17 noviembre 2008

Una de cocretas

Lloret de Mar, dos de la tarde. Sábado.
Estaba yo esperando en la cola de un Mc Donalds (lo sé, castigo mi cuerpo) cuando justo delante de mí una familia se diponía a pedir.
El hijo pequeño, de unos cinco años, se agarró entonces al pantalón de papá y le gritó, suplicante:

-¡¡¡Papá, papá, pide cocretas!!!

Sonreí. Siempre me gustaron los críos, tan inocentes. Pensé que el pobre chaval se iba a llevar un disgusto cuando la cruda realidad se estampase ante sus ojos: en el Mc Donalds no hay croquetas, sólo plástico con lechuga de ayer. Más le valía irse haciendo a la idea...

Y en ese momento la dependienta se acercó a su padre para tomar nota, y él le espetó, triunfante:

- Una de cocretas pal crío y para mí unas bravas y una cerveza.

Imaginaos mi cara en aquel momento. Ahora tratad de adivinar la cara de la pobre dependienta, que tuvo que hacer mil investigaciones hasta descubrir que las croquetas eran nuggets de pollo y las bravas, patatas deluxe.






Pobre chaval inocente. Insisto.

4 comentarios:

  1. y luego dicen que el trabajo de camarera lo puede hacer cualquiera

    Besoooos

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  2. Y yo pensando q eras imaginativa... la comida la inventaron los españoles. Si no existiesemos, el resto del mundo comerian platanos todo el dia

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  3. Jejejjeje
    Parecido a la cara que se le quedó a la dependienta una vez que un colega pidió un happi meal y para beber una cerveza :D

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  4. Menos mal que no pidió una de adobo y otra de callos... vaya tela de padre. Me lo imagino con un palillo en la boca.

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