yo, pero me encanta comprar...
    Lo de las dependientas...lo mejor que ha llegado a este pais han sido las tiendas de ropa "sirvase ud mismo"...
    NADIE nunca encuentra su talla...las que la necesitan pequeña te dicen "al final de las rebajas solo quedan las grandes"...y vas tu y solo encuentras pequeñas...en fin...

    Bss!!!

    ResponderEliminar
  2. Yo es que voy con la idea muy clara, veo lo que hay, me lo pruebo, y si me queda como espero, pago y me largo

    Cuando estaba mi madre, muchas veces me tocaba acompañarle a comprar, y aunque nos tirabamos toda la mañana, hacía de buen hijo y mostraba toda mi paciencia

    Pero eso no significa que me entusiasme

    Y lo de las dependientas... saben perfectamente de qué tienen que librarse, y precisamente por eso, suele ser distinto a lo que está buscando la gente


    Besooooos

    ResponderEliminar
  3. Argh, odio ir de tiendas, y más para tonterías como las bodas. Pero hace casi tres años, con dos bodas en un mes, me fui a un Outlet y encontré EL vestido: negro, normal... y barato. Este fin de semana lo llevo a mi sexta boda (me da igual que me vean repetir), los 40 € mejor invertidos de mi historia ^_^

    Y mis zapatos de 6 €!!

    ResponderEliminar
  4. Lo reconozco: adoro ir de tiendas. Pero a destiempo: cuando están vacías y las dependientas a provenchan para salir a fumar o a cotillear sobre la encargada.

    Eso sí, me he vuelto una nazi con sus "recomendaciones". paso absolutamente de ellas...

    ResponderEliminar
  5. Admito que me encanta ir de tiendas, pero igualmente te digo que no aguanto las grandes acumulaciones de gente, ni que me presionen con el rollo de que "esto es fantástico, llévatelo". En cuanto a traerme algo a probador sólo me ha pasado una vez en el Corte, con ropa interior de Calvin Klein, la mujer no se cansaba de traerme sujetadores, pero ésa vez lo agradecí, porque me acabó sacando la nueva colección del almacén... Pero si, hay que reconocer que en muchas ocasiones es tedioso ir de compras por mucho que te guste, y más cuando la dependienta te sobrevuela cual ave rapaz...

    ResponderEliminar
  6. Mujer, a mí comprar no me emociona, pero de ahí a calificarlo de tortura...

    Eso sí, por las tiendas "p'alante" te puedes encontrar de todo. Una vez le sujetaba el abrigo a Elma, que estaba probándose algo en un Promod (Sí, soy el idiota que le sujeta el abrigo mientras ella entra con veinticinco cosas al probador...) cuando las dependientas se pusieron a chillar como histéricas y jurar en arameo: Alguna salvaje se había cagado, tal cual, en uno de los probadores, dejando como oloroso recuerdo de su presencia allí un grande y alargado zurullo...

    ResponderEliminar
  7. Girl: ya lo de las rebajas es el horró. Jamás he conseguido encontrar ninguna ganga, no sé comprar cuando está todo amontonado en las estanterías y la gente se vuelve histérica y lo revuelve todo. Ains, yo no sirvo pa esto XD UN besote :)

    Eingel: pues eso, yo también soy así, pero a las mujeres las dependientas nos suelen acosar vilmente xD UN saludo.

    Audrey: Ostras, pues sí que tuviste suerte. Yo en los outlets esos tampoco veo nunca nada... pero por si acaso pues mira, me acabas de dar una idea. A ver si pa la boda que tengo en octubre me veo algo por allí... xDDD UN besote :)

    Adalias: Jajaja... me imagino a la dependienta diciéndote "uy pues te quedaría idea en rojo, con un volantito aquí..." y tu mirando pa otro lao" que sí, que sí..." xDDDD

    Jenn: En el Cortinglé a mí me suelen dejar tranquila, fíjatetú. Creo que tengo pinta niñata perroflauta y que sólo atienden a señoritas bien vestidas, porque ni siquiera me ofrecen colonias ni nada cuando paso por la sección de perfumería... snif, me siento marginada xDDDD (cómo soy, primero me quejo por la atención pero si no la tengo la reclamo, jajajaj)

    Jan Berg: ARG! Dios, qué asco más grande. Hay gente pa to, claramente. Y eso, ¿no te parece una tortura? xDDD

    Besos a todos!

    ResponderEliminar
  8. A mi Dama le pasa lo que a tí, odia ir de tiendas. Pero a mí me encanta :P... nunca se le ha puesto ninguna dependienta impertinente porque de eso ya me encargo yo... de ponerme impertinente, digo :D. Yo soy el que suele ir sugiriendo "pruebate esto, y esto, y esto...", etc así hasta la nausea :)

    Y lo que ya odia, odia, pero odia del todo, es cuando le ofrezco algo con el absoluto convencimiento de que le va genial... y tengo razón :P

    ResponderEliminar
  9. Señora, los tópicos son típicos ya de por sí.

    ResponderEliminar
  10. Soundtrack: Jajaja entonces eres el compañero perfecto para ir de tiendas, siempre que le guste a una tanto como a ti ;)

    Anónimo: Señorita, si no le importa :P

    ResponderEliminar
  11. Jajaja... el comentario de Jam Berg me ha recordado a "Yo y el Imbécil", de Manolito Gafotas... ¡qué assssco, puaj!
    Yo también detesto ir de tiendas excepto unas tres veces al año que me da la neura, pero como la dependienta venga detrás, la mato y la mato. Eso sí que es horrible y odioso. Y si encima viene mi pareja también, ya es el disloque, todos me traen adefesios para que me pruebe, y me pasa lo que a ti, tengo mucho pecho y SÉ lo que me queda bien y lo que no, punto. Elijo yo y dejadme en paz, que estoy ya sudando y me va a dar algo, joder, la próxima vez vengo sola, así consigo que me dejen tranquila brrrr... Lo mejor para las pechugonas es el corte imperio, ¿lo has probado? Queda muy bien casi siempre y realza encantos sin hacernos más gordas. Lo amo.
    Besitos, Rizos... beeeeee... (te balo, como buena congénere)

    ResponderEliminar
  12. A mi no me molesta ir de tiendas de acompañante. No me entusiasma pero tampoco es una tortura ir de tiendas sola, para comprarme algo para mí pero ODIO que me acompañen a comprar ropa. Es como si te llevaras tu propia dependienta.
    No se, no suelo ir porque siempre me pasa que cuando veo algo que me gusta, no me cabe. Ya no sólo por estar rolliza o ser una tía grande, no. Por alta. Amosnomejodas.
    Total, que voy a veces, cuando me da el pálpito de que encontraré camiseta básica de algún color que no haga enseñar el ombligo (bendita moda de las camisetas-vestido, nena) y poco más.
    Y de zapatos, ya, ni te cuento...

    Por tanto el sábado de shopping, nosotras nos vamos a pasear por la city y a merendar en una tienda de cupcakes, que son preciosas. :P

    besetes!

    ResponderEliminar
  13. Pues yo siempre digo que el punto G de la mujer está al final de la palabra ShoppinG xDDD

    ResponderEliminar