Puessss ¡otro año! How the time flies, que dirían por los lugares norteños. Hace ya 365 noches desde que me revolcaba por la
arena tierra de las playas de mi barrio jugando al fútbol a las tres de la madrugada con un par de rones de más y otro par de horas de sueño de menos. Fue una noche de San Juan mágica en la que me lo pasé genial y que consolidé amistades que hoy me provocan grandes satisfacciones; una noche en la que se mezclaron las ganas de cachondeo con los bailes, el ron, el mar y la luna; una noche de moraga que quedará siempre grabada en mi memoria...
Pero hoy es hoy. Año 2007. De nuevo leo "San Juan" en mi agenda y sonrío amargamente... porque me temo que será bastante diferente esta vez. Empezando porque tengo que currar hasta las 12 (sigh) y disfrazarme de bebé para hacer reir a una panda de guiris borrachos durante dos horas. Siguiendo porque al terminar vendré derechita a casa, nada de moragas, porque mañana curro y entro a las once de la mañana. Y acabando con que, la verdad, no estoy para muchos festejos ni me apetecen fiestas desenfrenadas esta noche.
Aún así se me ocurre que debo agradecer a mucha gente el haberme hecho pasar moragas agradables a lo largo de mis 26 años de vida, porque al menos así tendré algo bonito en lo que pensar cuando luego me vaya a la cama.
Gracias a mis compis de facultad (de las dos carreras) por cada una de las moragas de fin de curso..que han sido bastantes ;)
Gracias a mis vecinos de toda la vida, estén donde estén, por cada San Juan que pasamos juntos a pesar de ser tan diferentes entre nosotros y a pesar de que hoy por hoy nuestras vidas se hayan distanciado tanto.
Gracias a mi grupo friki del canal #malaga-cholo. Seguramente ni os acordéis de mí, (teníamos... ¿cuantos? ¿17?) pero fuísteis mi primera "panda" y los primeros con los que comencé mi cambio, mi transformación, mi renacimiento. Me ayudásteis a salir del pozo aunque no fuéseis conscientes, y aún os llevo en lo más hondo de mi memoria y mi corazón.
Gracias a la peña salsera, mis más recientes adquisiciones amistosas, por cada grano de arena que pisamos bailando Guayacán el verano pasado. Significó mucho para mí el hecho de irme a dormir cada día con una sonrisa, y os quiero de corazón.
Y gracias, gracias, gracias a la luna... que siempre se viste con sus mejores galas y aparece redonda y enorme cuando nos plantamos con la nevera, las botellas y la sonrisa en la playa cada verano.
Feliz noche de San Juan, vosotros que podáis tenerla... No olvidéis pedir 12 deseos al bailar alrededor de la hoguera y, sobre todo, mojaos la nuca, muñecas y tobillos en el mar a las doce de la noche.