24 octubre 2009

Fear of the dark

Soy bastante cagueta. Le tengo miedo a lo desconocido, a caminar sola por la calle a partir de las ocho de la tarde, a los que van haciendo el loco en el coche por la autovía.
Pero lo que más miedo me da, lo que me aterra de verdad... es lo que no puedo ver. Lo que siento, pero no se ve.

Hace algunos años escuché por la radio una historia que me heló la sangre: una mujer contaba que al conducir de madrugada camino de su casa por una carretera comarcal desierta, se topó con un coche volcado y un montón de gente alrededor. Se bajó inmediatamente, dispuesta a ayudar a los accidentados, y se acercó al grupo observando un extraño comportamiento en ellos: nadie se movía. Todo el mundo estaba de espaldas a ella, parados mirando el coche destrozado.
La mujer se acercó entonces a un hombre y le preguntó qué estaba pasando ahí, a lo que el extraño caballero se giró hacia ella con una expresión extraña en el rostro y le dijo, muy serio: aléjate de aquí. Vete inmediatamente; ésto no es para ti.
Ella se asustó y se dio la vuelta para irse, pero a medio camino entre el lugar del accidente y su coche decidió dejarse de tonterías y hacer algo para ayudar. Se giró de nuevo para pasar del tío raro y acercarse al coche volcado, pero allí no había nada ni nadie. Sólo campo y oscuridad.

Aquella historia me puso la piel de gallina, sobre todo porque la escuché conduciendo de camino a casa, de noche. Me pasé todo el trayecto imaginándome fantasmas caminando por la autovía; tenía miedo al torcer cada curva, no fuese a salir nadie raro de detrás de la esquina.
Y no, no salió ningún fantasma... pero fue horrible. Seguramente fruto de mi imaginación, sentía cosas chungas, malas energías en el ambiente... y estaba segura de que había alguien más por allí, aunque yo no pudiese verlo.
Aún hoy me pasa que cuando conduzco de noche a veces noto sensaciones raras y se me pone la piel de gallina. Entonces recuerdo aquella historia radiofónica y ya se me ponen a temblar las manos, como a una quinceañera.

No lo puedo evitar. Mi imaginación es mucho más poderosa que mi vista, y más teniendo en cuenta que veo poco y mal sin gafas.
Pero cuando voy a entrar en una habitación a oscuras y alargo la mano hacia el interruptor para encender la luz, me acuerdo de una historia que me contó mi madre hace tiempo y me entra el canguelo, pensando que hay alguien agazapado en la oscuridad y que me rozará el brazo justo cuando apoye la mano en el interruptor.

Lo que se siente, pero no se ve.
¿Qué es lo que te da más miedo a ti? Cuéntamelo y quizá esta noche a todos nos una el mismo temor...

10 comentarios:

  1. El caso es que llevo pensando un rato y no te puedo decir qué me da miedo, así, en general. Te puedo decir que a última vez que me asusté un poco fue porque estaba sola en casa, de noche, y escuché un ruido muuuuuy raro.

    Pero jo, no soy capaz de compartir un miedo generalizado... :/

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  2. Hola masoca. Acabarás conmigo de visita nocturna al cortijo jurado.

    ;-)

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  3. Mi abuelo, que en paz descanse, solía decir de los cementerios: "Hay que tenerles miedo a los vivos, no a los muertos". Pues eso.

    Yo a veces sí he sentido cosas raras. Por ejemplo, una noche de verano, de ésas en que la brisa es fresquita, me tapé con la sábana hasta la cintura y me puse de lado, como siempre, de cara a la pared (de espaldas al resto de la habitación). En ese momento en que ya no estás despierta pero todavía no has terminado de dormirte, noté que alguien/algo me levantaba la sábana. Di un respingo despertándome y la sábana estaba como la había dejado yo. Pero la sensación fue tan real...

    Creo que estas cosas son más por sugestión. No digo que no crea en los espíritus y tal, diría que ni creo ni dejo de creer, porque yo no he vivido nada sobrenatural (y espero no hacerlo, menudo cague), pero a mi mejor amiga sí le pasó algo la noche que murió su abuela, y yo me creo lo que me contó.

    Pero muchas veces pasa que oímos historias en la radio, o de gente que conoce a otra gente... y nuestra mente nos traiciona. Yo misma veo por la noche "Mejor imposible" y puedo ir al baño por el pasillo a oscuras. De madrugada, si tengo sed, voy a la cocina a oscuras. En cambio, veo "Los otros", y voy encendiendo luces por todas partes. Casi siempre es sugestión, ni más ni menos.

