22 agosto 2006

Nunca vas a saber cómo me siento...

Ya quedan pocos días de verano, como en la canción de Amaral. Anoche hacía fresco en mi paseo marítimo, y otros años por estas fechas habría empezado a maldecir la vuelta a la facultad, los próximos exámenes, la rapidez con la que el tiempo se lleva las vacaciones...
Este año, en cambio, septiembre se me acerca muy diferente. Septiembre será la vuelta de tuerca; el mes que marque el final de una etapa y el comienzo de otra. Mi vida dará un giro de 360 grados de una forma inminente y deseada...
Pero ahora tengo un poquitín de miedo, claro. Y tristeza. Es una mezcla extraña de sentimientos lo que me revuelve el estómago y hace que me tiemblen las rodillas. Por una parte, ilusión, nervios, efuroria. Por otra, melancolía.
Y es que aún no me he marchado y ya echo de menos muchas cosas.

Echaré de menos, sobre todo, mi mar. Nunca habré estado alejada de él tanto tiempo, y para mí es como si me arrancasen un pedacito de mi alma. Puedo vivir en otra casa, trabajar en otro sitio, salir con otra gente... Pero no sé cómo viviré sin el olor a sal, sin la brisa marina, sin sentarme en la arena a ver atardecer. Sin poder tomarme un tinto de verano en mi bar de siempre, viendo a la gente pasar por el paseo marítimo.

Echaré de menos mi ordenador. Sí, os puede parecer absurdo que de todas las cosas del mundo una de las que más extrañe sea un ordenador, pero así es. Este rinconcito de mi casa es el que me ha servido de refugio en numerosas ocasiones, donde me he perdido para evadirme de lo que me preocupa, donde he pasado bastantes noches entre risas y reflexiones. Gracias a mi ordenador he conocido a personas bastante importantes de mi vida, y he llegado a sonreir cuando nada parecía poder sacarme del pozo. Aquí, tecleando, me he sentido plena perdiéndome entre versos y estrofas, comenzando mil novelas que nunca acababa, soñando entre relatos ajenos y vidas desconocidas. Es el único rincón de la casa donde me siento, verdaderamente, como en casa.

Echaré de menos a mi familia (casi toda) y a mis amigos, claro. Escribirlo es casi una redundancia, pero quiero que a ellos, los que de verdad considero mi gente, les quede muy claro. Que puede que no se lo diga muy a menudo, pero son muy importantes para mí.

Echaré de menos mi ciudad. Málaga no es una gran metrópoli y poca gente la considera bonita, pero a mí me encanta y no se me ocurre un mejor lugar para vivir en todo el mundo; tiene todo lo que necesito. Sólo con el color de su cielo ya me parece preciosa, y me importa poco si sus calles no son señoriales y sorprendentes. Es mi Málaga, y siempre la llevaré muy adentro por lejos que me vaya. Estoy segura de que el olor de las biznagas me acompañará toda la vida, y que quizá se me escape alguna lagrimita cuando recuerde las vistas desde Gibralfaro sentada junto a los leones de Trafalgar.

Extrañaré todos esos detalles que conforman mi día a día. Mi biofrutas de las once, los paseos con Cholo, las tardes de tiendas, las charlas en el Swan, las horas matando raids con Martimba, las risas con el niñato y sus flores en la cabeza, mis bailes de los jueves por la noche, la plaza de la Merced, los domingos de playeo, las mañanas de biblioteca, mis cumpleaños y santos fallidos, las juergas de los fines de semana, los viajes en Martin con la India sonando a todo volúmen.

Echaré de menos sentarme a escribir por las mañanas, como ahora, con la ventana abierta y el sol rozándome la espalda. Escuchar las gaviotas murmurando ahí abajo, en la playa, y sentir la brisa matutina revolviéndome el flequillo mientras el teclear del ordenador se mezcla con el rumor de las olas. Esta paz, esta tranquilidad que ha acompañado tantas horas de mi ¿corta? vida...

Pero bueno, como dije antes siento una mezcla de emociones, y no todas son tristes o negativas. Me voy porque sé que lo necesito, porque sé que será un cambio positivo para mí y que me va a aportar mucho de lo que me falta para ser feliz.
Y sobre todo, me voy porque sé que volveré. Ésto es sólo temporal, nunca me acostumbraré al brócoli.

