Ayer fue una tarde de reencuentro con mi pasado literario. Y es que navegando por la red me choqué con la página personal de Alfredo Gomez Cerdá, autor de Pupila de Águila y responsable de mis noches en vela leyendo hasta las tantas el año en que mi madre me regaló dicho libro por mi cumpleaños número 14.
Reconozco que mientras me paseaba por las secciones de su web me invadió una sensación extraña, mezcla de emoción y tristeza. Porque recordando aquellos días en que mi pasión por la lectura me hacía perderme entre puntos y aparte y capítulos por comenzar, y yo vivía cada historia escrita como si fuese la mía propia... me di cuenta de que me hago mayor. No vieja, (aún no) pero cuando leía la inocencia con que los niños le contaban a Alfredo sus ilusiones y miedos en el libro de visitas, recordé que hubo un día en que yo también fui inocente, hace muchos años. Y lo echo de menos.
Ayer también descubrí que la autora de Los Escarabajos Vuelan al Atardecer, mi segundo libro favorito del mundo mundial, murió el año pasado.
María Gripe... gracias. Muchas gracias por regalarnos tu reloj de cuco mágico y tus canciones acerca de flores azules misteriosas... estoy segura de que muchos de mi generación nunca podremos olvidarlas y seguiremos recordando para siempre aquella magnífica partida de ajedrez.
Enlaces:
María Gripe en la wikipedia.
Web personal de Alfredo Gomez Cerdá.
no lo eches de menos, entre otras cosas, porque si todavia reconoces la sensación... es que no la has perdido del todo
ResponderEliminarEs normal crecer un poco, es normal abandonar a Peter Pan... y es normal también querer agarrar esos tiempos
Porque quizás no sea eso precisamente lo que eches de menos, (creo que realmente aun lo conservas) sino los tiempos en los que no habia preocupaciones, no habia que llegar a fin de mes ni preocuparse por la factura del movil
Besoooooooos y gracias
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarIncluso cuando seas una vieja arrugada y miope seguirás siendo Pequeña, es parte de tu esencia.
ResponderEliminarY yo también me leí el libro de los escarabajos cuando era pequeñito, pero se me ha olvidado por completo. Demasiada tele.
Hala!!!!!, noooooo, Maria Gripe nooo, jopé, me he leído todos los libros que ha escrito, he llorado con ella, he reído, me he asustado, madremía cuántas noches en vela hasta que me acababa sus libros, jooo, qué pena!
ResponderEliminarjuas. albert ha insinuado si eres uno de los 7 amigos de Blancanieves o algo así.
ResponderEliminarYo leía muchísimo, pero muchísimo. Esa faceta la reservo para mis vacaciones. Ahora leo, pero menos. Eso si, la lectura en el WC no la perdono XD.
Los escarabajos vuelan al atardecer debo tenerlo por aquí guardado todavía. Creo que es un clásico entre el profesorado de Lengua y Literatura :P
ResponderEliminarYo creo que no la has perdido, simplemente la tienes guardada para cuando tengas hijos y ellos lean contigo esos mismos párrafos.
ResponderEliminarO eso confío yo que suceda cuando releo libros que en mi infancia me hicieron soñar despierta y despertaron en mí estas irreflenables ganas de leer y escribir, sea como sea.
Y ahora, voy a hacer memoria porque no tengo muy claro cual sería mi libro favorito...
besos, ricitos.
De Maria Gripe me encantó La hija del espantapájaros. Fue durante años mi libro favorito.
ResponderEliminarBesos.
No los he leído :(
ResponderEliminarPero si hablas tan bien de ellos, será cuestión de plantearmelo.
Más triste que hacerse mayor es el hecho de perder la inocencia. Aunque algo quedará, en algún sitio, solo hay que buscar. Ya te lo he dicho, nuncajamás siempre estará ahí.
Así que nada de hacerse mayor, que eso solo está en la envoltura.
Un besico (¿o un bocao con saña?)
Eingel: Tienes razón... como decían Presuntos Implicados: Ah, cómo hemos cambiado... ;)
ResponderEliminarAlbret: Pues qué haces que no estás buscando el libro por tus estanterías... Seguro que hasta alguien tan frío y calculador como tú sonríe leyéndolo :P
Txispas: Síp, es una pena. Ley de vida, supongo... UN besote!
Anselmo: Albret insinúa muchas cosas, pero ya conoces el refrán: daña quien puede, no quien quiere. De todos modos, él nunca quiere :P UN besote y gracias por pasarte, aunque sea para hacernos imaginarte leyendo en determinados y pintorescos lugares...
Dani: Te digo lo mismo que a Albret. A releerlo se ha dicho.
Fle: Sí, supongo que siempre queda algo de nuestra infancia y si algún dia tengo churumbeles les prestaré todos mis libros-tesoro para ver si ellos sienten lo mismo. Porcier, cuando descubras ese libro tuyo, nos lo cuentas :)
Cris: Ése no llegué a leerlo, pero me lo pongo en la cola de pendientes.
Oscar: Deja entonces de leer el PlayBoy y cómprate alguna novela, hombre :P