Todos hemos sido niños alguna vez. Aunque ya casi ni os acordéis, jijijij...
El caso es que yo me acuerdo de mi infancia bastante bien, y por eso no deja de sorprenderme lo enormemente gilipuertas que podemos llegar a ser con cinco años.
Podemos llamarlo inocencia, o candidez, o bondad, o pureza de alma... yo prefiero llamarlo lerdez.
Todo esto viene a que hoy, comiéndome un gazpacho con huevo duro, jamón y (tachán) aceitunas, le he preguntado al cocinero de la casa que cómo es que le ha dado por ponerle aceitunas al tema. No estaba mal, pero no dejaba de ser extraño... a lo que mi padre me ha respondido, muy serio:
-Al gazpacho se le echa de todo. Que es cordobés, y en Córdoba le ponen aceitunas.
Hmmm... vale que yo sea malagueña y que de cocina no entienda una mierda, pero es la primera vez que veo un gazpacho con aceitunas...en Córdoba o en Cuenca.
Y entonces me han venido a la mente todas aquellas ocasiones en las que yo, de pequeña, le pedía a mi madre que me preparase tortilla francesa para cenar. Pero sin huevo, que el huevo no me gustaba.
Y mi madre que me prometía una tortilla sin huevo, claro. Y yo que me las comí cada noche durante meses.
Qué asco de inocencia, en serio.
Ahora entiendo por qué eres tan crédula en ocasiones...
ResponderEliminaryo es que no me acuerdo de mi niñez, que el cine todavía no era sonoro... pero seguro que alguna así me metía...
Besooooos
¿Yo soy crédula? xD
ResponderEliminarMi madre ponía la verdura triturada en las lentejas para que colaran, y nos metía lacasitos en las natillas para que nos las comieramos. Fáciles de engañar que hemos sido siempre... Me gusta tu blog, ¡te sigo!
ResponderEliminarAquí pega mejor que el superglue eso de que las tortillas sin huevo no existen, son los padres...
ResponderEliminarJuaaas, si es que... bendita inocencia!!
ResponderEliminarUn beso, alma cándida :P
jajajajaja, qué tonta eras, menos mal que has ido mejorando con los años... :P
ResponderEliminarPor cierto, yo jugaba con mi hermano al "a ver quién se duerme antes" y resultaba que siempre ganaba yo, a las nueve y media de la noche estaba sopísima, ya, y mientras, él, se iba a ver la tele con mis papas hasta las oncelanoche.
Tócate las narices.
He tardado como tres segundos en darme cuenta que es imposible hacer una tortilla sin huevo. No sé si es que estoy de resaca o es que soy simplemente gilipollas.
ResponderEliminarA mí mi abuela me decia que me comiese el conejo argumentando que era pollo.... aún hoy no sé distinguir el sabor entre ambos :$ no creo que haya nada de malo en esa lerdez; tu madre acababa contenta porque te comías la cena y tú porque pensabas que le había quitado el huevo. Mentira piadosa se llama, cuando no tiene ninguna importancia ni hace mal a nadie.
ResponderEliminarNo sé, chica... a mí la anécdota me parece encantadora... :)
ResponderEliminarAyyyy, pero como dices "que asco de inocencia..."
ResponderEliminarEs adorable....
Yo recuerdo que, a mi hermano, cuando estaba nervioso por algo, sobre todo la noche de reyes, siempre le dolía algo, y yo, cogía un trozo de queso, lo hacía una bola, y se lo daba como una pastilla... Al pobre mio se le quitaba todo!!! Eso lo recuerdo con mucho cariño...
Tb para mis sobrinas, todas las carnes son pollo... es la única forma de que se las coman..
Y bueno... el gazpacho, con aceitunas, en mi casa se come, pero es mas espeso de lo normal, y lo llamamos "porra" que seguro sabes lo que es...
pues eso...!!
Besos guapa y no pierdas esa inocencia... que es "mu rica".
Yo es que el gazpacho ni con aceitunas ni sin ellas, no puedo con él... (Lo sé, soy raro, pero en fin...)
ResponderEliminarMi madre nunca necesitó engañarme: Si ella decía que algo se comía, se comía, y como si eran tachuelas.
No sabes tú cómo se las gastaba con la comida. Ni una miga quedaba nunca en el plato. Yo prefería comer en el cole, que podía comer lo que buenamente quisiera y no me obligaban a nada.
Yo lo que no quería era cebolla en la tortilla de patatas. Odiaba la cebolla. Así que le hacía prometer a mi madre que no le pusiera cebolla a la tortilla de patatas. Y mi madre... rallaba la cebolla y la echaba en la tortilla de patatas :P
ResponderEliminarCaray!! qué suerte tenía tu madre... eras una chica muy fácil...
ResponderEliminarTampoco es para ponerse así, de niños nos toman el pelo, pero bueno son "mentirijillas". Míralo de este modo, ¿en qué otro lugar del mundo iban a servir tortilla sin huevo salvo en tu casa? No eras una inocente sino una privilegiada ;)
ResponderEliminarPues yo ahora también me veo demasiado inocente, o estúpido, o lerdo, cuando me imagino de pequeño.
ResponderEliminarNi siquiera recuerdo haber podido escoger un plato, se comía lo que había y punto.
Es por ello, por aquella inmadurez mental, por la que apenas echo de menos mi niñez. Se está mejor sabiendo más cosas de la vida.
yo tambien hacia preguntas lerdas ajjajaj xD t.t AIS que tiempos de inocencia y donde no hay problemas T.T
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