Alguien me dijo una vez que ojalá todo me fuese bien aquí, en Barcelona, porque la ciudad podía ser muy perra. Que ojalá no tuviese que encontrarme con su cara más oscura...
Y bueno, ya llevo más de un año aquí. He pasado épocas buenas y épocas malas, y por supuesto me he chocado de bruces con lo peor de esta gran Metrópoli.
Pero Barcelona no es perra. Barcelona es exigente.
A veces creo que se parece un poco al colegio en el que me crié durante mi infancia: estricta. Las cosas hay que currárselas, hay que moverse, hay que luchar. Hay que dejar de quejarse por todo y salir a la calle a buscarse la vida. Aquí no hay regalos, ni mentiras, ni nadie que te inunde el oído de palabras dulces y tiernas.
Barcelona me ha enseñado a ser más fuerte. Es curioso cómo las personas que han nacido y crecido aquí no son conscientes de lo diferente que es la vida en ciudades más pequeñas. Si lo comparo con Málaga, por ejemplo, es fácil descubrir que lo difícil aquí no es encontrar trabajo, por ejemplo. Aquí hay trabajo a puñados; mil oportunidades diferentes. Lo difícil es mantenerse, prosperar, subsistir. Aquí más que en ningún sitio se aplica la ley del pez más grande y fuerte.
En Málaga, cuando encuentras algo... es fácil que sea para siempre, si tú quieres.
Barcelona es una ciudad de nómadas. Durante los catorce meses que la conozco, he visto acoger en su seno a miles de personas de paso. Gente que cree que viene para quedarse, pero que se va. Gente que asoma la cabeza, entra con timidez, disfruta y se divierte y que cuando ya las cosas se ponen complicadas, busca otro sitio.
Yo quiero quedarme. Más que nada porque creo que, por fin, lo he comprendido todo. Quizá porque después de trece años en el colegio de monjas he aprendido la lección: los mayores esfuerzos conllevan las mejores satisfacciones. Y al igual que yo aprobé selectividad sin problema alguno después de haber estudiado tanto en mi adolescencia, Barcelona ahora comienza a aparecer más bonita ante mis ojos.
He aprendido que cuando consigues valorar lo que tienes, dejar de lamentarte por todo, administrar tu escaso sueldo y apañártelas para sonreirle a la vida, esta ciudad puede ser increíble.
Porque Barcelona no es sólo la Sagrada Familia y la torre Agbar. Ni el Tibidabo, ni Monjuic, ni Gaudí, ni las Ramblas.
Barcelona es el hogar de gente internacional, culta, alegre y optimista. Gente que vino una vez buscando su sitio, y que lo encuentra aquí porque ella es la mejor de las anfitrionas.
Barcelona me dio mil oportunidades cuando yo estaba perdida, y aún hoy sigue recordándome que aquí el esfuerzo se valora con creces.
Barcelona es la ciudad del mar, de los atardeceres hermosos, de los rincones mágicos y de los jardines encantados.
Y además ahora, por fin... Barcelona también soy yo.
Me alegro de que hayas encontrado tu sitio. Ya tienes un trocito del camino.
ResponderEliminarPues, bienvenida a Barcelona por fin! :)
ResponderEliminarMe es muy difícil comentar con cierta imparcialidad el post porque amo a Barcelona tanto como la odio, y es que creo que aquí está lo mejor y lo peor que puede haber en una ciudad, y claro, está todo entremezclado y no siempre es fácil separar el grano de la paja...
ResponderEliminarAhora, que eso sí, después de haber vivido en otros sitios, éste es el mejor donde se puede vivir. Eso lo reconozco y lo asumo.
Yo también quiero quedarme. Además en mi caso ésta es indudablemente mi ciudad, al fin y al cabo aquí me crié desde los seis años.
Todo y que de vez en cuando me da la gran neura de irme lejos, muy lejos, y borrar el Born de mi memoria para no volver a él como reza el viejo adagio.
En todo caso me alegro que te sientas en casa aquí. Todo el mundo debería poder sentirse en casa en algún sitio.
Después de haber pasado los momentos más felices de mi vida en esa ciudad, sólo espero que algún dia yo también pueda ser Barcelona.
ResponderEliminaruna sola vez he estado en Barcelona... solo de paso, obviamente, no para vivir. Pero algo de eso vi...
ResponderEliminarMe alegra mucho que hayas encontrado tu hogar... y que forme parte de ti, igual que forma parte cada uno de los momentos que has vivido
Besooooos :)
Te entiendo...
ResponderEliminarEn Barcelona me enamoré del mar. Viví en el clot, en la verneda. Incluso en la parte alta donde acaba la calle marina, pasando el parque donde había un cuartel militar,con una vista preciosa de sus tejados, la sagrada familia y el mar de fondo.
Luego lo cambié, enamorado del mar y de las alturas... A Benidorm...donde el clima es mejor y sobre todo la cerveza está muchísimo más barata. jejeje
Megabeso.
De verdad que da gusto leerte, chiquilla. No tengo nada que añadir a tu post.
ResponderEliminarMadrid.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos, sobre todo a esos catalanes/as que me dan la bienvenida :P
ResponderEliminarPikomite: Gracias, me vas a poner colorá :P
Albret: Cuenca.
Rizosilla bienvenida a Barcelona! Disfruto mucho leyendo las cosas bonitas que dices de mi queridísima tierra, me alegra ver que la gente descubre la ciudad encantada que hay detrás de tantos topicazos...
ResponderEliminarUn día tenemos que buscar un huequillo para conocernos, si no, siempre nos quedará el autobús!
besos
Raquel: ¡Claro! Estaría encantada de conocerte :) Pero nada de autobuses, por favor...jajaja
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