Mis padres dejaban el coche en un garaje del barrio cada vez que me tenían que llevar a la academia de inglés o iban a hacer unas compras, así que recuerdo cómo torcíamos a la izquierda por la carretera principal y llegábamos a la enorme puerta metálica que tanto me fascinaba.
Yo me sentaba entre los dos asientos delanteros a contemplar con los ojos muy abiertos aquella entrada, consciente de que algo maravilloso estaba a punto de suceder.
-Venga, Bea, dí las palabras mágicas o nos quedaremos aquí toda la tarde...
Y yo, ufana, sabiendo que sin mi ayuda mis padres estarían perdidos, me concentraba en la parte baja del portalón y gritaba con todas mis fuerzas:
-¡ÁBRETE, PUERTA!
Y la puerta se abría ante la sonrisa gigante de mis padres que, divertidos, me daban las gracias. Como si tan sólo usando mi voluntad fuese capaz de cualquier cosa.
Pasé muchos años creyendo aquella mentira. Pero era feliz; me gustaba esa sensación de controlarlo todo y de que cualquier cosa que imaginase podría llegarse a cumplir si lo deseo con mucha fuerza.
A veces me gustaría volver a sentir esa inocencia, porque es muy triste descubrir a diario cómo la gente pulsa el botón de los mandos a distancia y abre y cierra las puertas de mis ilusiones sin permitirme soñar, aunque sea por un segundo.
¡Cuántas veces de crío vimos alguna película en que el protagonista podía parar el tiempo!
ResponderEliminarEra frustrante no poder conseguirlo también...
Manz, acabas de salvarte de la impotencia.
ResponderEliminarCreo que la única manera de volver a sentir esa inocencia en toda su magnitud es teniendo a un niño cerca. Recuerda la frase con la que empieza la película "El niño con el pijama de rayas". Es bastante descriptiva en lo que respecta a la diferencia fundamental entre los adultos y los niños.
ResponderEliminarCuando decías las palabras mágicas... te sentías la reina del mundo mundial. Tú eras lo más importante y podías hacer cualquier cosa.
ResponderEliminarQuieres que te cuente un secreto? Lo sigues siendo, y sigues pudiendo. Solo tienes que creértelo, igual que entonces.
Que los mandos a distancia son sólo para los que cogen el camino fácil.
Besooooos
Conste que sigues teniendo ese poder. Es más, no sólo abres puertas.
ResponderEliminarTe recomiendo la lectura de "la historia interminable"
:-)
Comentario en dos partes:
ResponderEliminarA.- La niñez tiene estos maravillosos encantos, allí donde podemos tener superpoderes con la solo condición de imaginarlo.
Quien no soñó despierto en alguna ocasión ???
En esos juegos-sueños no hay limites de tiempo y espacio, y los escenarios de expanden magicamente a nuestro alrededor dando vida a verdaderas joyas de ciencia ficción.
B.- (Con cara de enojado) Quien te dijo que no se puede sentir esa inocencia de niños siendo adultos ???
Malo es asesinar, violar, secuestrar, abusar, traficar, y tantas otras atrocidades que pasan en este raro mundo en el que vivimos.
Rizos, soñar y en esos sueños jugar no es cuestión de edad, solo hay que quererlo para tenerlo, y si alguien mal lo ve, es que no sabe lo que se pierde.
Ese niño que se dice que llevamos dentro siempre EXISTE, esta allí para recordarnos que soñando se puede tocar una estrella, correr mas veloz que un tren bala, volar tal cual un jet, o abrir un portón de estacionamiento con solo ordenarlo mentalmente (mientras presionamos nuestro control remoto).
Sueña, mi niña sueña, que los sueños curan.
Cariños.
CarlosHugoBecerra
como manda la sargento en facebook, aqui vengo a dejarte un comentario, jeje.
ResponderEliminarEs cierto lo que dice Sil, solo hay que tener un niño cerca para por un momento recuperar al infante que llevamos dentro. A mis hijos cuando eran muy pequeños tambien les hacia creer que eran magos, es delicioso ver como se lo creen y ves estrellitas brillando en sus ojos y su carita ilumninada por la ilusión.
Es dificil mantener ese niño si ya has pasado por muchoas desilusiones.
Besazos Maga Blanca.
Iba a comentar en el Facebook, por fastidiar, jejeje.
ResponderEliminarImagina que un día se le hubiesen acabado las pilas al mando :PPP
Es bueno tratar de mantener la ilusión, incluso siendo adultos, que perdemos la inocencia, pero no la esperanza, y aunque esas ilusiones sean distintas, nunca dejan de serlo.
Un besazo
Preciosa historia. Se la comentaré a mis amigos con hijos pequeños por si quisieran usarla.
ResponderEliminarY yo seguiré abriendo mis propias puertas, que como soy la tonta de ´la botella medio llena´ estoy convencida que puedo.
Cuando sin rumbo leyéndote te conocí,
ResponderEliminarabriste parte de esa mi alma adormecida.
Despertarte una ilusión que se me olvidaba,
y soñé que eras mi musa de carne y hueso.
Ahora se que no fue un sueño...
Sil y Ana Rosa: Ayss... es que yo todavía no tengo mucho instinto maternal, chicas. Es más, soy yo misma la que sigue siendo una cría XD Algún día, algún día. Y os dejaré a mi retoño a vosotras para que me lo cuidéis mientras yo me voy al cine jijijijij
ResponderEliminarEingel: Pues sí, quizá tengas razón. Conste que ésto lo escribí en un momento de bajón-chungo, pero hoy lo veo todo de otra forma ;) UN besote.
Salsero: Ese libro es uno de mis favoritos. Lo leí cuando tenía trece años en la playa, en un verano maravilloso... pero eso es otra historia que será contada en otra ocasión ;)
Carlos: De acuerdo, no te me enfades :P Ya os digo que este texto fue solo un momento de enfurruñamiento, pero estoy de acuerdo contigo en que la ilusión no debe perderse y que hay que seguir soñando. Muchas gracias por venir :)
Oscar: Jooo todos me estáis regañando mucho xDDDD Si un día se hubiesen acabado las pilas, sé de unos padres que lo habrían pasado bastante mal xDDDDD
Fiebre: Así me gusta. Me aplico el cuento, coñe.
Eu: espero que hayas vuelto a encontrar ese rumbo ;) Por si acaso, tu musa te recomienda beber menos Cartojal, que a juzgar por unas fotos... jijiji
¡¡Besotes a todos y feliz fin de semana!!
A mí me sigue impresionando el cómo con un mando a distancia puedo abrir unas pedazo de puertas, así que me siento un poco como tú de pequeña, pero sabiendo el truco.
ResponderEliminarPara mí eso de pulsar el botoncejo y que la puerta responda sigue siendo cosa de magia, así que ¡Ábrete Sésamo! ;)
ResponderEliminaryo creo que todos llevamos ese niño dentro aun siendo adultos no se debe perder esa magia.bsotes wapi
ResponderEliminarQue buena historia... yo desde hace un par de meses le hago algo similar a mi hija con el ascensor: "Ábrete", "Ciérrate", "Sube!!!".
ResponderEliminarAish...