A Barcelona se la comen los gusanos.
Sin pausa, veloces, recorren las entrañas de la ciudad haciendo retumbar el eco de sus murmullos por entre los huecos de cemento.
A veces me gusta imaginar que navego como sangre por las arterias de metal mientras contemplo por la ventanilla, en silencio, estación tras estación.
por la ventanilla no se ve nada...
ResponderEliminary si, eres una gotita de sangre que lleva oxigeno a lo largo de la ciudad
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ResponderEliminarSi gaudi levatara la cabeza la sagrada familia no se alzaria ajajja.
ResponderEliminarSaludos.