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  4. Bueno... creo que una vez te conté una historia sobre un reloj de péndulo que estaba parado y de repente empezó a andar...

    pero contestando a tu pregunta... no suelo tenerle miedo a las cosas del mas allá... mas bién curiosidad. Tengo miedo a los accidentes, a mi torpeza al volante. A las alturas, aunque con el tiempo he conseguido que el terror absurdo se convierta en una molestia, pero superable... a la soledad también le tengo bastante respeto... no sé, más o menos...

    Besoooooos

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  5. Los vivos mi niña, los vivos.

    Es verdad, yo no soy miedosa de cosas sobrenaturales, pero yendo en el Metro cuando he visto la típica pandilla con ganas de liarla y pinta de ir armada y buscando ´víctimas´, he dado gracias (desgraciadamente) de ser rubia, si no otro gallo me hubiera cantado.
    La intolerancia de esas bestias me aterra, en parte porque me resulta ¨sobrenatural e inexplicable´.

    Me da miedo el jefe abusón que puede desequilibrarte las nuuronas con un mobbing de órdago. En fin, ese tipo de cosas.

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  6. Oye, ¿y esa historia que te contó tu madre?
    Creo haber oido algo respecto de habitaciones oscuras e interruptores...

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  7. Inner: mejor, mejor. Eso significa que tu vida transcurre mucho más tranquilamente que la mía xD

    Salsa: Tendrás que pasar por encima de mi cadáver rizoso :P

    Sil: Joé, tu historia de la sábana me ha dejao temblando xDDD Sí que es cierto eso que dices que todo está en la sugestión. A mí me pasa igual: antes de dormir veo Aida y caigo como un tronco, pero hago zapping y pongo Cuarto Milenio y me dan las cuatro dando vueltas en la cama :P

    Eingel: Recuerdo tu historia del reloj. Ojalá yo también supiese gestionar tan bien como tú mis miedos personales ;)

    Fiebre: pues chica, yo a ti te veo una mujerona con muuu mala leche cuando te tocan los ovarios, eh :P Que tenga cuidadín el mundo contigo! :)

    Osc: Pues... mi madre me dijo que cuando ella entró una vez en su dormitorio, a oscuras, y alargó la mano para encender la luz... alguien le tocó en el dorso de la mano. Fueron dos segundos, los suficientes para que la pobre diese un respingo xD

    Besotes a todos, gracias por compartir vuestros temores en plan terapia rizosa ;)

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  8. A mí me encantan las historias de cosas sobrenaturales, espíritus y temas así. Aunque no creo en que existan de verdad, me gusta dejarme llevar por una buena historia o yo qué sé, una sesión de psicofonías con un locutor de voz grave y misteriosa contándote lo que se va a escuchar... empiezo riéndome y tomándomelo a broma, pero poco a poco voy entrando en materia y al final me acojono bastante. Y claro, si las escucho de noche, acostado y con la luz apagada (mi momento favorito) lo siguiente es empezar a oir ruidos y cosas raras por toda la casa... xD

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  9. El miedo a la oscuridad yo creo que es universal,...como los mandos a distancia XDDD

    Lo que me recuerda una cosa curiosa, y es que, a la mayoría de la gente (yo el primero), cuando eramos niños y nos aterraban los terribles monstruos que pueda ocultar, solemos reaccionar de forma parecida,...¿o es que niñ@s no os habéis tapado bien con las sábanas, cuan inexpugnable fortaleza, creyendo qué de esa forma esos bichos enormes y repugantes que rondan en lo más negro de la noche no os verían o no podrían haceos nada? ;)

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  10. En primer lugar... porqué escuchas historias de terror cuando conduces por la noche... pon canciones conocidas que puedas cantar a todo pulmón mientras alejas el miedo a lo que sea.
    En segundo lugar... podías avisar cuando vas a contar una historia de estas porque yo soy la más cagueta del mundo mundial, y muchas veces conduzco por la noche, por carreteras desconocidas y sin tomtom. Pensándolo mejor, creo que lo leería igual, aunque lo avisaras. Sólo espero no acordarme de ti y de tus historias de miedo la próxima vez que conduzca de noche sola por una carretera perdida.

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