Así que por favor ayudadme a disfrutar lo máximo posible mis últimos días aquí, cruzad los dedos... y deseadme suerte.

7 comentarios:

  1. Alucino contigo muchacha, eres capaz de despertar emociones en mi somnoliento cuerpo que yo no pensaba ni que podía experimentar. No te digo más que hoy no me ha hecho falta ni el café rutinario de las mañanas para darme cuenta de que estoy vivo, sólo con leer atentamente tu "despedida" me ha valido para emocionarme con tu elocuencia.

    Rizos eres grandiosa, tanto como para sacar un comentario positivo y super emotivo en una situación comprometida por no decir dificilísima. Me quedo sin palabras contigo.

    No me quiero extender más en reverencias y alabanzas xq parecería q me han contratao l@s soci@os de tu club de fans.

    Un besazo pava ;*

    ResponderEliminar
  2. Permíteme que dude eso de que vas a echar de menos la Plaza de la Merced. En cuanto a tu viaje, me entristece que te marches pero, si eso hace que te llenes de ilusión, pues adelante y cómete el mundo. En vez de hablar de lo mucho que vas a echar de menos el Mediterráneo, tu paseo marítimo o tu perro, piensa en las juergas que te vas a montar con Anselmo y el Bandi, en los paseos que vas a dar al lado del Támesis, en las noches de helado de chocolate y película junto a la estufa con tus compis de piso o de esas discotecas donde hay que ir disfrazado que ya quisiera yo tener en Málaga. Vas a ganar muchas cosas sin perder realmente nada, porque a tu regreso todos te estaremos esperando. Te envidio, rizosa.

    Y en cuanto a lo de ayudarte a disfrutar estos días... ¿te vienes el viernes a ver "La joven del agua"? Por intentarlo que no quede.

    ResponderEliminar
  3. Pájaros en la cabeza, y volar... a donde las ventanas siempre están abiertas... (8)

    (creo que es lo único que me faltaba por decirte sobre tu viaje)

    ResponderEliminar
  4. Claro q te deseamos suerte, faltaria mas, tambien te echaremos mucho de menos y lo digo en serio. La verdad es q ese sentimiento de miedo lo hemos pasado todos y a otros les tendra q venir, por mucho q se diga q no... pero sinceramente creo q vas a poder con todos esos miedos y cuando dejes Malaga encontraras otro rinconcito en otra parte q te gustaran ciertas cosas y otras no pero... sera una nueva aventura. BUeno si algo se puede hacer por ti ya sabes :) Escribes muy bien y en esas palabras expresas todos tus sentimientos, pero con el tiempo leeras esto q has escrito y te reiras de esos miedos, ademas volveras, ese tiempo no es nada, disfrutalo ;) Besos!!

    Julio

    ResponderEliminar
  5. weno...a mi no me conoces casi nada..pero los ratitos ke e pasao contigo me an servio pa saver ke no ace falta muxo pa conocer a una muy buena persona...y ..aunke no te lo creas..yevo 2 dias sin ablar contigo y ya te exo de menos..y si..todos pensareis ke soy tonto...pero eske esta xavala se la puede considerar una de las mejores personas del mundo..y la mejor ke se puede conocer...
    weno...te deseo lo mejor pa tu viaje y ke seas mu feliz...y ke no te oiga decir mas ke eres "del montonciyo" XDD
    porke eres de lo mas bello ke uno se puede encontrar...
    recuerdos de tu amigo nosfe(ya sabes kien soy ^^ )

    ResponderEliminar
  6. mira, aqui uno que no piensa que el de arriba sea tonto... porque entraba para dejar constancia de que, si ccon dias tantos te echamos de menos, lo de London va a ser duro... un beso

    ResponderEliminar
  7. ¡Que tiemblen los bretones! Sugerencia: recorta la foto campestre a tamaño carnet e incluyela en tu currículum... ¡tanto quejarte de que no encuentras trabajo, verás como te llueven las ofertas con esa foto! xDDD

    ResponderEliminar